Los 10.800 congregados este domingo en el Palacio de Vistalegre rugieron con fervor ante cada ataque de Javier Milei a la izquierda, contra "los zurdos" del ámbito global. Aplaudieron cada rapapolvo del portugués André Ventura al referirse al rechazo de los populares de su país o de España a colaborar con partidos como Chega o Vox, y validó el evidente distanciamiento ideológico del PP que reflejó Santiago Abascal con su discurso duro en el que volvió a tachar a Feijóo y los suyos de ser "la derechita cobarde y estafadora" por ser la aliada en la sombra de PSOE. También en Europa. Un tono contra su socio de gobiernos autonómicos, que recuerda a anteriores etapas también desde esa plaza de toros.

El distanciamiento con el PP también se evidencia a nivel discursivo. Mientras que el partido de centroderecha encara esta semana con una manifestación contra la amnistía, "los bulos" del Gobierno y "su corrupción", fijada para el domingo 26 de mayo, Vox, por el contrario, descarta volver a utilizar alusiones a la ley elaborada por el PSOE para perdonar a los líderes independentistas, al menos de forma amplia. Con calado. Sí lo harán notablemente con los tres principales temas de la campaña para las fuerzas ultraconservadoras: el campo y las agendas que le rodean, la burocracia y la integración europea, y especialmente la inmigración ilegal. Así lo confirman fuentes del partido, que priorizan estos tres ejes sobre el 'perdón' al procés, que no contemplan ahora, al menos, la cuestión como un activo político para crecer en Europa.

El tema ha rebajado su influencia en el debate público frente a otras cuestiones como las derivadas de la trama Koldo y la presión sobre la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, por sus relaciones empresariales y actuación privada. A tal punto que el líder del Ejecutivo valoró abandonar el Gobierno a finales de abril. La amnistía ha quedado en tal punto secundario que ni si quiera ha tenido relevancia amplia en la campaña de elecciones catalanas que ganó el PSC y cuya gobernabilidad está aún por dirimir. Tras su veto en el Senado, el texto pasará de nuevo el filtro del Congreso de los Diputados el 30 de mayo antes de pasar al BOE. El debate que le precederá será la excepción al enfoque dado por Vox a esta campaña.

Solo hay que atender a la intervención de Abascal en Vistalegre ayer, en el que el contenido de mención a la amnistía fue muy escueto. Y para reprochar que mientras el PSOE insiste en mantener viva la memoria democrática, acudiendo y fotografiándose en lugares como el Valle de Cuelgamuros, sí opta por "olvidar" delitos muy recientes al independentismo. Ninguno del resto de líderes de la derecha populista, caso de Marine Le Pen, Ventura, Giorgia Meloni, Viktor Orbán, Milei o Mateusz Morawiecki, entre otros, hizo mención alguna. Sí sucedió en alguna de las meses de debate del sábado, en la jornada previa, pero por parte de conferenciantes o miembros de perfil más bajo dentro de ECR.

La postura llega tras insistir al PP en no tramitar la ley de amnistía en el Senado o sugerirles, sin sacar rédito por la decisión final, de iniciar un conflicto de atribuciones con el Congreso, que fue retirado la semana pasada en pleno. Al no tener ya sentido por pasar el texto de nuevo a la Cámara Baja. El compromiso del PP, en todo caso, es llevar la norma al Tribunal Constitucional con un recurso de inconstitucionalidad. Una herramienta de la que Vox ya no dispone y que, de seguir en esa línea, no le daría visibilidad alguna ante Génova. Notable fue la intensidad de los de Abascal a principios de 2024, amenazando a los miembros de las Mesas de las Cortes Generales de querellas sin permitían pasar su filtro a la propuesta del PSOE. O contra Sánchez, Puigdemont y ambos partidos en noviembre, antes de la investidura.

Una vez se apruebe, la aplicación a figuras como Puigdemont u Oriol Junqueras, la elaboración del recurso tras la asesoría legal, y la resolución del Alto Tribunal se alargará en el tiempo. Avaló la ley del aborto trece años después, por ejemplo.

Pugna por dejar tocado al rival

Hay dos relatos que intentan imponer PP y Vox. Los primeros plantean esta campaña como un gran plebiscito contra el Gobierno, dado que el voto es en circunscripción única y directo. Para comprobar el nivel de confianza que tienen los ciudadanos en el PSOE y Sánchez tras decisiones como la propia amnistía. Todo pese a lo que está en juego es la conformación y el llenado de los bloques políticos del Parlamento Europeo y el nuevo gobierno de la Unión.

Vox, por el contrario, denuncia que los populares usen marcos falsarios, cuando en Europa se lleva reeditando la gran coalición entre PPE y S&D. Abascal ya defendió el viernes, en la presentación de candidatos europeos, que lo que está en juego es el rol de España dentro de la UE. El objetivo es Bruselas, dejó claro Vox este domingo. Además de recriminar a Feijóo que se enfrente a los socialistas aquí y compadreen con ellos en la Eurocámara. Los populares ya han mencionado en alguna ocasión que el PSOE hace tiempo que no sigue la línea de su familia europea y que ha quedado fuera de la socialdemocracia por adoptar las tesis "de Podemos".

El PP plantea la campaña con un enfoque claro a movilizar electorado frente a Sánchez. El 26 de mayo se manifiestan contra la amnistía, los bulos o la corrupción

La competencia del PP, intentando no comprar del todo el discurso de Vox, lo que podría penalizarle en las urnas, se aprecia en la mención al campo, con la revisión de algunos aspectos de la Política Agraria Común (PAC) o la reducción de los trámites burocráticos para el sector primario. El jueves pasado, Jorge Buxadé interpeló en redes a la secretaria general popular, Cuca Gamarra. A quien le instó a explicar por qué votaron el Pacto Verde, la Agenda 2030 o la Ley de la Restauración de la Naturaleza si, como dice, "está en juego nuestro campo".

En Cataluña, los populares, incluso desde Génova, han empezado a hablar inseguridad, aunque Vox les reprocha haber votado iniciar la tramitación para regular medio millón de inmigrantes irregulares que ya trabajan en España. El PP lo defiende como una manera de comenzar un debate sobre esta materia, en todo caso.

A cinco días de que arranque la campaña electoral, está por ver qué debate se impone, si el que el PP busca, dando relevancia al choque con el Gobierno, o el que favorece a Vox. Por el momento, la crisis diplomática que se ha reabierto con Argentina, tras las palabras de Milei con Sánchez y "la corrupción de su mujer", han inaugurado la precampaña. El PP, aunque ha rebajado internamente sus previsiones para estas elecciones, confía en superar la veintena de escaños frente a sus trece actuales. Vox, por su parte, aunque no determina una cifra, sí espera duplicar sus cuatro. Repiten Dolors Montserrat y Buxadé, con las novedades del exsecretario general de Ciudadanos, Adrián Vázquez, en los populares, y de el exdiputado naranja, Juan Carlos Girauta, en Vox.