La Moncloa se evita una nueva foto de derrota parlamentaria y de división interna. A las 8.01 de este jueves, una hora antes de que arrancase el pleno en el Congreso, el Ejecutivo registró en la Cámara su petición de retirada del proyecto de reforma de ley del suelo. Lo hacía por la falta de apoyos. Por la deserción de sus socios, por la casi segura negativa del PP y por el voto en contra ya anunciado de Sumar, un gesto que irritó a la parte socialista del Gobierno, que no quiso que se consumara un segundo varapalo en apenas tres días, porque ya el martes vio vencida su ley contra el proxenetismo, también con los votos de PP y Sumar.

Lo que este jueves, a escasísimas horas del comienzo de la campaña de las europeas del 9 de junio, iba a debatirse a partir de las nueve en la Cámara baja era la toma en consideración de la reforma de la ley del suelo. Es decir, su primer trámite parlamentario. Pero lo que ya era evidente ayer por la tarde era que el texto no contaba con los respaldos suficientes para superar las tres enmiendas de totalidad presentadas por Podemos, Junts y ERC. Los socialistas esperaban contar con el aval del PP, porque la norma había nacido impulsada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), dirigida por una alcaldesa popular, la de Jerez, y requerida también por los gobiernos autonómicos.

Vivienda alega que retira el texto para garantizar que no se vea afectado "por la situación electoral", ya que esta noche comienza la campaña de las europeas

Pero la dirección de Alberto Núñez Feijóo tenía muy a mano evidenciar la debilidad parlamentaria del Gobierno, porque Sumar ya había anunciado su voto en contra a una ley emanada del Ejecutivo del que forma parte. Algo que jamás había hecho en la pasada legislatura Unidas Podemos, pese al ruido que existía entre los socios. Eso era justamente lo que había molestado a los socialistas. Que los de Yolanda Díaz rechazaran un texto salido del propio Consejo de Ministros. Estos, a su vez, alegaron que la ley fomentaba la "especulación".

Dada la espantada de los socios habituales, la suerte de la iniciativa quedaba en manos del PP. Feijóo ya decía anoche en la Cope que no estaba dispuesto a salvar al Ejecutivo pero que acabaría decidiendo su voto tras despachar este jueves con la responsable de su partido. El Gobierno necesitaba al menos la abstención del PP.

Los socialistas intentaron hasta el último momento que se retirasen las enmiendas de totalidad. Pero no lo consiguieron. Así que la única salida que tenían, para evitarse una segunda derrota parlamentaria en apenas tres días, era quitar el proyecto de ley de la circulación. Y eso fue lo que hizo el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Firmó el escrito de petición de retirada del orden del día a través de su número dos, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y Asuntos Constitucionales, Rafael Simancas. La solicitud entró en el Congreso 59 minutos antes de que comenzara el debate de toma en consideración del proyecto de ley en el pleno. Una salida, por tanto, in extremis. El Ejecutivo tiene la potestad de retirar cualquiera de sus proyectos en cualquier momento de la tramitación parlamentaria, pero es una medida poco habitual.

Lo que hago como ministra es poner esta norma a disposición de los grupos para que, cuando pase el furor electoral, puedan tomar como referencia un buen texto"

Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda y Agenda Urbana

Fuentes del Ministerio de Vivienda que dirige Isabel Rodríguez, impulsora de la norma, alegaron que retiraban el texto para "garantizar" que no se vea afectado "por la situación electoral", ya que esta noche arranca la campaña de las europeas. Una norma, recuerdan, "demandada por los ayuntamientos, en una carta firmada por la FEMP; por las comunidades autónomas, en la Declaración Xacobeo 21-22, y por todo el sector [inmobiliario]". Es decir, que el ministerio no se da por vencido y traslada que lo que hace es pulsar el botón de pausa para retomarlo en el futuro, aunque la iniciativa ya no partirá del Gobierno, sino de los grupos. La reforma tiene como punto central que permite que los errores menores de los planeamientos urbanísticos y que sean subsanables no conlleven una paralización de todo el plan general.

Se trata de un proyecto de ley, recuerda Vivienda, "que se tramitó con la máxima celeridad para dar respuesta a la necesidad de la promoción y ampliación del parque público de vivienda en España". Una reforma que pretendía "garantizar la seguridad jurídica de los desarrollos urbanísticos" y una ley "que ofrece más garantías de protección medioambiental y que cumple con los objetivos de la Agenda 2030". Fuentes del ministerio culpabilizan únicamente al PP, por su "falta de sentido de Estado". "Han primado sus intereses electoralistas a una demanda de Ayuntamientos y CCAA, para favorecer el desarrollo de vivienda pública", denuncian. Pero, en privado, en el círculo de confianza de Pedro Sánchez sí se detectaba ese enfado con Sumar, porque los socialistas entienden que aunque los de Yolanda Díaz mostraron su disconformidad en el Consejo de Ministros, no anticiparon que fueran a votar en contra y apoyar las enmiendas de totalidad de los socios parlamentarios.

Llueve sobre mojado. El martes pasado, el PSOE defendió su proposición de ley de abolición de la prostitución —en este caso, era un texto redactado por el grupo, no por el Gobierno, y esa diferencia es sustancial—, pero el PP, que había apoyado la toma en consideración hace dos años, en la pasada legislatura, giró y pasó al no. Y Sumar también se apuntó a ese no por su propia división interna. Ambos grupos denunciaron el "electoralismo" del PSOE, al pretender izar una bandera feminista en la semana de arranque de la campaña europea. Este jueves, por tanto, esperaba a los socialistas una segunda derrota en apenas 48 horas. Un golpe que no se podían permitir como portada de los comicios del 9-J.

El PP destaca la "soledad del presidente": solo tiene "garantizados los apoyos para la ley de amnistía" y "no convence ni a Yolanda Díaz"

En declaraciones a los periodistas en el patio del Congreso, Rodríguez lamentó que el PP "haya dejado a un lado su posición de partido de Estado para poner una zancadilla al Gobierno", pero añadió que confía en "retomar" la negociación con los populares y con el resto de partidos tras las elecciones europeas del 9-J. Si Feijóo ha decidido abandonar al Ejecutivo, siguió, es por "nerviosismo electoral", porque esta es una norma promovida por ayuntamientos y comunidades en los que gobierna el PP, respaldada unánimemente por el sector electoral. "El nerviosismo electoral sobrepasa el interés general y es una pena", sancionó.

La titular de Vivienda explicó que a partir de ahora el Gobierno traslada la iniciativa a los grupos. Es decir, que no se volverá a tramitar como proyecto sino, en todo caso, como proposición de ley de los grupos parlamentarios. "Lo que hago como ministra es poner esta norma a disposición de los grupos para que, cuando pase el furor electoral, puedan tomar como referencia un buen texto, técnicamente muy bueno" y negocien una reforma "necesaria" que requieren alcaldes de "todos los colores". Es decir, que la reforma queda aparcada como mínimo hasta después del 9-J y ya no partirá del Ejecutivo.

Fuentes del PP se aprestaron rápidamente a remarcar la "soledad del presidente", que "no tiene precedentes". "El Gobierno no es capaz de aprobar en las Cortes ni siquiera lo que se diseña en la mesa del Consejo de Ministros. Sánchez no tiene capacidad para dirigir el futuro de la nación cuando sus prioridades legislativas no convencen ya ni a Yolanda Díaz", alegaron. Para los populares, el jefe del Ejecutivo "solo tiene garantizados los apoyos para una ley: la de la amnistía", y "sin ella", siguieron, no habría podido repetir en la Moncloa, pero con ella "ya no hay motivos para que los independentistas catalanes le apoyen".