Hay un paralelismo entre la declaración institucional de Alberto Núñez Feijóo este jueves, en la que apeló a los socios del Gobierno para fomentar una moción de censura contra Pedro Sánchez, y octubre de 2024. También con la presunta corrupción que rodea al Ejecutivo, al PSOE y al propio presidente, de acuerdo a las causas abiertas y judicializadas en estos momentos. Ya a finales del año pasado, desde el Congreso de los Diputados, el popular se movilizaba sin llegar a dar un paso que incluso hoy le siguen reclamando socios potenciales como Vox, y pedía especialmente a PNV y Junts postularse favorablemente por responsabilidad para registrar la moción una vez contase con los votos necesarios.
Ahora el PP resucita ese asunto, con la misma falta de apoyos, la insistencia de Vox pero con un componente distinto: Feijóo no solo ve que el Gobierno ha usado, supuestamente, "la corrupción para nutrirse" o para materializar "la amnistía", sino que también "para protegerse" frente a las investigaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Así se pronunció el popular desde Génova el jueves, en referencia al caso de la 'fontanera' de Ferraz, quien habría ofrecido tratos a un investigado por corrupción en un negocio de hidrocarburos a cambio de información comprometedora sobre Antonio Balas, el teniente coronel que dirige la unidad de Delitos Económicos de la UCO.
Mientras que PNV y Junts apenas han dado notoriedad al asunto, Vox salió fuerte para presionar a Feijóo. Para aprovechar la falta de iniciativa del PP por los números y vender al electorado de derecha que lo hace por falta de compromiso y por una connivencia de fondo con los socialistas. "Cuando Vox ya luchaba para demoler al Gobierno, el PP pactaba con Sánchez el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el Consejo General del Poder Judicial, RTVE, las comisiones del Congreso y las políticas en Bruselas", trasladó el partido. Lo cierto es que distintas fuentes del PP consultadas por El Independiente respaldan la contención de Feijóo dejando que tanto socios vascos como catalanes se "retraten" públicamente.
La conclusión general es que ir ahora a una moción de censura como en 2020 y 2023 —promovidas por Vox— además de no surtir el efecto necesario, se daría a Sánchez la posibilidad de salir "reforzado" y de obtener "oxígeno" ante una votación destinada al fracaso por la falta de capacidad para atraer al PNV y Junts en un momento en el que al margen de votaciones en común en el Congreso, las relaciones no son buenas. A ello se une la incompatibilidad de ambos partidos con la formación de Santiago Abascal. Se vio en el intento fallido de investidura en septiembre de 2023, cuando Feijóo no logró el respaldo de vascos y catalanes. Además del distanciamiento con el PP, a ambas formaciones les rechinaba ir de la mano en una votación de investidura con un partido como Vox que les quiere ilegalizar.
Partidos como el PNV se emplazan a que haya sentencias judiciales para exigir responsabilidades políticas. El Gobierno niega la corrupción y de ahí el respaldo de sus socios
Las fuentes consultadas no entran en el detalle de que, además, un rechazo generalizado dejaría al PP en una posición de aislamiento junto a Vox, lo que iría en contra de la imagen de partido centrado, centrado y abierto que se está construyendo de cara al congreso popular de julio y para las próximas elecciones generales. Frente a una moción, que va dirigida directamente al fracaso, creen que el PP debe moverse en torno a los pasos dados, tanto con la manifestación convocada para el 8 de junio contra el Gobierno, como la batería de medidas parlamentarias en el Congreso y el Senado [se ha pedido la comparecencia de Fernando Grande-Marlaska en la Cámara Baja y de la propia Leire Díez en la Alta, sin descartar nuevos nombres], y la contemplación de "acciones judiciales", aunque esto último se aborda de forma pausada ante la posibilidad de nuevas informaciones.
"El PP no busca que le acompañemos en nada"
En conversaciones con fuentes de la Ejecutiva vasca del PNV, el Euzkadi Buru Batzar, se traslada sorpresa ante el planteamiento de Feijóo para animarse a dar ese paso hacia la moción. Sobre todo por lo que consideran una campaña de persecución contra ellos. "No parece que en el PP estén buscando que le acompañemos en nada", trasladan. No entran a valorar las distintas informaciones en torno a Leire Díez. La posición del partido, desde que se abrieron investigaciones judiciales en torno, por ejemplo, al caso Koldo es la de esperar a sentencias judiciales para "pedir responsabilidades políticas". Así lo trasladó en octubre de 2024 el anterior presidente, Andoni Ortuzar.
Sobre las relaciones con el PP, enumeran distintos episodios que han supuesto un rifirrafe directo con Génova. "Hace solo dos días el PP estaba maniobrando en Europa para evitar la oficialidad del euskera y están intentando promover que haya un cambio legislativo para evitar que un partido como el PNV tenga representación" en el Parlamento Europeo. "Esta misma semana en el Senado se han vuelto a oponer a la restitución de un bien que pertenece al PNV como es" el palacete de la avenida Marceau en París [actual sede del Instituto Cervantes] y "han interpuesto varios recursos en el Tribunal Constitucional en contra de los acuerdos para los traspasos de competencias", denuncian desde el partido, que apelan a que "la lista es larga".
El choque por el palacete expoliado al PNV, por el uso del euskera o por la demanda de reforma de la ley electoral para las europeas ha abierto una amplia brecha entre vascos y populares
El PNV ya viene perfilando ese rechazo a la dinámica del PP a lo largo de esta semana. Desde figuras como el portavoz en el Parlamento vasco, hasta el propio presidente del partido, Aitor Esteban. Ante cuestiones como el euskera en la UE y la demanda del PP para adoptar una barrera de porcentaje electoral como exige Bruselas para armonizar los procesos electorales [PNV y PSOE acordaron no asumir esa directriz en su pacto de legislatura], Esteban apuntó este domingo que el PP "se está equivocando" al "embestir" a su partido. Tras varios intentos en el pasado, desde 2022 para recuperar relaciones precisamente tras la moción de censura a Mariano Rajoy, no han cesado los choques entre partidos. Especialmente en el Congreso, entre Miguel Tellado y Esteban, que recientemente dejó el cargo de portavoz para ser presidente.
A falta de esas sentencias judiciales, y en un momento en el que las relaciones con los socialistas son buenas, incluso se comparte gobierno en Ajuria Enea, los jeltzale están lejos de plantar a Sánchez. Falta por ver si el compartir frente con partidos como Sumar o Podemos [ya se han enfrentado por la retirada del impuesto energético] no desgasta ampliamente a los vascos frente a su electorado de centroderecha. Dependerá de si ello no interfiere en las contrapartidas y transferencias a Euskadi.
La opción vasca es la más 'cómoda' en aspectos tácticos para el PP frente a Junts. Con los 137 diputados populares, los 33 de Vox y UPN, Feijóo sumaría 171 escaños. Sería esencial que Coalición Canaria diera el paso a favor con su única diputada si la vía es la vasca, ya que el PNV dispone de cinco diputados que aumentarían la suma a esos 176 necesarios. Con Junts, valdría incluso solo con PP y Vox de fondo, pero las condiciones a cambio pondrían en un brete a los populares. Por otro lado, habría que ver si Vox condicionaría la moción a la convocatoria de elecciones, como recalcaron en octubre precisamente.
Junts, en contra de la moción: "¿Será una broma?"
En este momento Junts, pese a todo, tampoco se deshace en halagos con el PP después de acusar Puigdemont a Feijóo de boicotear el uso de las lenguas cooficiales en la UE. Aunque competidores del espacio independentista, como ERC, ven cada vez más cerca un giro y un respaldo de los de Puigdemont a los populares. Incluso a una moción. Con todo, la reacción de los posconvergentes ha sido clara. El secretario general de Junts, Jordi Turull expresó vía X: "Será muy de la broma este señor. ¿Quiere nuestro apoyo para ir aún más en contra de la lengua catalana como han reconocido que han hecho estos días? Esto es no tocar ni cuartos ni horas".
La reacción llega después de que en el PP de Cataluña confirmase que desde Génova se ha tratado de alertar a los socios europeos del peligro que supondría abrir esa veda en la UE, especialmente cuando responde a los compromisos adoptados por el PSOE para la investidura de Sánchez. Ya el miércoles, Puigdemont salió al paso con una publicación en X indicando que en el Estatut catalán se "obliga a los gobiernos catalán y español a 'emprender las acciones necesarias'" para ese reconocimiento en la UE.
La posición de Feijóo al respecto [más cuando el PPdeG votó a favor del uso del gallego recientemente] es la de asegurar que al Gobierno no le interesan las lenguas cooficiales, sino mantenerse en el poder a través de concesiones a sus socios. Cree más necesario solventar la convivencia del catalán y el castellano en Cataluña, en áreas como en la educación. ¿El punto de partida? Un 25% de uso de la lengua castellana como instó el TSJC. Los populares, ponen el foco en los problemas que supondría tener que reformar los tratados europeos para que todas las lenguas cooficiales de cada Estado entrasen en la institución. Especialmente ante la peculiaridad de que en algunos países bálticos se habla ruso o en Chipre el turco. Al PP no le preocupa que esta posición en materia lingüística en la UE les aleje de ambos partidos, priorizan sus posiciones sin considerar en lo que piensen partidos terceros.
El PP, por ahora, se centra en un vía crucis social, parlamentario y judicial contra el PSOE para las próximas semanas. Ante el anuncio de manifestación para el domingo 8 en Plaza de España, en Madrid, Vox convocó a través de su satélite juvenil, Revuelta, una concentración a las puertas del Palacio de La Moncloa este jueves por la tarde a la que se sumaron dirigentes como el propio Abascal. Pidió a Feijóo no esperar a los nacionalistas para una moción. Entre las peticiones de Vox al PP, además, es la de que renuncie a pactar nada con el PSOE, dejando por tanto de ser un partido de Estado, y el de asumir sus posiciones en distintas materias. Precisamente lo que ha permitido que en países como Austria, los homólogos de Vox hayan dado la puntilla a los populares sobrepasándoles. Esta misma dificultad de encajes políticos lleva al PP a no abordar la cuestión de prioridad en sus pactos para el próximo congreso del partido.
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1 Comentarios
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hace 6 horas
Porque los socios no le quieren ni ver