Un golpe. Otro más. Y otro. Una semana más. Y otra. El PSOE siente que los estacazos constantes están minando su ánimo. Se siente víctima de una "campaña de acoso y derribo", de la estrategia de "bulos y mentiras" de la "derecha y la ultraderecha", pero a la vez reconoce su eficacia, que le cuesta levantarse. La propia Moncloa acepta sin ambages su preocupación por el daño sufrido en unas semanas en las que se han sucedido, solo desde el apagón del 28 de abril, la publicación de los wasaps entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, la apertura de juicio oral al hermano del presidente y el controvertido aforamiento exprés (y forzado) del barón extremeño, los audios de la militante socialista Leire Díez Castro, motejada como "la fontanera de Ferraz", pese a que, como insisten en el partido y en el Gobierno (y ella misma), no hay ninguna evidencia de que trabajara para Ferraz. Es la suma de crisis lo que ha acabado por angustiar y abatir a un partido que se confiesa herido y objeto de una "cacería". Y también desconcertado, por la falta de explicaciones y de contundencia de la dirección contra Díez, quien llegó a ocupar cargos directivos en empresas públicas seis años.

—Pero se cree que algo hay que hacer. Recuperar la iniciativa.

La opinión sale de labios de un cuadro territorial. Y es compartida. En el PSOE se ha instalado la sensación, y lo manifiestan diversos dirigentes consultados, de que hay que intentar salir del hoyo, retomar el control de la agenda. Que el presidente dé un golpe sobre la mesa. La Moncloa no lo niega. "Es una obviedad", asumen. El momento llegará "siempre" después del verano, añaden, no antes, porque se ahogaría en un momento en el que buena parte de los españoles están de vacaciones o a punto de tenerlas, porque los compromisos llegan hasta finales de julio, antes del parón de agosto.

¿Pero hacer qué?

Ahí está el debate. Y no es sencillo. Ni está resuelto. Pero en el partido está empezando a aflorar la discusión sobre la conveniencia de que Sánchez reajuste su Ejecutivo a partir del otoño, aprovechando que llega al ecuador de la legislatura. Para darse un "nuevo impulso" hasta 2027, hasta el final de su mandato, cuando prevé convocar las siguientes elecciones generales, y también para pasar página de una primera mitad ciertamente agónica, jalonada por las causas judiciales —la más grave para los socialistas es, sin duda, la que rodea a Ábalos y a su exasesor, Koldo García—, por lo que Alberto Núñez Feijóo llama suma de "escándalos y corrupción".

Quienes defienden la pertinencia de un reajuste del Ejecutivo señalan que hace falta un "nuevo impulso" hasta 2027 y que es pertinente ahora que se va a atravesar el ecuador de la legislatura

En el equipo del presidente saben, y lo admiten a este periódico, que el debate ha prendido en el PSOE, que la duda de si conviene emprender una crisis de gobierno está sobre la mesa. Insisten en que la decisión es exclusiva de Sánchez. "Ahora mismo no hay indicios", señalan, advirtiendo, no obstante, que todo puede cambiar.

Cargos orgánicos e institucionales socialistas exponen distintas razones por las que, a su juicio, convendría remodelar el Ejecutivo. "Confío en la capacidad y en la audacia de Pedro, y nuestra militancia también, y creo que sería un gesto muy conveniente", valora prudente un miembro de la cúpula federal. "Tiene cierta lógica: un cambio en el Gobierno significa coger fuerza para llegar a 2027. Y los relevos tienen sentido en el Gabinete, no en el partido, ya que acabamos de cerrar los procesos congresuales", señala un jefe de un aparato regional.

En la ejecutiva federal hay quienes ven el gesto "muy conveniente". "Significa coger fuerza. Y los relevos tienen sentido en el Gabinete, no en el partido, ya que acabamos de cerrar los procesos congresuales", apuntala un jefe de un aparato regional

"Yo creo que Pedro es perfectamente capaz de dar un golpe de efecto para recuperar la iniciativa y tener relato ante todas las cosas que estamos viendo —manifiesta un dirigente autonómico con asiento en las Cortes Generales—. Hemos estado en circunstancias complicadas y sabe gestionarlas. Imagino que algo ocurrirá, lo que más lógica podría tener por estar en el ecuador de la legislatura es una crisis de gobierno, porque en el partido venimos de un congreso federal hace medio año y acabamos de cerrar la renovación en los territorios. No sé si tendría sentido meter mano a nivel orgánico. Es verdad que la sensación de asedio por tierra, mar y aire es real". "Yo creo que será inevitable algún tipo de reestructuración, pero hay que esperar y dar tiempo a tomar la decisión más acertada", apunta otro miembro de una dirección regional y diputado autonómico, que avisa de que hay que tener en cuenta para cuándo los populares Alfonso Fernández Mañueco y Juanma Moreno convocan sus elecciones respectivas, en Castilla y León y Andalucía. Por si hay anticipo.

Un cargo socialista con mucho anclaje en el partido, que ha podido intercambiar impresiones con muchos compañeros en las últimas semanas, describe el sentimiento general de abatimiento: "Persiste la sensación de que estamos superados. Y como todo apunta a que Pedro quiere llegar a 2027, se piensa que algo tendrá que hacer. Algún gesto. No porque tengamos indicios, es más una reflexión colectiva, la impresión de que hace falta un golpe en la mesa que demuestre autoridad". En el partido, sigue, cunde cierta sensación de "provisionalidad", por la incertidumbre, por la precariedad parlamentaria que impide al Gobierno sacar adelante todas sus iniciativas, por la dificultad evidente que tiene Sánchez de tomar la iniciativa. Y el caso Leire, sus audios en los que presuntamente maniobró con empresarios presuntamente delincuentes para obtener información sensible de mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a cambio de beneficios judiciales, ha sentado como una losa. Otra más. Sobre todo porque no ha habido explicaciones, ni se ha actuado rápido, ni de forma contundente.

Un barón regional advierte de que lo que preocupa no es un caso, sino "el 'efecto suma'", y alerta del peligro de que se instale la sensación de "fin de ciclo". En una federación crítica, creen que es precisa una "catarsis"

"Es el goteo lo que más preocupa. El efecto suma", coincide un barón regional, que alerta, él también, del peligro de que se instale en el PSOE una "sensación de fin de ciclo", de que los socialistas ya no sean capaces de remontar y de que la vuelta del PP a la Moncloa sea irreversible. Lo dice así una parlamentaria autonómica con experiencia en el puente de mando: "Estamos todos desconcertados: no solo no se hacen con el control de la situación, sino que está todo descontrolado. El sirimiri al final te empapa". Una angustia, la del "fin de ciclo", que también anotan algunos dirigentes igual de pesimistas, pero que no es el feeling que se percibe en todas las esquinas del partido.

En las federaciones más apartadas de Ferraz también juzgan que "es más necesario un reajuste en el Gobierno que en el partido". Por varios motivos: porque "en el Ejecutivo no hay un interlocutor para cuestiones territoriales —tercia un responsable de un aparato autonómico—, porque algunos ministros están más que achicharrados, porque los ministros candidatos solo salen hablando de polémicas nacionales y no se les ve como candidatos regionales... y porque pesa lo de siempre: la zozobra por el ruido de los casos judiciales y la debilidad parlamentaria".

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez(4d), posa junto a su equipo de ministros y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen(2i), como nueva miembro del Gobierno, en el palacio de la Moncloa, el 28 de noviembre de 2024. | EUROPA PRESS / EDUARDO PARRA

Otra responsable regional urge a adoptar soluciones drásticas: "Necesitamos una catarsis. No creo que un cambio de bisturí tape todo el desajuste. Catarsis y a por todas. Es la última oportunidad de hacer un verdadero cambio profundo en la praxis. Un partido activo y potente, alejado de discursos de salón y pegado al terreno. Un Gobierno abierto, y no a la defensiva, sin ministros macarras en áreas de Estado y humanización de la figura del presidente sin imposturas. Cortar el cordón umbilical con los socios, dado que poco ya saldrá. Nadar a pulmón con valentía y siendo nosotros mismos. Pedro puede recuperar la calle si vuelve a su esencia, enrocado no". Para un mando local, la ecuación es sencilla: si se quiere llegar a 2027 con ciertas garantías, pero se deja que haya "un deterioro mayor" y no se "recupera la iniciativa", entonces el problema será "muy de fondo", porque no acompañará tampoco la coyuntura parlamentaria. Y el miedo persistente en las filas del partido es que pueda seguir saliendo "basura" utilizada por la oposición para "acosar" al presidente. "Por eso no tengo ninguna duda de que Pedro algo hará. No sé ni cómo ni cuándo", concluye esta última voz.

Un responsable orgánico de una potente federación cree que plantearse cambios ahora, a rebufo de la "cacería" contra el presidente, sería "un verdadero error", pero entiende que la recomposición será necesaria en los siguientes meses

Una dirigente que conoce bien a Sánchez y que ha trabajado codo a codo con él ve factible y necesaria la remodelación del Gabinete, "pero cuando esto se aplaque". Cuando pase la tormenta. Precisamente esa es una de las razones esgrimidas por quienes creen que es más razonable esperar. No acometer cambios. No dejarse llevar por la ansiedad. "El PSOE está viviendo lo que está ocurriendo como una cacería mediática. Lo vivimos ya con Felipe [González], con [José Luis Rodríguez] Zapatero y ahora con Pedro. Un poco más de tranquilidad. El partido conoce bien su historia como para que no nos dejemos llevar por los impulsos. La agenda no nos la tienen que marcar los hooligans. Por eso yo no veo necesidad de acometer cambios. Plantearse eso ahora, actuar en base a titulares, sería un verdadero error", apunta un responsable de Organización de una federación de mucho peso, que cree que una reestructuración del Ejecutivo estaría justificada por otros motivos, como la salida obligada de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, para partir a la campaña andaluza, o si se lograran aprobar los primeros Presupuestos de la legislatura.

Pero este importante cargo orgánico concede que, a la vuelta del verano, el escenario será otro. Se cruzará la baliza de la mitad de legislatura y "habrá que afrontar la segunda parte con otra perspectiva", y ese punto de inflexión "puede llegar en octubre, noviembre, diciembre o después de Navidad". Y agrega que si Sánchez decidiera retocar su Gabinete, podría primero introducir algunos cambios para, cuando Moreno convoque las autonómicas andaluzas —previstas para junio de 2026, si no hay adelanto—, cesar a Montero, una de las piezas absolutamente claves del Ejecutivo, junto con el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños.

Semanas difíciles, las de Feijóo, que sigue en la oposición. Hay que dejar que se cuezan. La mejor reacción no es reaccionar. Gestionar los temas con normalidad. Gobernar. Y que se desesperen", prescribe un responsable muy conectado con Sánchez

Barones y mandos territoriales afirman estar ocupados en los problemas de sus comunidades y ayuntamientos —"todo me suena a chino, fuera de la M-30 yo creo que apenas se entiende", sanciona un presidente regional—, y otros relevantes cuadros aconsejan al presidente no mover las piezas. "No hay necesidad de nada. Solo de esperar a que aflore la verdad", expresa un barón autonómico. "Pedro toma sus decisiones en esa materia. Pero yo no creo en los cambios de gobierno como solución de nada", valora un miembro del Gabinete. Coincide otra compañera: "Lo que está pasando no tiene nada que ver con la acción del Ejecutivo, que es muy buena. Estamos hablando de lo que ya ha pasado y eso el futuro no lo borra. Lo que hay que hacer es depurar responsabilidades de quien las tenga y el resto, a seguir trabajando con ganas". Un responsable muy conectado con el presidente y con mucho oficio en el Gobierno ironiza: "Semanas difíciles, las de Feijóo, que sigue en la oposición. Hay que dejar que se cuezan. La mejor reacción no es reaccionar. Gestionar los temas con normalidad. Gobernar. Y que se desesperen".

En el partido, detalla un veterano que sabe muy bien su latir, hay "ansiedad e impotencia ante la dificultad de zafarse de una conversación pública dominada por el caso Koldo y sus secuelas y derivaciones", pero "la sensación de acoso externo masivo, rodeado de elementos claros de lawfare y sumados a las deslealtades internas de [Emiliano García-] Page y [Javier] Lambán, mantienen prietas las filas y vivo un cierto espíritu de resistencia colectiva". Pero este cargo cree que, sobre todo, de nada sirve un "giro de guion", ya no tienen, estima, la misma "eficacia disruptiva" que antes.

Un veterano constata la "ansiedad e impotencia" de las filas socialistas, pero subraya que la clave es que están prietas y subsiste un "espíritu de resistencia colectiva". Y duda de la "eficacia disruptiva" de los giros de guion

"Ese recurso ya se ha gastado —explica esta misma fuente—, ha habido muchos en los últimos años y de todas las modalidades (cambios en el Ejecutivo, los cinco días de reflexión, el plan de acción por la democracia…). ¿Qué nos podemos inventar a estas alturas? Lo importante es que el partido sigue fuerte detrás de Pedro, por ese lado no hay desafección. Ya no se me ocurre ningún conejo que podamos sacar de la chistera".

En la Moncloa piden a sus cuadros que resistan. Que no se ansíen, que "si no aguantan el calor, salgan de la cocina". Sánchez optó esta semana por no contestar a Feijóo y a su convocatoria de la manifestación del 8 de junio contra la "corrupción" y la "mafia socialista" para no dar más aire a sus acusaciones, para no entrar en su rueda ni caer en su "trampa". El jefe del Ejecutivo entiende que ha de seguir sus planes. Y cualquier decisión se adoptará, avisan en su equipo, después de las vacaciones de verano. Explican que ahora tienen por delante la cumbre de la OTAN, el 24 y 25 de junio en La Haya, donde se decidirá el gasto en defensa para los próximos años, y la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas, que acogerá Sevilla del 30 de junio al 3 de julio. Y se espera, añaden, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la ley de amnistía. "Pero sí, sabemos que tenemos que recuperar la iniciativa, es una obviedad", sostienen. Cómo se concretará el giro no está decidido: desde la convocatoria del debate del estado de la nación —sería el primero en esta legislatura y el primero desde 2022—, hasta poner nuevos temas de conversación sobre la mesa... o una crisis de gobierno. "Siempre" después del parón de agosto.

Todo gesto del presidente llegaría ya tras el parón estival. Pero en la Moncloa apuntan que el actual es "un buen Gobierno", que tiene a ministros nuevos (Aagesen, Cuerpo), otros "capados" hasta sus elecciones y otros que estarían blindados

Los colaboradores directos del Ejecutivo ven algunas contraindicaciones a una remodelación ministerial. Para empezar, porque "hay un buen Gobierno", con algunas piezas que podrían cambiarse, asumen, pero que "no son graves". Además, el presidente "no tiene la sensación de trabajar con un equipo antiguo", porque se han incorporado en esta legislatura ejes claves como la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen; el titular de Economía, Carlos Cuerpo; el propio director de Gabinete de Sánchez, Diego Rubio, y la secretaria de Estado de Comunicación, Lydia del Canto. El líder socialista, por otro lado, quiere que sus ministros candidatos aguanten hasta la convocatoria de sus respectivas elecciones: así, Montero (Hacienda) será la primera en partir hacia Andalucía, como tarde a mediados de 2026, y después lo harían, cara a las autonómicas de mayo de 2027, Óscar López (Transformación Digital) a Madrid, Diana Morant (Ciencia) a Valencia, Pilar Alegría (Educación) a Aragón y Ángel Víctor Torres (Política Territorial) a Canarias, además de —tal vez— Francina Armengol, presidenta del Congreso, a Baleares.

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, secretaria general del PSOE de Aragón; la titular de Sanidad, Mónica García (Sumar); la responsable de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, jefa también de los socialistas valencianos, y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, llegan a la rueda de prensa posterior a la reunión ordinaria del Gabinete del pasado 8 de abril de 2025, en la Moncloa. | EUROPA PRESS / ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ

Por tanto, hay cinco ministros "capados", y otros que, señalan en la Moncloa, a priori están blindados porque Sánchez tiene buena opinión de su trabajo y son pilares del Gabinete: Félix Bolaños (Presidencia y Justicia), Fernando Grande-Marlaska (Interior) —señalado repetidamente en las quinielas por estar abrasado pero a quien el líder socialista aprecia y ha salvado siempre—, Margarita Robles (Defensa) o José Manuel Albares (Exteriores). La conclusión es que entonces "no hay demasiado margen" de cambios por ahora, y menos de calado, porque retoques como una salida probable de Ana Redondo (Igualdad), uno de los eslabones más débiles, no tendrían gran impacto político.

Los colaboradores del presidente creen que el margen sería escaso. Y agregan que no es tan obvio ya que se retome la iniciativa cambiando el Gabinete: "Ojalá. Las cosas no van así"

Pero en la Moncloa rebaten, también, la utilidad de una crisis de gobierno: "Es que ya no retomas la agenda cambiando de ministros. Ojalá. Las cosas no van así". Es un fusible que se gasta pronto.

La pregunta sigue estando ahí. Y se la hacen en el partido y en el Ejecutivo. Hay que recuperar la iniciativa, intentar emprender la segunda parte de la legislatura con otros materiales, escapar del terrible desgaste de estos dos primeros años, dejar atrás los "escándalos" a los que se aferra el PP. Pero, ¿cómo? ¿Y cuándo? Solo Sánchez tiene la respuesta.