El Gobierno no da marcha atrás. Ni se mueve. No quiere rectificar por haber difundido una noticia que luego fue desmentida, tampoco pedir disculpas. Sostiene que la interpretación que dieron el sábado los medios de las palabras del capitán de la Guardia Civil Juan Vicente Bonilla sobre una supuesta "bomba lapa" al presidente, Pedro Sánchez, era solo una de las posibles, pero no necesariamente la única. Y, en todo caso, cree el Ejecutivo, lo defendió este martes la ministra portavoz, Pilar Alegría, que lo importante es lo que hay detrás, la secuencia de más de 3.000 mensajes entre el agente y su confidente, algunos de una "agresividad preocupante", y la "cascada de fango" que el PP lleva vertiendo sobre los socialistas durante años.

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El origen de lo ocurrido hay que situarlo en la publicación, la semana pasada, de un fragmento de la conversación entre Bonilla —hoy alto cargo de la Comunidad de Madrid— y su confidente, el empresario José Luis Caramés, del 8 de junio de 2021, hace ahora casi cuatro años. "Aprovecha los dos años de sanchismo que quedan", le decía el capitán de la Guardia Civil. "De esta te dan la Laureada de San Fernando y eso que está en desuso. No te imaginas hasta qué punto", le respondió Caramés. "O una bomba lapa en los bajos", ironizó de vuelta Bonilla. "Podría ser", le replica el empresario. "Ya te lo digo yo, algún sicario venezolano", comenta el guardia civil.

Alegría subraya que hay que ir más allá de ese fragmento y algunos de los más de 3.000 mensajes del capitán de la Guardia Civil son de una "agresividad preocupante"

La primera lectura que se hizo, y que fue de la que se hicieron eco tres ministros el pasado sábado —cuando ya se había publicado el intercambio íntegro de mensajes—, es que Bonilla "fantaseaba" con matar a Sánchez, en palabras del titular de Transformación Digital, Óscar López. Una interpretación que secundaron la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría. La Sexta rectificó en la mañana del sábado y también lo hicieron otros medios: la interpretación correcta era justo la contraria: lo que estaba diciendo Bonilla es que temía que el Gobierno le pusiera a él una bomba lapa en el coche, y no al revés.

Pero en estos días el Ejecutivo no ha querido hacer lo mismo, rectificar. López ha insistido en que solo se hizo "eco" de una "noticia" y que en todo caso el capitán debía ser cesado por el Ejecutivo que le paga la nómina, el de Isabel Díaz Ayuso. Y el PSOE, desde su cuenta oficial, también ha avalado que se le despida por las "barbaridades impropias de un servidor público". Y es que el guardia civil, en sus conversaciones con su confidente, también hace alusión a los "rojomorados" —por la coalición de PSOE y Unidas Podemos— y a la necesidad de "desterrar" a Sánchez.

Es verdad que algún medio consideró que una parte [de esa charla] había que interpretarla de otra manera", apuntó la ministra

Este martes, Alegría insistió en que varios ministros se hicieron "eco" de una "información publicada por varios medios de comunicación", que extractaba un fragmento de entre más de 3.000 mensajes de WhatsApp. "Es verdad que algún medio consideró que una parte [de esa charla] había que interpretarla de otra manera", dijo, en el sentido de entender que quien temía que le pusieran una bomba lapa era Bonilla. Una formulación que también podía intuirse como un reproche a La Sexta.

"A partir de ahí, que los árboles tampoco nos impidan ver el bosque", señaló la portavoz, porque en esas largas conversaciones late una "agresividad preocupante" y uno de los protagonistas es hoy "un alto cargo del Gobierno de la Comunidad de Madrid", que por tanto "cobra un salario público [más de 84.000 euros anuales]" y que tuvo responsabilidades dentro de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Así que sus mensajes, coligió, son "impropios en un servidor público". Pero para la ministra, lo más "preocupante" es que esos mensajes y conversaciones son "una gota más de esa cascada de fango que lleva generando el PP durante todos estos años". El Ejecutivo considera también grave que el agente utilizara conceptos como el de la "bomba lapa", que remiten en el imaginario colectivo a los atentados perpetrados por ETA. "Creo que a todos nos lleva a momentos pasados y vividos desde luego nada agradables, y menos en estos momentos", reprochó.

La portavoz carga contra Feijóo por referirse a Sánchez como "capo de la mafia". No debería hacerlo, dice, quien "tiene un álbum fotográfico a sus espaldas como el que tiene". La alusión era clara: la imagen del hoy líder del PP con el narco Marcial Dorado

Alegría recordó que en 2022, cuando llegó a la dirección del PP Alberto Núñez Feijóo, lo hizo prometiendo que aterrizaba para ganar a Sánchez, no para insultarlo. "Pero no puede ganarle y ha decidido insultar. Hemos escuchado cómo Feijóo se refería al presidente como capo de la mafia. Una persona como Feijóo, que tiene un álbum fotográfico a sus espaldas como el que tiene, debería ser cuanto menos más prudente, cauteloso y mesurado a la hora de verter esos comentarios".

La ministra sacaba a colación la imagen de hace años de Feijóo en un barco en la que aparece con el narcotraficante Marcial Dorado, una instantánea que ha sido recurrentemente utilizada por los socialistas. "Con ese álbum", acabó, el líder del PP "estaría inhabilitado hasta para ser presidente de su comunidad de vecinos".

La portavoz lamentó el efecto negativo de la "cascada de fango y polarización" de la política española, sobre todo para la ciudadanía, que es testigo de una "conversación avinagrada". Pero, "detrás de esta cascada de fango", siguió, "hay una realidad de un país que progresa, avanza y crece", la "realidad" de una España que es "la que quiere tapar el PP" y que para consolidarla el Gobierno se dedicará "en cuerpo y alma" lo que queda de legislatura.

Fuentes del Ejecutivo confirmaron posteriormente que, en efecto, Alegría no quiso rectificarse ni a sí misma ni a sus compañeros. La razón, como dejó ver ella misma en sus declaraciones ante los medios, es que el Gobierno entiende que "hay muchas interpretaciones posibles a la conversación de Bonilla con su confidente". "No creemos que haya una única lectura posible de esto. No está tan claro como está pareciendo. Además, el capitán es una persona pública que tiene ahora un cargo político [es gerente de Seguridad Corporativa del Servicio Madrileño de Salud] y podía haber salido a desmentir la primera interpretación que se hizo. Y no lo ha hecho", argumentan en la Moncloa, donde creen que el problema de fondo es que "se ha normalizado la violencia contra el presidente del Gobierno". Y ponen como ejemplo los altercados que se formaron en la calle de Ferraz con ocasión de las protestas contra la ley de amnistía, o el muñeco que representaba a Sánchez que se apaleó en la Nochevieja de 2023.

Lo que no hemos hecho es rectificar. Pero no hemos vuelto a decir que sostenemos lo que primero se decía", aseveran en la Moncloa, que recuerdan que el capitán pudo haber desmentido la primera lectura y no lo ha hecho en estos días

"Lo que no hemos hecho es rectificar. Pero no hemos vuelto a decir que sostenemos lo que primero se decía", continúan fuentes del Ejecutivo, que inciden en que las palabras de Bonilla, incluso su referencia a las bombas lapa, son "impropias" de un servidor público.

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