Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y líder del PSOE, se encuentra en el momento más crítico de su mandato tras el estallido de un grave escándalo de corrupción que ha salpicado a su círculo más cercano y ha desencadenado una oleada de rumores sobre su inminente dimisión.

PUBLICIDAD

Al aluvión de informaciones de esta semana con la trama de corrupción se ha sumado la extraña visita, no programada, a La Moncloa del presidente de la Generalitat de Cataluña y líder del PSC, Salvador Illa, en plena crisis abierta por los señalamientos de corrupción contra Santos Cerdán. Esta visita ha disparado todo tipo de especulaciones sobre la dimisión de Sánchez y su sustitución por el mandatario catalán que es el hombre más fuerte del PSOE en este momento.

El detonante: el caso Cerdán y la trama de corrupción

El escándalo estalló tras la publicación de un informe policial que implica a Santos Cerdán, hasta ahora número tres del PSOE y mano derecha de Sánchez, en una trama de comisiones ilegales vinculadas a contratos públicos. Cerdán dimitió de todos sus cargos tras la filtración de audios y documentos que lo señalan como responsable de gestionar pagos ilícitos junto a otros ex altos cargos socialistas. Sánchez, visiblemente afectado, pidió perdón públicamente y anunció una auditoría externa en el partido, pero descartó tanto elecciones anticipadas como una crisis de Gobierno.

La oposición, encabezada por el PP y Vox, exige la dimisión inmediata de Sánchez y la convocatoria de elecciones. Mientras tanto, los socios parlamentarios del Gobierno muestran su descontento y reclaman decisiones contundentes. El propio PSOE asume que la legislatura está agotada y que el partido debe buscar un nuevo liderazgo para afrontar la crisis y evitar un colapso electoral.

Aunque Sánchez insiste en que no habrá elecciones hasta 2027, el escenario de su dimisión es cada vez más plausible. La presión interna, la gravedad de las acusaciones y la pérdida de confianza tanto dentro como fuera del partido alimentan la sensación de que el relevo en la Moncloa podría ser inminente.

PUBLICIDAD