"El Partido Socialista actuó de manera contundente desde el primer momento. Se han asumido esas responsabilidades, se ha apartado, en este caso, a Santos Cerdán del Partido Socialista, y ahora es el momento de la Justicia, y es la Justicia quien tiene que dirimir exactamente cuáles son las responsabilidades y cuáles no en el caso de Santos Cerdán". Fue la escueta respuesta que dio el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde Sevilla, justo segundos después de conocerse que el instructor del caso Koldo en el Supremo, Leopoldo Puente, decidiera enviar a prisión provisional, comunicada y sin fianza al último secretario de Organización socialista, el que era su mano derecha en el partido hasta que trascendió el demoledor informe de la UCO contra él, el pasado 12 de junio.

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El jefe del Ejecutivo compareció este lunes junto al secretario general de la ONU, António Guterres, en la primera jornada de la IV Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo, que acoge hasta el jueves la capital andaluza. Sánchez llevaba el mensaje muy medido. Para cuando salió ante los medios, se conocía la petición de prisión preventiva de la Fiscalía para Cerdán, y él primero contestó haciendo esa distinción entre el plano político, en el que ya había actuado el partido "con contundencia", y el judicial, que es la que ahora tiene que "dirimir" las responsabilidades penales, si finalmente la hay.

Máxima colaboración y respeto lógicamente por la Justicia y por su trabajo. Pero desde el punto de vista político creo que hay una posición muy distinta por parte del partido que yo dirijo respecto a otras organizaciones políticas", remarca

En el transcurso de la rueda de prensa, se conoció la decisión del juez Puente —prisión provisional, comunicada y sin fianza por los posibles delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias—, los periodistas le preguntaron y su respuesta fue calcada. La que encabeza este texto. Con un añadido: "Máxima colaboración y respeto lógicamente por la Justicia y por su trabajo. Pero desde el punto de vista político creo que hay una posición muy distinta por parte del partido que yo dirijo respecto a otras organizaciones políticas que no asumen ningún tipo de responsabilidad". Es decir, que frente a un PP que no actúa, el PSOE sí hace sus deberes y aparta a sus presuntos corruptos de manera tajante. Fue la línea de defensa que siguió en el último pleno del Congreso frente a Alberto Núñez Feijóo.

Sin embargo, el salto dado este lunes es muy relevante. El juez accedió a la petición de la Fiscalía y acordó la prisión comunicada y sin fianza para Cerdán por su relevante papel en el reparto de mordidas por supuestos amaños de adjudicaciones de obra pública. Es la primera vez que el magistrado adopta una decisión tan restrictiva en este caso. No envió a la cárcel, porque tampoco lo pidió el ministerio público, ni al exministro y exsecretario de Organización socialista José Luis Ábalos, ni a su exasesor Koldo García. Sobre ambos pesan medidas cautelares menos gravosas: prohibición de salir de España, retirada del pasaporte y comparecencias quincenales ante el juez.

Fuentes del Ejecutivo apuntaban, antes de conocerse la decisión del juez, que la imagen de Cerdán entrando en prisión —finalmente, el Supremo lo envió al penal de Soto del Real, en Madrid—es dura, de una enorme fuerza simbólica, pero el impacto interno se ha mitigado porque el partido ya está en otra pantalla, la del comité federal del próximo sábado, 5 de julio, en el que Sánchez confirmará los cambios en su equipo tras la vacante dejada por el exsecretario de Organización.

El ingreso en la cárcel, indicaron desde la Moncloa, confirmaría que el ex número tres estaba en el "vértice" del llamado "triángulo tóxico" formado por él mismo, Ábalos y Koldo. Pero, a efectos internos, aunque la imagen avergüence y sea dolorosa, el daño y el mal "ya están hechos", y el "purgatorio" en el que expíe sus pecados, sea en su casa o en una celda, "no cambia", informa Europa Press. Es decir, que la situación del Gobierno y de la formación continúa como antes de esta declaración ante el juez. "Ponemos distancia, no estamos pensando en esto sino en el comité federal del sábado", concluyeron fuentes gubernamentales. Lo cierto es que el presidente no ha dado señales de qué va a hacer, ni siquiera si la remodelación que tiene en mente será amplia o reducida. En su partido los suyos han venido considerando insuficientes sus medidas.

En el Gobierno consideran que la imagen de su exsecretario de Organización en prisión es dura pero no cambia la situación y apuntan que ya están en la pantalla siguiente: la del comité federal del sábado

Cerdán no era, sin embargo, un actor secundario en el universo socialista. Tras las primarias de 2017, en las que él ayudó a Sánchez a recuperar el trono de Ferraz, se convirtió en secretario de Coordinación Territorial, en la mano derecha de Ábalos. En 2021, tras la caída de este, Cerdán le relevó en Organización. Era quien llevaba el día a día del partido, el hombre que dirigía el aparato y de la máxima confianza del presidente.

La noticia, obviamente, eclipsó el arranque de la cumbre de la ONU en Sevilla. En su comparecencia con Guterres, Sánchez anunció la creación de la Casa de Naciones en Madrid, una nueva sede que acogerá a equipos de varias agencias de la organización para que puedan realizar su trabajo con "seguridad, apoyo y reconocimiento", según precisó. Es su apuesta de refuerzo del multilateralismo, en un momento de "debilitamiento evidente". "El mundo necesitas unas Naciones Unidas fuertes, capaces de abordar los grandes desafíos globales a los que se enfrenta la humanidad", sostuvo el líder socialista. Un anuncio arrasado por una decisión de enorme impacto.

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