El modo Sevilla del presidente del Gobierno concluye este jueves. A las 16.30 clausura la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas en la capital andaluza y después regresa a Madrid. Encenderá entonces el modo Ferraz, porque tiene que tomar decisiones sobre cómo reorganizar un partido traumatizado y deprimido por el impacto del encarcelamiento de Santos Cerdán por presunta corrupción. Tendrá unas horas de margen, hasta la reunión del sábado, 5 de julio, del comité federal, el máximo órgano de poder del PSOE entre congresos. Pedro Sánchez reclamó ideas a los suyos, fórmulas para reestructurar la dirección y endurecer los controles internos para dificultar en lo posible nuevas réplicas. Y una que tiene sobre la mesa es la de componer una cúpula más horizontal, en la que se introduzcan contrapesos para no conceder todo el poder al nuevo (o nueva) secretaria de Organización. Se trata de "desconcentrar Ferraz", como describen varias fuentes conocedoras de las propuestas que tendrá que estudiar a fondo el jefe del Ejecutivo.
En el PSOE hay dos figuras claves, irreemplazables. El secretario general, el líder —Sánchez, desde 2017 de manera ininterrumpida, y también antes, entre 2014 y 2016— y el secretario de Organización, que es quien lleva las riendas del aparato, el capataz que conduce la maquinaria del partido. Una función que, en los últimos ocho años, ejercieron sucesivamente José Luis Ábalos (2017-2021) y Santos Cerdán (2021-2025). Pero fue Cerdán quien acumuló más poder, primero porque cuando Ábalos marchó al Gobierno como ministro de Transportes él se quedó con el día a día del partido, y después porque heredó su cargo y, una vez que se libró a su favor su batalla con la entonces vicesecretaria general, Adriana Lastra, se quedó como amo y señor de Ferraz. Único. Exclusivo. De ahí que el shock sufrido por el PSOE con su caída por presunta corrupción, su entrada en prisión el pasado lunes por los posibles delitos de integración en organización criminal, cohecho y tráfico de influencias, su retrato como supuesto cabecilla de una trama que cobraba mordidas a cambio de adjudicaciones públicas, sea mayúsculo.
De lo que se habla es de responsabilidades compartidas, de desconcentrar el PSOE. Pero todo son propuestas elevadas al jefe, a Pedro, y él decidirá", advierten en el cuartel general
Por esa misma razón, una propuesta que Sánchez estudiará hasta el comité federal es si quiere una "estructura más horizontal", con un equipo "coral" en Organización, como indican a este diario distintas fuentes consultadas en Ferraz y en la Moncloa. Y aunque parezca una decisión sencilla, no lo es, porque el PSOE es una organización jerárquica que abomina de las bicefalias. "De lo que se habla es de responsabilidades compartidas, de desconcentrar el PSOE. Pero todo son propuestas elevadas al jefe, a Pedro, y él decidirá", advierten.
El pasado 16 de junio, en la última reunión de la ejecutiva, Sánchez propuso la creación de un equipo interino que asumiera Organización hasta el comité federal del 5 de julio, que supliera las funciones de Cerdán, obligado a abandonar sus cargos (y su acta en el Congreso) el 12 de junio, en cuanto trascendió el demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil contra él. El secretario general eligió para cubrir temporalmente el vacío en Organización a Cristina Narbona, presidenta del PSOE; Montse Mínguez, secretaria de Trabajo, Economía Social y Trabajo Autónomo (y número dos del Grupo Socialista en el Congreso); Borja Cabezón, responsable de Acción Democrática y Transparencia, y Ana Fuentes, gerente del partido. Además, ellos cuatro contarían con la ayuda del presidente de la Fundación Avanza, el think tank socialista, el economista Manu Escudero. A ellos les encargó la formulación de propuestas para oxigenar la dirección y reformar y endurecer las normas internas.
No está claro cómo se materializará ese recorte de poder del responsable de Organización. "Se trata de que existan controles y contrapesos. Traerá otras disfunciones, pero ahora prima desconcentrar", señala un dirigente que conoce los cambios que se manejan
Sánchez, a su vuelta de la cumbre de la ONU en Sevilla de este jueves, deberá evaluar los planteamientos que le han hecho llegar desde el cuartel general del partido. Y, sobre todo, cómo materializar esa "desconcentración del poder de Ferraz", que no deja de ser "una secuela de Cerdán". "Se trata de que existan controles y contrapesos. Traerá otras disfunciones, pero ahora prima desconcentrar", señala un dirigente conocedor de los cambios que se barajan en el equipo del líder.
El diablo, como siempre, está en los detalles. En principio, como apuntan desde la Moncloa, lo lógico no es que desaparezca la figura del secretario de Organización —o, como se espera, secretaria, porque en las filas socialistas es un clamor que el cargo debe ser ahora ocupado por una mujer—, ni que sea reemplazada por una suerte de órgano colegiado. Lo previsible es, si Sánchez acepta esa idea, que se recortase el poder total del responsable del aparato, bien compartiendo sus competencias con un equipo o bien que se subdividan sus funciones en distintas áreas. Se exploraría una suerte de cogobernanza en Organización, según avanzaba este miércoles el programa Mañaneros 360 de Televisión Española.
Cerdán se apoyaba en tres diputados nacionales que eran como su guardia de corps: Juanfran Serrano, Javier Alfonso Cendón y Manuel Arribas
En realidad, Cerdán no dirigía solo el aparato. Contaba con un adjunto en Ferraz, el diputado jiennense Juanfran Serrano, y con la ayuda de otros dos parlamentarios, el leonés Javier Alfonso Cendón —secretario de Ciencia, Innovación y Universidades y líder provincial de León—, y el abulense Manuel Arribas —miembro de la ejecutiva del PSOE en Castilla y León—. Ellos tres eran su guardia de corps y a los que todos señalan como más que probables damnificados por la caída de su hasta ahora jefe.
Ventajas, pero también inconvenientes
"De lo que se habla es de un secretario de Organización con un rol no tan protagónico o acaparador. Puede tener uno o dos adjuntos, que también se adscriban secretarías como Administración, Acción Electoral u otras... para componer así una estructura menos vertical, más participativa, que aporte políticamente, y más horizontal", señala a El Independiente un responsable al corriente de la discusión interna que se sustancia estos días.
Sin embargo, un organigrama más horizontal también tiene problema de encaje en el PSOE. Primero, porque en el fondo se introduce un elemento peligroso, la desconfianza, la vigilancia cruzada. "Estas estructuras con contrapesos tienen ventajas porque hay controles internos, pero en estos diseños anida también el enfrentamiento, porque al final siempre hay alguien que quiere mandar", ilustra esta última fuente.
En la memoria de todos está la guerra de poder que se abrió entre 2021 y 2022 entre Cerdán y Lastra, que acabó con la dimisión de ella tras una "operación de acoso y derribo" urdida por el exjefe del aparato, según contaba la dirigente asturiana hace unos días
Y es que está muy reciente lo que ocurrió entre 2021 y 2022. Cuando Ábalos fue destituido por Sánchez —el presidente nunca llegó a aclarar las razones de un cese que sorprendió en aquel momento a los socialistas— y Cerdán asumió Organización, Adriana Lastra tuvo que escoger. En aquel momento ella acumulaba dos cargos, la vicesecretaría general y la portavocía en el Congreso, y Sánchez le pidió que eligiera uno de los dos. Ella optó por marchar al partido. Por repartirse Ferraz con Cerdán. Pero la convivencia entre ambos fue imposible. La guerra se recrudeció. Como la propia dirigente asturiana contaba tras la caída del navarro, él le hizo "de todo", urdió una "operación de acoso y derribo" hasta que ella se vio abocada a dimitir de su cargo de vicesecretaria general, en julio de 2022, "enferma y embarazada de cinco meses y medio" de su primer hijo. Ella creyó que lo que sucedía era "una cuestión de poder, de machismo, de no tolerar que una mujer estuviera por encima de él", pero tras lo ocurrido lo que creen Lastra y su entorno —en él estaba Maritcha Ruiz Mateos, la entonces directora de Comunicación del PSOE— es que Cerdán le hizo la vida imposible porque temía que descubriera sus presuntas corruptelas.
El cargo de vicesecretaria general lo heredó, en ese julio de 2022, María Jesús Montero. Pero ella no ha ejercido realmente de contrapeso a Cerdán, precisamente por su acumulación de puestos: vicepresidenta primera del Gobierno, ministra de Hacienda, número dos del PSOE y, desde el pasado enero, secretaria general de los socialistas andaluces. Montero sí desempeña un poder político dentro del PSOE, como mano derecha que es de Sánchez, goza de una autoridad interna indiscutible, pero no se ha encargado en ningún momento del aparato. De la maquinaria. Ese poder estaba en manos exclusivamente de Cerdán. De ahí que ahora se baraje un secretario de Organización no todopoderoso. El puesto de Montero, por cierto, no está en duda. Ella continuará como dos.
El único riesgo no es solo alumbrar una estructura disfuncional. "Si hay un jefe o jefa de Organización que esté debilitado, por los controles internos, por los contrapesos o por su carácter... todo al final acaba escalando hacia Pedro. Santos sí hacía de tapón: resolvía las cuestiones orgánicas sin que Pedro estuviese encima. Pero si ahora se opta por esta fórmula, el presidente asume más tareas. Ahora, no obstante, prima lo que prima. Se trata de ofrecer una imagen de Organización radicalmente distinta, que sea amable, que no destile olor a aparato. Pero sí es verdad que desde el punto de vista funcional lo que puede ocurrir es que Pedro se eche el partido más a sus espaldas", indica este responsable bien conectado con la Moncloa.
Montero no ha ejercido un papel de número dos orgánico, justo por la acumulación de cargos. Ella seguirá al lado del líder. A las quinielas internas, para Organización, se ha sumado la murciana María González Veracruz, secretaria de Estado
La duda, ahora, es quién ocupará la Secretaría de Organización y con qué equipo contará, pero la idea es proyectar una foto distinta, ofrecer la imagen de una dirección "revitalizada", algo que en sí mismo es una "autoenmienda" del propio Sánchez, porque desde 2017 ha confeccionado "las ejecutivas que ha querido, y ha optado por una cúpula con un encefalograma muy plano", valora un cargo que le apoya incondicionalmente pero que es consciente de sus debilidades como secretario general. Uno de los últimos nombres en sumarse a las quinielas es el de la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, María González Veracruz (Murcia, 1979), que formó parte de las ejecutivas de José Luis Rodríguez Zapatero (2008-2012), Alfredo Pérez Rubalcaba (2012-2014) y del propio Sánchez (2014-2016). Es una mujer muy próxima a su jefe en el ministerio, Óscar López, y que como él apoyó a Patxi López en las primarias de 2017. Otros nombres que suenan son los de las delegadas del Gobierno en Castilla-La Mancha y Comunitat Valenciana, Milagros Tolón y Pilar Bernabé, o la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey.
Reserva hasta el final
En el equipo directo de Sánchez repiten que no se dispone a hacer una revolución interna, que no desmontará por completo la ejecutiva emanada del 41º Congreso Federal, el que se cerró en Sevilla el pasado 1 de diciembre, en buena medida porque una mudanza completa de la dirección requeriría, en puridad, un cónclave extraordinario. El pasado 16 de junio, lo que él afirmó es que el comité procedería al relevo del jefe del aparato y de su equipo. En cualquier caso, toda decisión está en sus manos y su estilo de liderazgo es personalísimo. Con rechazo total, además, y siempre lo ha tenido, a una filtración por anticipado de sus planes.
También se plantea, a nivel interno, la expulsión directa de los militantes que consuman prostitución o que sea incompatible una actividad privada y el ejercicio de un cargo orgánico
Junto a la remodelación de la ejecutiva, tenga finalmente el alcance que tenga, se procederá a un refuerzo de las normas internas. Entre las propuestas que tiene sobre la mesa, la expulsión directa de los militantes que consuman prostitución, una respuesta a las descarnadas conversaciones entre Ábalos y su exasesor Koldo García en las que trataban a las mujeres como si fueran meros objetos de deseo, grabaciones que han resultado vomitivas para todo el partido y más aún para las feministas. El PSOE es una formación que se confiesa abolicionista y en su cónclave del pasado diciembre ya endureció sus estatutos, para recoger, en su artículo 82.5, que se impondrá la sanción de expulsión no solo a los que hayan sido condenados por corrupción, sino también a aquellos sentenciados por "la violencia contra las mujeres o contra la libertad sexual". El artículo 5.9 del código ético y de conducta, aprobado en 2023, prescribe que se suspenderá cautelarmente de militancia a aquellos a los que se abra juicio oral por un delito "relacionado con la corrupción, con la violencia de género o la libertad e indemnidad sexuales (acoso, abuso o violación) o contra la integridad moral", y añade que se expulsará del PSOE a los condenados por alguno de esos delitos. Ahora, por tanto, se podría ser más expeditivo.
También se plantea la dirección, como adelantó TVE, que sea incompatible ejercer un cargo orgánico y a la vez trabajar en una empresa privada. "Pedro pidió ideas, pero ahora tiene que decidir cuando las tenga delante. Reflexionará y hará llamadas a su equipo", señalan desde la Moncloa.
Sumar eleva el tono con el socio mayoritario de coalición tras su reunión sin avances de este miércoles: los socialistas no son "conscientes de la gravedad" de la situación y el mayor riesgo es el "inmovilismo" o el "maquillaje", advierte el ministro Urtasun
Las medidas que el presidente anunciará a los suyos el sábado —ante la ejecutiva, convocada a las 9.30 en Ferraz, y al comité federal, cuyo arranque está previsto para una hora más tarde— tendrán un reverso unos días más tarde. El próximo miércoles, 9 de junio, Sánchez trazará su hoja de ruta ante los socios de investidura y ante los ciudadanos en un previsible durísimo pleno monográfico en el Congreso sobre los escándalos de corrupción. El jefe del Ejecutivo se deberá enfrentar ante una oposición que le reclama elecciones ya y su dimisión y unos aliados parlamentarios que le demandan explicaciones y una mayor contundencia.
Este miércoles, el ala socialista acusó la presión de Sumar. La reunión de algo más de dos horas en la Cámara baja entre los dos socios de coalición acabó sin avances, según relató el titular de Cultura, Ernest Urtasun, arropado por el resto de portavoces del grupo de Sumar. El ministro subrayó que los socialistas no son "conscientes de la gravedad" de la situación, que siguen en shock, y que el mayor riesgo para la legislatura es el "inmovilismo" o el "maquillaje". El socio pequeño del Ejecutivo ofreció una hoja de ruta con medidas para luchar contra la corrupción y de "reseteo" —el término reiteradamente utilizado por la vicepresidenta Yolanda Díaz—.
El PSOE eludió la comparecencia de los tres miembros del Gobierno presentes en el encuentro, María Jesús Montero, Félix Bolaños y Rafa Simancas, para no escalar el choque, para no alimentar el conflicto, admitían en la Moncloa. Fuentes de Ferraz sí destacaron la cordialidad de la cita y añadieron que comparten la "preocupación" por el caso Cerdán, "que no afecta al Gobierno", y la "necesidad de dar un empujón a la legislatura con medidas sociales y anticorrupción". Los socialistas se mostraron dispuestos a estudiar las iniciativas de sus socios, pero avisaron de que los anuncios corresponden a Sánchez, tanto en el comité del sábado como en el pleno de la Cámara baja del día 9.
El análisis de Sánchez es que la corrupción cero "no existe", que actuó contra Cerdán con "contundencia" y rapidez y que el caso afecta a Organización, pero no a todo el partido ni al Gobierno. En su equipo niegan que esté decidido a una 'revolución' interna
Pero en ambos capítulos la reflexión del presidente es la misma. Primero, que la "corrupción cero", pese a lo afirmado por Díaz, "no existe", porque siempre habrá quien se las ingenie para saltarse todas las barreras internas y legales. Dos, que el PSOE actuó con Cerdán con "contundencia" y rapidez, pues se le obligó a su salida a las pocas horas de que se conociera el informe de la UCO, y tres, que el caso afecta al corazón del partido, a Organización, no al conjunto del PSOE, ni de su ejecutiva, ni del Gobierno. El incendio, confía la Moncloa, está por ahora perimetrado. Pero esa pretensión de encapsular la crisis suscita más que dudas entre muchos cuadros, que viven con desazón y angustia cada nueva revelación, cada nuevo mazazo. Y el último, el ingreso en Soto del Real de su último secretario de Organización, no ha sido nada anecdótico. Los ánimos vuelven a estar hundidos.
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