Una disyuntiva clara. O cuestión de confianza o elecciones. Es lo que planteó el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a Pedro Sánchez. A puerta cerrada, en la reunión del comité federal que los socialistas celebran este sábado en la sede de Ferraz. Él fue uno de los primeros dirigentes en tomar la palabra después del presidente del Gobierno y el que volvió a expresarse con nitidez, el que volvió a mostrarse como el barón más crítico con él.

Según indicaron fuentes de su entorno, Page insistió en su intervención ante sus compañeros en que o se recupera la "confianza parlamentaria" que entiende perdida, "y no a cambio de más chantajes obscenos de los independentistas" o entonces habrá que ir a elecciones anticipadas. "La gravedad de la crisis" que padece el PSOE, aseguró, "no se soluciona" con las medidas planteadas por Sánchez en este comité federal.

Desde su equipo negaron que hubiera pedido la dimisión del jefe del Ejecutivo, pero ya la rotundidad de su disyuntiva, o cuestión de confianza o elecciones, era mucho decir. Porque el secretario general no se plantea ni una cosa ni la otra, y de hecho en su discurso inicial, en abierto, dejó claro que solo tiene un camino: seguir, continuar adelante. Para proteger su legado y para seguir "avanzando".

Para Page, la crisis actual, "en términos de corrupción, es la más grave" que haya sufrido el partido, y por eso emplazó al secretario general a pensar en el PSOE de los municipios, en el PSOE de hoy y de mañana, explicaron desde su equipo. Y es que en él y en otros cuadros socialistas opera el temor a que la avalancha del caso Koldo / Ábalos / Cerdán arrase con todo y arruine sus expectativas en las elecciones autonómicas y municipales de 2027.