Los populares siguen sin renunciar a la ansiada moción de censura que dista de materializarse por cuatro votos. Así lo verbalizó el propio presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, apenas dos semanas. La ronda de consultas anunciada para sondear a los socios la semana quedó muerta a la primera de cambio por la negativa ERC, Podemos o Junts —reclamó que Feijóo se viese en persona con Carles Puigdemont en Waterloo— a negociar. Otros potenciales socios, como el PNV, se abrieron a la reflexión una vez escuchen este miércoles a Pedro Sánchez en su comparecencia monográfica por la corrupción.

A partir de ahí, habrá debate en torno a los de Aitor Esteban y "se tomarán decisiones", llegaron a decir los jeltzale. No pasaron por alto que Tellado, mucho antes de si quiera abrir negociaciones, les "estaba insultando" públicamente junto al resto de aliados. Para los vascos, en todo caso, pesan cuestiones como que comparten el Gobierno autonómico con el PSE-PSOE.

Fuentes del PP asumen ese plazo. "Hay que esperar a escuchar a Sánchez". A partir de ahí, "ya veremos", se comprometen. Hay intención de volver a sondear tanto a vascos como a Junts especialmente. Se deja abierta la posibilidad de que lo haga de nuevo el recién designado secretario general, bautizado como 'super Tellado' por asumir también las competencias de Organización. Siguiendo la dinámica de la semana pasada, ya que a Miguel Tellado Feijóo le encomendó esa tarea. También se sugiere que la propia Ester Muñoz, su relevo al frente de la portavocía del Congreso, tome las riendas de negociación.

Esta segunda opción gana fuerza dado que Génova, al tratarse de negociaciones con los grupos, lo enmarca como asunto parlamentario pese a la vital importancia para Feijóo. Con todo, ninguno de los dos perfiles genera comodidad a los socios por su dureza discursiva.

La propia Muñoz, en su estreno en rueda de prensa parlamentaria como nueva portavoz afirmó que la moción de censura "es una herramienta" aún a disposición del PP. "Vamos a seguir viendo cómo se comportan los grupos". Por ahora, los populares han visto que los socios "han preferido seguir respaldando a Sánchez", que han adoptado una posición "colaboracionista con la corrupción". Lejos de alejarse de esa dureza propia de Tellado —algo que les une en la forma de hacer política—, Muñoz insistió que por ahora esos partidos prefieren "una relación de conveniencia para sacar rédito de su debilidad". "Estaremos expectantes por si hay un momento de lucidez", remató.

La viabilidad de esa moción de censura, en todo caso, dependerá en una parte —se pueden explorar otros mecanismos a petición de los socios como una cuestión de confianza o incluso la propia demanda de elecciones anticipadas— del nivel de satisfacción o rechazo que les sugieran a los socios las explicaciones y los anuncios que haga Sánchez. Lo que queda claro es que el pronunciamiento del PP negándose a compartir Gobierno de coalición con Vox es un guiño al menos al PNV para motivarle y que pierda el miedo a apoyarles. No quieren compartir nada con los de Santiago Abascal.

Su rechazo a las políticas migratorias duras de Vox, es otro aliciente que, en todo caso, puede serle indiferente al PNV. Los de Esteban cuestionan que al final se pueda depender de una fuerza que quiere ilegalizarles.

Feijóo presionará a los socios para que se dejen de milongas y elijan entre Sánchez y la decencia política

De cara a esa comparecencia, fuentes del PP anticipan que Feijóo se dirigirá en la sesión a los socios. Les instará a dejarse "de milongas" y a elegir: "Esto va de Sánchez o de decencia". El popular volverá a preguntar a Sánchez, además, sobre más de cincuenta preguntas que a su juicio siguen sin respuesta. Este es el desglose de las mismas:

Las explicaciones, clave para los socios y para el PP

De cara a esa comparecencia, las explicaciones será claves para todos los socios. Sobre todo para aquellos que respaldan al Ejecutivo desde fuera. Necesitan garantías de que nada salpicará a Sánchez o a sus ministros en próximas fechas. De que no cabe posibilidad de que las investigaciones judiciales descubran novedades o que estas se extiendan hacia determinar que incluso ha habido financiación ilegal en el PSOE. Ésta es la línea roja que todos ponen sobre la mesa.

Los socios potenciales del PP para esa moción, PNV y Junts, demandan seguridad también para el cumplimiento de los pactos de investidura de 2023. De la capacidad de Sánchez de satisfacer y solventar esas preocupaciones, está pendiente el PP. También de Coalición Canaria, que puede confirmar la retirada de apoyo a Sánchez de disgustarle la comparecencia. Cabe la posibilidad de que proponga que el presidente se someta a una cuestión de confianza, algo que solo depende de Sánchez. Ahí podría encontrar a fuerzas como los comunes, integrados en Sumar, o a Àgueda Micó de Compromís, ya fuera y en el Grupo Mixto. La falta de los cuatro apoyos de Podemos, claves, garantizan que Sánchez no quiere explorar esa vía.

Este grupúsculo de diputados críticos rechazan ir de la mano del PP para una moción constructiva que tenga como objetivo la convocatoria electoral, pero en Génova no se cierran a ninguna de las posibilidades. Sí lo hacen con Sumar, a quien descartarán como hicieron la semana pasada de la ronda, por ser parte del Gobierno.

Entre órdagos y negociaciones con el PSOE

Sumar, como el resto de aliados de izquierda, tampoco está por la labor de contribuir a que caiga el Ejecutivo. Hay líneas rojas, como que se dé esa financiación irregular o si se cae en un "inmovilismo" legislativo, eso sí. A diferencia del resto de socios, que mantienen un perfil bajo más allá de reclamar contundencia y salir del 'y tú más' con el PP, Sumar, por esa presencia en el Gobierno, ha sido quien más presión ha ejercido estas semanas. Sobre todo en la última, tras la reunión de seguimiento del pacto con el PSOE. Se ha movido entre órdagos públicos y contactos privados con los socialistas.

Órdagos porque vienen lanzando que apenas ha habido disposición del PSOE para asumir sus demandas, criticando con dureza en cada entrevista o comparecencia que Sánchez y los suyos están en "shock". Ello cuando, este martes fuentes parlamentarias de Sumar reconocían conversaciones bilaterales e informales con los socialistas en el seno del Gobierno que garantizaban que se iban "a asumir gran parte" de las propuestas hechas en esa reunión de la semana pasada. Desde al menos este domingo, después del comité federal del PSOE.

"Va a haber anuncios compartidos, se está hablando", adelantaban. Lo hacían con mayor profundidad de la que también en Sumar venían comentando este lunes, donde veían cierto margen para sacar adelante dos de sus líneas rojas con el apoyo del PSOE: la Agencia Independiente contra la Corrupción y la ampliación de permisos retribuidos por cuidados y crianza. Posteriormente, Pilar Alegría, la ministra portavoz, se pronunciaba en esa línea. Prometía asumir algunas medidas.

Yolanda Díaz hará la réplica a Sánchez

Tanto por esa posición dura de cara a la galería, para reivindicar a Sumar como fuerza clave en el espacio progresista —por la competencia con Podemos, en una posición de oposición casi total más cómoda— como por esa previsión de que Sánchez asuma compromisos, Díaz hará la réplica al presidente, algo que no se da desde el debate de investidura de Sánchez el 15 de noviembre de 2023 y que se reserva para las grandes citas. Lo hará en calidad de vicepresidenta segunda y de presidenta de su grupo parlamentario.

Se quiere dejar constancia de que esto no solo es cosa de Sánchez, de que Sumar tiene un papel clave de control y el rumbo de la legislatura. No renunciará a la dureza que viene empleando pese a un presunto pacto. Condenará la corrupción e insistirá al PSOE en la necesidad de materializar ya esas propuestas. Se detalla que el PSOE quiere desplazar ese calendario en septiembre, a la vuelta al nuevo curso.

Díaz será contundente con la corrupción y con la necesidad de aplicar lo comprometido por Sánchez de inmediato, no a partir de septiembre

Los magentas son conscientes de que la Oficina Anticorrupción, por ejemplo, no podrá iniciar sus trámites en el Congreso hasta entonces, pero insisten en la urgencia de cuestiones como los permisos para lo que es clave también la voluntad del PSOE, quien domina los tiempos del Gobierno. También de la reforma de la ley de enjuiciamiento criminal o el aumento de penas por corrupción, así como la prohibición durante 20 años para que las empresas salpicadas por corrupción puedan acceder a contrataciones públicas.

Guiño de Díaz a sus aliados

Díaz solo copará esos 15 minutos de réplica con la que cuentan los portavoces tras la intervención sin límite de tiempo del presidente. Está previsto que 'recompense' a los socios con los que el grupo parlamentario ha tenido más problemas. Después de la crisis con Compromís y la salida al Grupo Mixto de Micó, se designó a Alberto Ibáñez, el otro diputado nacionalista valenciano que sí sigue dentro, para hacer la contrarréplica al presidente. Se repartirá los tiempos con Vicenç Vidal, de Més per Mallorca, partido que aún tiene por decidir si abandona Sumar y sigue los pasos de Micó. Será ya en septiembre.

Para estas dos formaciones las explicaciones de Sánchez son cruciales por el rechazo hacia la corrupción tras experimentarla tanto en Baleares como en la Comunidad Valenciana. Si no les satisfacen, o pedirán que Sánchez se someta a la confianza del Parlamento o romperán, advierten.

La portavoz parlamentaria de Sumar, Verónica Martínez, tomará la palabra en el segundo monográfico de la jornada, que estará centrado en la agenda internacional de Sánchez en las últimas semanas. Desde la cumbre de la OTAN a la de la ONU en Sevilla y el último Consejo Europeo en Bruselas. Se dará un papel esencial a Enrique Santiago (IU) para dar la réplica sobre el rearme y los compromisos con la alianza atlántica.