La vergüenza, la indignación, el asco que provocaron las grabaciones que la UCO interceptó al exministro José Luis Ábalos y en las que se le escuchaba hablando con Koldo García sobre mujeres prostituidas como si fueran ganado todavía duelen en el PSOE. Mucho. Tanto o más que la presunta trama de corrupción que siguen investigando la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo y de la que el supuesto cabecilla era Santos Cerdán, secretario de Organización hasta el pasado 12 de junio y todavía en prisión preventiva. Los socialistas son muy conscientes de que las mujeres, que tradicionalmente han constituido una enorme bolsa de votantes, pueden alejarse de las siglas, sentirse decepcionadas. Por eso el propio Pedro Sánchez se reunió con mujeres de su partido la víspera del último comité federal, en julio, para expresarles su dolor y sus disculpas por lo sucedido, y por eso también Ferraz ha querido que su primer acto de arranque de curso político fuera con ellas. Con las mujeres. Y sobre feminismo. Para reivindicar su ADN feminista, las conquistas en igualdad de sus gobiernos, para recordar que las mujeres no solo deben estar en los círculos de poder, sino mandar, para prometer que volverá a llevar al Congreso su propuesta de ley de abolición de la prostitución, y para retar al PP, que no deja de atizar al PSOE por la mancha de Ábalos, a que la apoye. Antes de que llegue a la Cámara baja, no obstante, el ala socialista del Ejecutivo debe contar con el visto bueno de Sumar, tal y como previno la ministra de Igualdad, Ana Redondo, para que el texto salga del Consejo de Ministros. Y dar ese paso, anticipó, no será nada fácil.
La vicesecretaria general del partido y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, inauguró este jueves por la mañana las jornadas Adelan7e con feminismo, organizadas en Alcorcón (Madrid) por la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, también delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana y líder de los socialistas en Valencia capital. Ninguna de las dos mentó a Ábalos ni a su exasesor, tampoco lo hicieron las siguientes oradoras. Sus nombres no aparecieron. Tampoco el de Paco Salazar, el dirigente sevillano de la confianza de Sánchez que no llegó a ascender en el escalafón orgánico porque varias mujeres denunciaron sus comportamientos inadecuados. Pero no hacía falta que se les citara, porque la herida está abierta y el partido lo siente y lo sabe. Los gestos y las palabras lo hacían evidente. Solo Redondo aludió de soslayo a los "casos vergonzosos y vergonzantes" que han "sufrido" los socialistas y la razón por la que no van a dejar de "intentar" el fin de la prostitución, también porque el presidente le dijo que "adelante".
"Tenemos mucho por hacer. Hoy más que nunca tenemos que dar la batalla al lado del feminismo —apremió Bernabé al centenar de compañeras que ocupaban el salón de actos del Museo de Arte Contemporáneo en Vidrio de la localidad madrileña—. Tenemos que ponernos a trabajar y a planificar. A eso nos vamos a dedicar". Tras insistir en que el PSOE seguirá siendo el partido que llevará "de la mano" a las mujeres, tras rendir tributo a las pioneras y "maestras" que pelearon por los avances en igualdad (Paca Sauquillo, Matilde Fernández, Cristina Narbona...), cargó contra la derecha por el negacionismo de la violencia de género, por su antiabortismo. Y subrayó enseguida que el PSOE no dejará aparcado uno de sus compromisos, el sacar adelante la ley abolicionista de la prostitución, para lo que pidió "responsabilidad" de todos los partidos. La promesa estuvo presente en todos los discursos, uno detrás de otro. El problema que afronta el partido es que no cuenta hoy por hoy con mayoría parlamentaria, porque para empezar no todo Sumar apoya la prohibición del sexo de pago (los comunes se oponen por completo), ni tampoco lo respaldan todos los socios de investidura, así que la ley solo podría aprobarse con el concurso del PP, que ya ha avisado de que el PSOE "no puede liderar" ninguna propuesta de eliminación de la propuesta tras los casos de Koldo y Ábalos.
"Quiero que el PP, que tan sobreexcitado estaba en las últimas semanas, que venga al Congreso y vote a favor de las iniciativas que ponemos en marcha para perseguir a los puteros. ¿De verdad el Partido Popular no está en contra de que los puteros paren en las carreteras y prostituyan a las mujeres? ¡Que tengan el valor de decir que están a favor de los puteros, que salgan y que lo digan!", clamó Bernabé. La ley no ha llegado aún al Congreso: la ministra de Igualdad, Ana Redondo, la prometió para este otoño, después de que hasta en dos ocasiones —una, la pasada legislatura; la otra, en la actual— la iniciativa promovida por el Grupo Socialista no lograra salir adelante.
"Estamos decididas a aprobar la abolición de la prostitución a pesar de la resistencia de algunos grupos políticos", ratificó minutos después Montero. La vicepresidenta se dirigió a las mujeres progresistas que "todavía tienen dudas", que son regulacionistas, no abolicionistas: "¿Acaso a alguna de nosotras le gustaría que su hija o hermana ejerciera la prostitución? Es la pregunta más lógica que uno se tiene que hacer. Lo que uno no quiere para sí no lo debe querer para los demás. No se trata de libertad, sino de dignidad a la hora de ser personas en el mundo. Es lo que el PSOE va a combatir contra viento y marea, y algunos partidos no han resuelto su debate". Lo decía la vicepresidenta no solo por el PP, sino sobre todo por las formaciones a la izquierda del PSOE, que no han fijado su posición.
Esas dificultades obvias también las reseñó, con claridad, Redondo. La ministra explicó que la eliminación de la prostitución no está incluida en el pacto de Estado contra la violencia de género, y por tanto no cuenta con el consenso de los partidos. "Nos va a costar más en contenido y en cuanto a procedimiento".
La prohibición de la prostitución recorrió toda la jornada, todos los discursos, prueba de la prioridad que le conceden los socialistas, que llevan años izando esta bandera. Sexo de pago, por cierto, en todos sus flancos. La secretaria general de RUGE, la organización juvenil de UGT, Belén Guirao, planteó el cierre de plataformas de contenido pornográfico como OnlyFans, porque también es una forma de venta del cuerpo de las mujeres. "Prostitución es prostitución y es la forma más radical de violencia hacia las mujeres. No hay un derecho al sexo ni a comprar a una mujer", advirtió. Reflexión que compartió la portavoz socialista de Violencia de Género en el Congreso, Milena Herrera.
Pero en Alcorcón también se habló mucho de empoderamiento de la mujer, de que las mujeres no solo tienen que ocupar esferas de poder, sino que han de ejercerlo, han de "mandar". Y una mujer que es "ejemplo" y "relevo" es, subrayó Montero, la nueva secretaria de Organización del PSOE, Rebeca Torró, la dirigente valenciana que relevó a Cerdán en el comité federal del pasado julio. "Tienes todo nuestro respalda, la confianza en que lo vas a hacer muy bien y colocarás alto el listón con compromiso y visión política. Estamos encantadas de que haya una mujer al frente de la Secretaría de Organización", una de cuyas tareas más importantes es "crear cultura de organización", desplegar "valores éticos, comprometidos, que permitan dar un paso adelante", que hagan que los actos del partido "rebosen feminismo".
La vicepresidenta reconoció la contribución de todas las feministas que hicieron avanzar al partido —a Sauquillo, Fernández y Narbona sumó a Carmen Calvo, Teresa Ribera, Nadia Calviño o Carmen Alborch— y de las mujeres jóvenes que ahora cogen el testigo, porque "esta lucha no tiene fin". "Sin feminismo no hay democracia", rubricó, y "cuando alguien pretende políticas autoritarias comienza por desmantelar lo conseguido en el ámbito de las mujeres". Un aviso que también se escuchó mucho este jueves, igual que resonó en la campaña de las generales del 23-J de 2023, cuando algunas de las primeras decisiones de los gobiernos de PP y Vox iban en contra de los derechos de las mujeres. Lo aseguró después la eurodiputada socialista andaluza Lina Gálvez: en Europa "se ha profesionalizado", por parte de la ultraderecha, el propósito de "cargarse" las conquistas en igualdad.
"No se entiende" que el PP "tenga el descaro de vender derechos que hemos conseguido para conseguir el apoyo de Vox", denunció Montero. "Bienvenido el feminismo que se rebela contra las estructuras de poder. Muchas veces, además de ser trabajadoras, somos listas. Tenemos neuronas, talento, capacidad y queremos mandar. Parecería que el único atributo al que tenemos que dar las gracias que se nos reconozca es ser muy trabajadoras, es que se toma muy en serio los temas. ¡No, coño, son listas, y pueden aportar!", reivindicó. La vicepresidenta cumplimentó a dos mujeres que mandan y que saben mandar: Virginia Barcones, la directora general de Protección Civil que ha estado al frente del operativo frente a los incendios de este verano y que "ha sufrido todos los ataques de la derecha para no evidenciar su incompetencia", y la propia Pilar Bernabé, cuyo "excelente trabajo" en la gestión de la dana quiso el PP "tirar por tierra".
"Nos gusta mucho mandar, estar donde se toman decisiones de verdad. Somos muchas las mujeres que por fin hemos llegado a sitios donde estamos y donde decidimos [...]. Hemos venido a mandar. Si no, no habrá futuro", recalcó por su parte Rebeca Torró. La responsable de Organización recordó que no solo hay hoy más mujeres en primera línea en el Gobierno y en el partido, en Ferraz y en los territorios, sino que también se han reforzado las normas internas para que no se puedan repetir casos como los de Ábalos o Salazar: en julio, en el comité federal, se actualizó el código ético para expulsar a los militantes o dirigentes que consuman prostitución y se reforzó el protocolo antiacoso.
Torró repasó los ataques machistas que ha sufrido en toda su carrera política, desde cuando dudaban de su capacidad como concejala de Territorio en su ciudad, en Ontinyent, hasta cómo recibió "la fachosfera" su nombramiento como número tres del PSOE: "Tuve que leer que era la putita del presidente o que se la van a comer en dos días". A las mujeres les cuesta "mucho más que a los hombres aparecer en primera línea", se ven obligadas a esforzarse más para resultar "creíbles", tienen que vencer su sentimiento de "culpa". La número tres, como otras oradoras, subrayó que la lucha feminista debe implicar obviamente a los hombres, porque es una cuestión de todos. De hombres, por tanto, que son cómplices de las mujeres. En su caso, han sido hombres como el presidente Sánchez los que le dieron la "oportunidad" de llegar a la vanguardia. "Pero cuando llega una mujer, llegamos todas", reivindicó.
(Noticia en ampliación)
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