El acuerdo de JxCat y PSOE para ceder competencias de inmigración -no se sabe cuales, ni en qué condiciones- a la Generalitat, ha abierto la guerra Junts y Esquerra sobre la gestión de los inmigrantes. Un debate que permite a los dos partidos independentistas distinguirse claramente y atacar al rival sin reservas y con un discurso calcado al de otros lares: ERC acusa a Junts de xenofobia por relacionar seguridad e inmigración. Junts responde recriminando a los republicanos un supuesto buenismo que impide frenar los problemas derivados de la inmigración, con un diagnóstico en el que incluyen desde el colapso de algunos servicios públicos a los problemas de seguridad.

La veda la abrió el presidente de ERC, Oriol Junqueras, al advertir en X que "abrazar los discursos de la extrema derecha que criminalizan a las personas migrantes, lejos de resolver las situaciones de pobreza y exclusión, pone en riesgo la cohesión social y su incorporación al proyecto nacional". Junqueras no mencionó a Junts, pero el tuit, publicado poco después de conocerse el pacto PSOE-Junts, no ofrecía demasiadas dudas.

Este lunes, el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, resolvía las pocas dudas que quedaban en Catalunya Ràdio, acusando a Junts de intentar frenar la fuga de votos a Aliança Catalana -el partido de extrema derecha independentista que gobierna en Ripoll- con un discurso anti-inmigración en el que además les acusaba de mentir. Elena afeó a Junts de "mezclar inmigración y seguridad" y advirtió que lo que están haciendo los posconvergentes es justamente "colocar a Sílvia Orriols en el centro del debate político" y hacer que "aquellos que no la conocían" ya la conozcan. 

"Mezclar inmigración y seguridad" es alinearse con "quienes quieren hacer de esto una arma electoral", añadía el consejero, acusando al secretario general de Junts, Jordi Turull, de situar "posturas xenófobas" en el centro del debate político

Lecciones las justas

Turull respondía a Elena en TV3 ironizando con sus orígenes socialistas para advertir que "el único Govern" que pidió reunirse con el ministro del Interior, en ese momento Alfredo Pérez Rubalcaba, "para acelerar la expulsión de inmigrantes" fue el tripartito integrado por PSC, ERC y los Comunes, que ahora critican a los de Carles Puigdemont. "Leccioncitas las justas" concluía el secretario general de Junts.

El secretario general de JxCat reconoció que no han pactado el contenido de la ley orgánica para ceder las competencias sobre inmigración a Cataluña porque "en dos minutos no pactas el contenido de una ley orgánica". Pero insistió que su objetivo es "tener la gestión integral de las competencias" para decidir flujos de migrantes y las expulsiones de delincuentes reincidentes. Un extremo que niega el Gobierno, pero que da de lleno el discurso de Orriols y Vox.

"Queremos que, para todos los inmigrantes de Cataluña, su institución de referencia sea la Generalitat", advertía Turull, que defendió que Cataluña pueda hacer una "política integral" en esta materia. También la CUP o los comunes han afeado a Junts su discurso sobre inmigración. Y las críticas no son nuevas. Empezaron hace semanas, cuando los alcaldes del Maresme (Barcelona) de JxCat se unieron para reclamar la expulsión de una decena de jóvenes migrantes multi-reincidentes.