Este miércoles la Mesa del Parlament de Baleares ha valorado en su encuentro el escrito presentado por el Grupo Vox -bajo control de cinco díscolos con Madrid- para que los diputados fieles a la cúpula nacional sean expulsados por deseo del resto y cambien a la categoría de 'no adscritos'. El órgano ha decidido esperar hasta contar con un posicionamiento de los letrados de la Cámara por escrito, con todo y a petición de Presidencia. Pero el Reglamento es claro y en este caso, las medidas antitransfuguismo diseñadas por el Parlament sirven, paradójicamente, para que el Grupo se desligue del mandato oficial. Algo que lleva gestándose desde el mes de octubre, por desavenencias contra la dirección nacional en cuanto a la relación de presión al PP a cuenta de la garantía del uso del castellano. El Reglamento contempla acciones para casos individualizados, y no para situaciones en las que un grupo, casi por completo, se subleva y toma el control. Ocurrió algo parecido en Murcia en 2021.

Los parlamentarios afectados son la coordinadora regional de las siglas, Patricia de las Heras, y el Presidente de la Cámara -consensuado durante las negociaciones de apoyo externo a la investidura del PP-, Gabriel Le Senne. Figura no ajena a la polémica, entre otras, por su faceta antivacunas, algo que refleja en su canal de Telegram. El papel institucional de Le Senne afecta de lleno a la estabilidad del Govern popular. O bien se pone en riesgo la legislatura, o bien se queda mal con Vox y se pone en alerta al resto de 'barones' -es un término que no gusta en Bambú- de Santiago Abascal que cogobiernan con el PP.

El frente abierto entre el Parlament y Bambú se extiende a Génova y a la sede del Govern. La posibilidad de que Marga Prohens pueda verse tentada es patente, pese a recalcar que tiene un acuerdo externo con Vox para su gobernabilidad. Y es que los diputados rebeldes le garantizan la treintena necesaria para ser presidenta. Bambú entiende que ese acuerdo con Vox debe proseguir con De las Heras y Le Senne. Lo que obliga a Prohens y los suyos a contar con los díscolos como socios extra también desde fuera. De no hacerlo, y apoyarse solo en Vox, deja al PP en una situación de licada que podría tener un efecto contagio en otras comunidades, donde las alianzas son de coalición. Al margen de ello, la problemática más directa es qué pasa con la Presidencia de Le Senne.

Vox, como se pactó en junio, pide que el PP garantice la continuidad de Le Senne y vuelva a respaldarle, de ser necesario, en una nueva votación en pleno para renovar el puesto. Pero fuentes cercanas a los díscolos aseguran que su portavoz parlamentaria, Idoia Ribas, tiene la aspiración de asumir la Presidencia del Parlament y ceder sus funciones a su segundo, el portavoz adjunto Sergio Rodríguez. Aquí vendrá el principal conflicto de intereses que hace pender a Prohens de un hilo. Mantener el pacto es apoyar a Le Senne, garantizar su continuidad es dársela a Ribas.

A diferencia del Congreso de los Diputados u otras cámaras regionales, en el que una vez el Presidente es designado por la mayoría del hemiciclo solo él o ella puede dejar el cargo para proceder a renovar su vacante -como cualquier otro miembro de la Mesa-, el relego de funciones parlamentarias en Baleares sí está contemplado en el Reglamento. Y quedó fortalecido tras una reforma del 19 de marzo de 2019 alentada por un caso parecido al actual. En noviembre de 2016, la Presidenta del Parlament y diputada de Podemos, Xelo Huertas, mostró su descontento con la negociación con el PSOE-PSIB de los Presupuestos del próximo año. Ello conllevó la apertura de un expediente interno y su posterior expulsión a mediados de diciembre. A ella se le aplicó el artículo 39 de la Cámara, y cesó de sus cargos. Ese artículo indica que "los miembros de la Mesa cesarán como tales" por "la pérdida de la condición de diputado", por "renuncia expresa", por "remodelación del cargo" y por "dejar de pertenecer a su grupo parlamentario".

El precedente de Xelo Huertas fomentó una reforma para garantizar una interpretación correcta del Reglamento, que vuelve a quedar cojo. El MÈS pide modificarlo"

El caso excepcional en ese momento generó dudas en partidos como el PP, que pidió tener garantías en base a informes, lo que alargó su cese hasta finales de enero. Esas dudas derivaron en la necesidad de reforma dos años después con el matiz aportado por el artículo 24.8. Este dice que "los diputados y diputadas que dejen de pertenecer a su grupo parlamentario perderán el derecho a ocupar el lugar que ocupaban hasta este momento en los diferentes órganos del Parlamento". Aquí entra de lleno la interpretación que se haga de los acontecimientos y cómo se entienda la expulsión, producida por intereses, no de la organización, sino de los rebeldes contrarios a las directrices de Bambú.

Fuentes políticas de la institución aseguran a El Independiente que "lo previsible es que los letrados se acojan al Reglamento, y este dice que Le Senne se va. La duda está en un segundo informe presentado, que debe aclarar si solo puede presentarse alguien de Vox a la Presidencia o se abre espacio para los demás". Una definición en favor de Vox dejaría a Prohens un panorama plácido para justificarse ante los díscolos. Grupos como el de los socialistas, segunda formación más votada en las últimas elecciones de mayo tienen claro que presentarán, de poder, candidato propio. La demanda personal de informes por parte de Le Senne hace que, por el momento, se mantenga como Presidente. De no haberlo tenido, la Mesa debería haber fijado una votación para nueva designación de Presidente para el próximo pleno, de acuerdo al artículo 40.

En plena polémica parlamentaria, Mès per Mallorca (MÈS) ha presentado una propuesta de reforma, nuevamente, del Reglamento. Un texto que aborda precisamente la situación del momento en el seno del Grupo Vox, y que gusta a Le Senne, según a expresado con un "es muy oportuno". Todo pese a las antípodas ideológicas entre los ultraconservadores y los ecosoberanistas.

La propuesta del MÈS dejaría afectaría a los díscolos

En concreto, la proposición del MÈS para intensificar el combate el transfuguismo político, aboga por que cuando un partido político expulse y dé de baja a cualquier persona con acta de diputado, esta pase a ser directamente 'no adscrita' y salga del grupo. De aplicarse en este caso, Ribas, Manuela Cañadas, María José Verdú, Sergio Rodríguez y Agustín Buades pasarían a engrosar las filas de los 'no adscritos' como han pedido para Le Senne y De las Heras. Vox, como grupo se vaciaría y desaparecería en lo oficial. Esta iniciativa bebe directamente de la Ley de Bases de Régimen Local de los ayuntamientos.

La duda es si una reforma, aunque parta con urgencia, podría aprobarse en un plazo corto o medio. Le Senne no ha entrado a valorarlo tras la reunión de la Mesa, pero sí ha destacado que iría "en beneficio de la democracia". Tras su calificación en la Mesa, la propuesta del MÈS será tomada en consideración en el pleno del próximo martes. Frente al compromiso del PSOE-PSIB en el órgano a apoyarlo, en el PP genera dudas. De hacerlo, también peligra esa sostenibilidad de los de Ribas, porque les dejaría sin privilegios, como el económico -pasan a gestionar el dinero destinado para actividades parlamentarias dejando sin nada a Vox-, con los que cuentan ahora los díscolos. Desde Madrid y Baleares, las siglas han perdido el control total del Grupo. Solo una repetición de elecciones, por la que abogan varias fuentes nacionales y Le Senne, permitiría a Bambú depurar sus listas. La duda es si las urnas dejarían un escenario similar de mayoría para el PP y la misma fuerza a Vox.