Treinta y siete domingos consecutivos llevan desiertas las calles del Rastro de Madrid. Sin turismo y sin puestos ambulantes, las céntricas calles de la capital han perdido parte de su esencia los domingos. Los comercios que tienen sede fija y los bares de la zona agonizan. No hay aperitivo del domingo. No hay bullicio en Ribera de Curtidores.

Este domingo puede empezar a cambiar este panorama desolador. El Rastro recuperará la vida con la reapertura de los puestos ambulantes tras una farragosa negociación entre comerciantes y Ayuntamiento que ha demorado varios meses el regreso de mercadillo.

"Estamos casi en la ruina total", señala a El Independiente Manuel González, portavoz de la Asociación Nuevo Rastro, que engloba a los comercios que tienen su sede fija en el barrio. Ellos llevan abiertos desde que finalizó el confinamiento domiciliario. "Pero como en todos los medios se dice que el Rastro estaba cerrado, aquí no venía nadie. El daño es terrible", se queja.

Once reuniones para llegar a un acuerdo

El gran problema que ha demorado la reapertura del mercado ambulante, lo que da vida al Rastro, ha sido la falta de consenso entre las asociaciones de comerciantes. Por un lado está Asociación Nuevo Rastro y por otro Asociación ElRastro Punto Es, que engloba a los comerciantes de puestos ambulantes. Además, hay una asociación vecinal que también tenía voz y voto. Y en medio de todos, el Ayuntamiento, el que tenía la última palabra. Todos buscaban la reapertura de mercadillo, pero cada uno desde sus propios intereses.

El tira y afloja ha durado ocho meses y once reuniones hasta que por fin, el 13 de noviembre, Ayuntamiento y asociaciones llegaron a un acuerdo. Se fijó el 22 de noviembre como fecha para la reapertura, "siempre que las circunstancias de la pandemia no lo impidan", aclara el texto del consistorio.

"Las propuestas para abrir en julio fueron desestimadas por los vendedores ambulantes, teniendo el apoyo positivo de los vecinos y comerciantes estables", señala a este periódico el concejal del distrito Centro, José Fernández. "Solo el sector de vendedores ambulantes parecía tener dificultades para llegar a acuerdos".

Las condiciones de la reapertura

El acuerdo al que se ha llegado es que habrá la mitad de los puestos y que los vendedores ambulantes se turnarán cada domingo. Es decir, un domingo habrá 500 comerciantes y la semana siguiente los puestos los ocuparán los otros 496 comerciantes.

Los puestos estarán repartidos en seis sectores y no podrán ubicarse en las aceras, para evitar aglomeraciones y molestias a los vecinos. En el barrio del Rastro hay unos 17.000 vecinos censados, pero se calcula que hay varios miles más. Además, hay mucha gente mayor, población de riesgo para el coronavirus.

Para evitar aglomeraciones, la Policía Municipal ha diseñado un dispositivo especial. Contarán con varios drones para vigilar en todo momento que no se sobrepaso el aforo máximo, estipulado en 2.700 personas. En el dispositivo participarán 150 efectivos de la Policía Municipal.

Los servicios técnicos del Distrito señalizarán también sobre el asfalto la ubicación exacta de cada puesto, que tendrán una dimensión máxima de dos metros de largo y uno de ancho. Entre cada tenderete habrá además una separación de 1,5 metros.

Según el plan del Ayuntamiento, habrá 81 puestos en plaza de Cascorro; 190 en calle Ribera de Curtidores; 82 en plaza del General Vara del Rey; 120 en plaza Campillo del Mundo Nuevo; 16 en calle Carlos Arniches; y 11 puestos en Mira el Río Baja, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero.

"Esperamos que las medidas puestas en marcha sean un impulso al comercio", señala el concejal de Centro, José Fernández. "También somos conscientes de que esta medida ayudará a paliar los problemas del sector hostelero, aunque no será suficiente".