La expectación es máxima. Más de un centanar de medios de todo el mundo se esperan este jueves a la entrada de la Audiencia Nacional y la Policía Nacional ha preparado un despliegue especial en la sede donde el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales tendrá que hacer el tradicional paseíllo para sentarse ante el juez Francisco de Jorge. Sobre él pesa la querella de la Fiscalía que lo considera posible autor de un delito de agresión sexual y otro de coacciones contra la jugadora de fútbol Jennifer Hermoso. El acto del beso no consentido lo grabaron cientos de cámaras y teléfonos móviles en la final del mundial femenino de Sídney (Australia) el pasado 20 de agosto, así que sobre eso versará la mayor parte del interrogatorio.

El magistrado Francisco de Jorge está prácticamente de estreno como instructor en el órgano, después de años en un puesto internacional de la ONU. Llegó hace unos meses a una plaza que adquirió mientras estaba fuera y por reparto le ha tocado uno de los temas más mediáticos que ha tenido la Audiencia Nacional en el último tiempo. Se investiga allí, donde lo más frecuente son las causas de terrorismo o las organizaciones criminales a gran escala, únicamente porque los hechos sucedieron en el extranjero.

Como ocurre siempre durante la fase de investigación, la declaración es a puerta cerrada. Fuentes jurídicas comentan que lo lógico será que tanto el juez como la Fiscalía centren parte del interrogatorio en preguntar por qué asegura Rubiales que el gesto fue consentido. La versión de Hermoso es conocida tanto por el comunicado en el que aseveró que se sintió "vulnerable" como por el relato que hizo en el Ministerio Público por el que éste terminó presentando la querella. El beso, según ella, fue robado y se vio forzada por la situación.

Rubiales no está obligado a hablar con la prensa, sólo si él lo considera y su defensa se lo aconseja podrá acercarse a las cámaras para dar su versión del interrogatorio. Pocas veces se ha escuchado su voz estas semanas en las que germinaba el procedimiento penal, más allá del "yo le dije: '¿Un piquito?' y ella dijo: 'Vale'", que sentenció el directivo en la última junta que presidió como jefe de la Federación de Fútbol.

Tras días de silencio aferrado al cargo y con el episodio de su madre en huelga de hambre mediante, Rubiales volvió a la luz pública fuera de España. La cadena británica Talk TV emitió una entrevista concedida a Piers Morgan de casi dos horas que el exdirectivo vio como “una oportunidad de contar realmente lo que ocurrió y contar la verdad al resto del mundo”.

Este viernes la oportunidad está en sede judicial donde el procedimiento penal puede terminar, incluso, con petición de penas de cárcel. Si el delito de agresión sexual es relativamente fácil de analizar, habida cuenta de que el juez ha solicitado vídeos desde todos los ángulos y en todos los minutos, el de coacciones no es nada desdeñable para la Fiscalía. Apuntalarlo es otra de las chinchetas en la hoja de ruta del interrogatorio y ahí habrá que afinar las preguntas para saber si Rubiales presionó o no a Hermoso y a su familia y si lo hizo sólo o hubo más participantes del delito, como se lee en la querella.

"Tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de éste", expuso el Ministerio Público. De lo que diga el exfutbolista puede haber nuevos imputados en los próximos días, teniendo en cuenta que algunos medios han publicado también que el exentrenador Jorge Vilda había pedido a Hermoso que apareciera en un vídeo acompañando a su jefe tras el incidente.

Terreno aparte es el hackeo que compañeras de Hermoso han denunciado estos últimos días.  "Así es la guerra. Sabíamos que no había reglas. El móvil de Jenni fue hackeado, tuvieron acceso a fotos y vídeos. Luego se filtraron las cosas que podían servir para atacar a la víctima", señaló la futbolista Vero Boquete en una entrevista para el diario alemán Der Spriegel. Una acusación muy seria en la que fuentes de la Fiscalía señalan que quieren indagar para saber la veracidad de este hecho. Eventualmente, incluso, podría realizarse un análisis al terminal de Hermoso para detectar quién estuvo tras el ciberataque.

Las medidas cautelares y las penas

Tras la declaración, la Fiscalía puede pedir medidas cautelares para el andaluz. Fuentes jurídicas descartan que la petición incluya prisión provisional para él, una medida utilizada para violadores reincidentes o para detenidos con riesgo de fuga o destrucción de pruebas. Entre las posibilidades está, por ejemplo, la retirada del pasaporte o la obligación de comparecer periódicamente en sede judicial.

La instrucción tendrá que seguir su curso en las próximas semanas pasando por el análisis de los vídeos que ha solicitado el juez de Jorge y siguiendo por, con alta probabilidad, una nueva declaración de la futbolista agredida, en este caso, ante el propio togado. En función de lo que revelen las pesquisas, la Fiscalía pedirá el archivo o realizará un escrito de acusación.

Las penas a las que se enfrenta Rubiales actualmente van de uno a cuatro años de cárcel por agresión sexual, si bien es intercambiable por multa. Ocurre que para este último caso más leve no pueden concurrir algunos supuestos como el de ser pareja o ejercer superioridad sobre la víctima. El Tribunal deberá decidir si esto se da o no entre Rubiales y la jugadora.