Hace apenas unos días la NASA publicó su esperado informe sobre los llamados UAP (Fenómenos Anómalos no Identificados), que en España conocemos como OVNIS. El resultado fue el esperado, porque el estudio no encontró "ninguna evidencia" de signos extraterrestres. Pero la agencia espacial estadounidense sigue registrando en el cielo fenómenos para los que, sencillamente, no tiene explicación. 

"Esta es la primera vez que la NASA toma acciones concretas sobre este tema", explicó Bill Nelson, administrador de la agencia, en una rueda de prensa de presentación del informe. "Es por eso que la NASA quiere anunciar hoy que nombrará a un nuevo director de investigación de UAP", añadió, al tiempo que aseguraba que quería cambiar el tono de la conversación del sensacionalismo a la ciencia y se comprometía a hacer públicos todos los resultados de las investigaciones.

Esto en España no pasa. Aquí no hay OVNIS. "Al tener monitorizado el cielo diurno y nocturno podemos darle una explicación científica a fenómenos que el público, en ocasiones, no es capaz de interpretar. Habría que preguntarle a la NASA por qué ellos no son capaces de hacer esto. Pero nosotros en casi 30 años nunca hemos detectado un fenómeno inexplicable, ni tampoco nadie nos ha presentado pruebas fotográficas o de vídeo concluyentes en ese sentido", asegura Josep Maria Trigo, Investigador Principal del Grupo de Meteoritos y Ciencias Planetarias del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC).

Trigo, que también es miembro del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC), se declara "admirador incondicional" del trabajo de la NASA, y se muestra "infinitamente agradecido" por haber participado en dos de sus misiones espaciales. Pero considera que no era necesario que crearan un panel sobre OVNIS: "Los vídeos mostrados no son concluyentes en absoluto. Algunos podrían ser reflejos ópticos u objetos que la resolución óptica no permite resolver. Le han dado demasiada importancia a un tema intrascendente. Sólo hay OVNIS ó UAP para quien no sabe interpretarlos".

30 años monitoreando el cielo

En 1997 la tesis doctoral de Trigo inspiró la creación de la Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos (SPMN), que tenía como objetivo estudiar, catalogar y explicar el fenómeno meteórico visto desde España. Desde entonces se han encargado de registrar todos los fenómenos luminosos del cielo. La lista es interminable: bólidos meteóricos, bólidos artificiales producidos por la reentrada de satélites, globos sonda, farolillos chinos -de los que lleva el viento una vez encendidos-, descargas eléctricas conocidas como sprites y hasta el lanzamiento de misiles balísticos en el Mediterráneo.

Según explica el experto, las rocas que surcan la región próxima a la Tierra encuentran la atmósfera a velocidades típicas de entre 11 y 72 km/s. En ese momento producen una bola de fuego o bólido. Y tan sólo las que son lo suficientemente masivas y consistentes llegan al suelo como meteoritos. Pero esas son, precisamente, las que les interesan especialmente a los científicos.

La materia interplanetaria que nos llega procede, mayoritariamente, del principal almacén de asteroides, el llamado Cinturón Principal, situado entre Marte y Júpiter. En España, la SPMN registra y almacena en orden unos 5.000 bólidos meteóricos al año. Lo hacen a través de observatorios (el 80% amateurs y el 20% profesionales), aunque cuentan también con la ayuda de algunos ciudadanos que pueden contribuir al conteo si captan alguno de estos fenómenos.

Pero también van más allá, reconstruyendo las trayectorias reales de los bólidos. "Lo hacemos a partir de imágenes y vídeos en que los bólidos se registran frente a las estrellas de fondo, porque nadie sabe dónde aparecerán, dado que son rocas generalmente más pequeñas de un metro. Medimos astrométricamente esos registros y, gracias a un software único desarrollado en nuestro grupo de investigación, podemos saber su trayectoria. Finalmente, a partir de ellas y tras medir la velocidad y deducir el punto radiante en la bóveda celeste, obtenemos sus órbitas en el Sistema Solar", detalla Trigo.

Recuperar meteoritos

"Recuperar meteoritos frescos, inalterados por los elementos al ser expuestos brevemente a la intemperie, es uno de nuestros objetivos. Hasta ahora hemos recuperado un meteorito cada diez años. Es un hito científico, pero también un reto que queremos batir en el futuro. De hecho, ahora uno de nuestros doctorandos está aplicando un modelo que tiene en cuenta el frenado aerodinámico y calcula con precisión las elipses de distribución donde acaban los meteoritos. Eso nos permite estar preparados para identificar los casos donde se producen y minimizar el tiempo para buscarlos", subraya Trigo.

Una vez los recogen, los estudian en salas blancas, empleando múltiples técnicas analíticas con el fin de conocer su composición química, mineralógica y propiedades físicas. Y es que los meteoritos tienen algo especialmente interesante: son muestras que preservan las propiedades de sus cuerpos progenitores, como asteroides o cometas, e incluso cuerpos de tamaño planetario como la Luna, Marte o Vesta.

La fascinación por los OVNIS

"La existencia de vida fuera de la Tierra nos fascina a todos los amantes de la ciencia. Pero otra cosa sería que una vida inteligente se dejase ver en objetos voladores en medio de un mundo tan tempestuoso y frente a una especie tan ‘agresiva’ como la nuestra", comenta Trigo, que no ve "nada realista" la posibilidad de que la NASA descubra signos extraterrestres en las investigaciones que comenzará a desarrollar a partir de ahora. "¿Por qué van a detectarlo en Estados Unidos y en Europa no?", reflexiona el experto. 

"Nuestros sensores detectan una gran variedad de fenómenos que nunca pasan desapercibidos a la monitorización continua del firmamento", insiste Trigo, que detalla que están colaborando con el Departamento de Defensa para explicar algunos de estos fenómenos y desarrollar sistemas automatizados. "Estamos siempre a disposición de quien desee dar una explicación racional a todo lo que ocurre en el firmamento", concluye.

[Las fotos de los bólidos pertenecen a la red SPMN-CSIC. El listado completo de todos los registros de España puede consultarse aquí]