Es una ola que crece al ritmo de nuestro consumo. Cada año es más evidente en las playas y más preocupante en los mares. La basura en nuestros ríos y océanos se ha convertido en el mayor enemigo del ecosistema. Frenar su generación en tierra y evitar su contaminación en las aguas es un reto complicado al que en el País Vasco se han propuesto plantarle cara. Para ello se valdrán de la ciencia y la tecnología. El plan de acción pionero que ultiman no sólo permitirá reducir su presencia sino, sobre todo, conocer cómo se comporta en los mares, cómo se mueve, dónde se concentra y cuándo y cómo se dispara su presencia. Los satélites serán los mejores aliados para recabar esa información, interpretarla y poder diseñar la mejor batalla contra la basura marina.  

La secuencia parece sencilla, la ejecución no tanto. Requerirá de cientos de dispositivos dispersos en el mar, en los ríos, aportando información vía GPS y ‘monitorizando’ la basura marina. El centro especializado en tecnología marina Azti y la empresa aeroespacial Elecnor Deimos se han aliado, con el respaldo del Gobierno vasco, para poner en marcha ‘Ulysses’, una iniciativa pionera que aspira a abrir un nuevo camino contra la contaminación de los océanos.

El abordaje del problema se realizará a través de cinco iniciativas relacionadas entre sí. La primera de ellas se ha denominado ‘Ulysses Sea’. Varias flotas equipadas tecnológicamente trazarán las derivas del plástico que encuentren en el mar y se geolocalizarán para hacer su seguimiento vía satélite. Esta información permitirá elaborar ‘mapas de deriva’ útiles para planificar después la recogida de la basura.

La inicitiva ‘Ulysses Rivers’ se encargará de analizar y monitorizar el flujo de plásticos en los ríos y cómo, a través de ellos, llegan al mar. Con la información se podrán identificar puntos críticos de acumulación. La participación de la ciudadanía en la reducción y responsabilidad medioambiental es otro de los ejes clave que se va a trabajar en este proyecto. ‘Ulysses School y Experience’ será la encargada de impulsar actividades educativas y exposiciones interactivas. La última de las áreas que incluye el proyecto es ‘Ulysses Circle’, con el objetivo de promover una economía circular en torno a la generación de plásticos y desechos. La receta, las 4R; reducir, reutilizar, reciclar y recuperar.  

Localizar en tiempo real

Localizar y seguir el comportamiento de las masas de basuras será posible gracias a un complejo sistema de detección en el que se empleará más de un millar de dispositivos a lo largo del Golfo de Bizkaia. Gracias a ellos se conocerá en tiempo real cuál es la deriva de esos desechos. Además de en el mar, se instalarán cámaras de videometría en determinados tramos de los ríos Nervión, Deba y Zadorra capaces de detectar la basura que flota en ellos. Con esta información se podrá conocer cuál y cuándo se ha producido la llegada de basura desde esos ríos hasta el mar, una de las principales vías de llegada de desechos a los océanos.

Barcos de madera que se emplearán para concienciar a escolares y para identificar las zonas de llegada de basura,

La ‘flota’ de sistemas GPS que se ha previsto, y en cuya construcción se trabaja, está compuesta por una embarcación ‘Ranger’ con la que gracias a sus potentes sensores se conocerá cómo se acumula, transporta y hunde la basura en el mar. Aportará información valiosa sobre la posición, la velocidad, la dirección del viento, la humedad y la presión. Junto a él, se lanzarán al mar medio millar de dispositivos con forma de botella de plástico, que simularán basura, y que gracias al GPS incorporado darán información relevante sobre la trayectoria y comportamiento de las derivas en el mar.

También se empleará medio centenar de ‘Wavys’, pequeñas boyas ideadas para conocer la trayectoria y estudiar procesos de acumulación y dispersión en los ríos, las zonas estuarias y en aguas profundas. Los sistemas de cámaras de videometría instalados en algunos ríos aportarán información sobre la cantidad de basura flotante en las riberas de los ríos y podrá medir de modo continuado el histórico de basura en un área. De este modo, se podrá conocer, por ejemplo, el impacto que tiene un evento multitudinario –fiestas o actos sociales- en términos de producción de basura y cuánta de ella termina en los ríos y desde ahí llega al mar.

Concienciación y educación

En materia de concienciación, el proyecto Ulysses también pone el foco en impulsar un cambio de actitud en la ciudadanía. Está previsto que se incluyan medio millar de pequeños barcos de madera, cada uno de ellos numerado, con los que se llevarán a cabo labores educativas. Llamados ‘Wooden’, permitirán que los escolares puedan pintarlos e interactuar antes de soltarlos al mar. El comportamiento de los ‘Wooden’, -que no tendrán sensores-, cuando arriben a la costa, permitirá conocer cuál ha sido la ruta que han seguido desde un punto determinado hasta su destino final. Gracias a esa información se identificarán las zonas más propensas a la llegada de basura.  

Uno de los dispositivos que permitirá conocer los procesos de acumulación de basura en los océanos.

El proyecto ‘Ulysses Data For Science’ surgió en 2020 como respuesta a los efectos adversos de la cada vez mayor presencia de plásticos en las costas. En este tiempo se ha trabajado el enfoque científico de la iniciativa para intentar aportar una solución a medio y largo plazo en la lucha contra la contaminación marina. A partir de ahora se comienza la fabricación de todos los dispositivos necesarios en el proyecto. Está previsto que el lanzamiento de todos los elementos al mar se produzca a comienzos del próximo año.

Pese a que nace de modo local, limitado al mar en el País Vasco, los promotores del proyecto buscan expandir en el futuro su iniciativa. “A través de la ciencia buscamos generar conocimiento que impulse acciones efectivas para preservar nuestros océanos”, asegura Jorge Ballester, director de la Fundación Data for Science gracias a la cual se desplegará el proyecto durante tres años.

El CEO de Azti, Rogelio Pozo, destaca el papel de las tecnologías en la mitigación y gestión eficaz de las basuras en el mar. Recuerda que supondrán, además de un beneficio para el medio ambiente, un ahorro de coste en su recogida: “Usando el método científico podemos obtener datos precisos y realizar análisis objetivos que nos ayuden a tomar medidas efectivas”.