Europa sale estas semanas de la cuarentena. Muchos países ya reabren sus fronteras y se preparan para recibir el turismo de verano. Esta vez quieren contar con una nueva arma que ayude a controlar posibles rebrotes: las apps de rastreo de contactos. Pero el desarrollo de esta tecnología ha sido (y sigue siendo) un quebradero de cabeza para los gobiernos.

La idea de utilizar los móviles para rastrear los contactos ha generado dudas en varios sentidos. Por un lado, de quienes cuestionan que este método sea efectivo. En España, Sanidad temía que una app colapsase el sistema sanitario con datos inútiles y falsos positivos, según informó El Confidencial a principios de junio.

España no estrenará su app de rastreo hasta al menos finales de junio. Sólo se desplegará en Canarias y como experiencia piloto

Otra crítica tiene que ver con el número de personas que realmente utilice la aplicación. Para que funcione, al menos el 60% de la población debería descargársela. Y los ejemplos no animan al optimismo. En Singapur y en Corea del Sur no la usó ni el 30% de sus ciudadanos.

Luego está el debate sobre la privacidad. Es una pregunta recurrente desde que el smartphone domina nuestras vidas, ¿Dónde acaban los datos que recopila el móvil? Para rastrear los contactos existen dos modelos: los que utilizan geolocalizador GPS, más invasivos, o los que se basan en tecnología Bluetooth. En Europa se ha apostado por el segundo. El mapa europeo se divide, a su vez, entre los países que han elegido un sistema descentralizado o centralizado.

¿Dónde se guardan los datos de la app?

El objetivo del modelo por Bluetooth es cortar una posible cadena de contagios. Imagine que usted ha pasado la mañana en una cafetería con amigos. Luego ha ido al parque y conversado con los padres de los compañeros de su hijo. Después acude a una cena en casa de un familiar. Pero unos días más tarde da positivo en coronavirus. La aplicación móvil se encargará de alertar a todas esas personas con las que ha estado en contacto. Siempre sin revelar que usted es el infectado.

El sistema por Bluetooth se basa en las claves anónimas. Primero hay que descargar la app y luego, activarla. La aplicación emite identificadores anónimos que intercambia con teléfonos que hayan estado a poca distancia durante un tiempo determinado. Cuando una persona dé positivo en Covid-19, el médico le facilitará una clave para que introduzca en el sistema. Entonces la app de rastreo del afectado avisará a la de sus contactos de que han estado con una persona afectada por el virus.

El modelo descentralizado, elegido por la mayoría de países, es el más respetuoso con la privacidad de los usuarios

En Europa la mayoría de los gobiernos se están decantando por modelos descentralizados. Esta opción es, según informa Efe, la clave para defender la privacidad de los ciudadanos. Cuando la app de rastreo está descentralizada los datos que intercambia con otros móviles sólo se almacenan en el propio dispositivo del usuario. Si por el contrario el sistema está centralizado, la información termina en un servidor central controlado por el gobierno, según explica Maldita.es.

Las aplicaciones europeas descentralizadas se basan en el protocolo DP-3T y se apoyan en tecnología de Apple y Google. Ambas compañías llegaron a un acuerdo para ofrecer a los gobiernos una API (interfaz de programación de aplicaciones) Esta tecnología ha servido de base para la creación de apps de rastreo que funcionen bien en la mayoría de móviles. Alemania, Italia, República Checa, Polonia… Todos ellos ya han desplegado sus apps basadas en este protocolo. El piloto que España probará a finales de junio en Canarias también empleará el protocolo DP-3T.

Uno de los retos de Europa es lograr la interoperabilidad entre las distintas aplicaciones. Esto se traduce en que la app de rastreos de un usuario no deje de funcionar cuando viaje a otro país de la UE. Y que, por tanto, no sea necesario descargar las apps extranjeras. Por ahora esa interoperabilidad funcionará en los estados que ya han desplegado sus modelos descentralizados. En las próximas semanas, la Comisión Europea espera que se logre con los centralizados.

La app alemana notifica la alerta a sus usuarios cuando han pasado 15 minutos a menos de tres metros de un contagiado

Corona Warn, la app alemana, se lanzó el martes. "No es la primera aplicación de advertencia que se ha presentado en el mundo, pero estoy bastante convencido de que es la mejor", presumió un alto mando del Gobierno de Angela Merkel. La herramienta la han desarrollado Telekom y SAP y ha costado 20 millones de euros. A esa cuantía hay que sumar los cerca de tres millones que necesita cada mes para estar operativa.

Corona-Warn avisará a los usuarios si han pasado 15 minutos o más a menos de tres metros de una persona que ha dado positivo en los 14 días siguientes al contacto, según informa Efe. En base a esos criterios, la app dirá a los alemanes su riesgo de infección. Este dato también será anónimo: sólo el contacto verá su puntuación en la escala de riesgo. Para que un ciudadano registre en Corona-Warn que ha dado positivo tendrá que escanear un código QR que figura en el resultado del test, o bien con un código TAN que se le facilitará para ello.

En la presentación del martes, el Ejecutivo alemán admitió que se habían retrasado con el lanzamiento. Esa tardanza, justificaron, se debía a sus esfuerzos para cumplir con unos elevados estandartes de protección de datos. Al principio, las autoridades se estancaron en discusiones sobre el almacenamiento de los datos de los usuarios. Los críticos, recuerda Deutsche Welle, advirtieron que almacenar los datos en servidores centrales suponía un alto riesgo de hackeos. Pero Alemania cambió de posición y apostó por el sistema descentralizado.

El caso de Francia y Reino Unido

Francia y Hungría son los únicos países que han centralizado la recogida de datos. El Gobierno galo lanzó StopCovid a primeros de mes. La app levantó recelos, como otras tantas, por la protección de datos y las dudas sobre su eficacia. La herramienta también funciona por Bluetooth y no geolocaliza al usuario. StopCovid avisa a las personas que han tenido un contacto mínimo de 15 minutos y a menos de un metro de un positivo reciente.

Reino Unido fue pionero en anunciar una app de rastreos. Ahora ha decidido abandonar el modelo centralizado y apostar por la tecnología de Google y Apple

La app no tuvo el estreno soñado: 1,5 millones de descargas en los primeros 10 días, es decir, cerca del 2% de la población, según El Español. A ello hay que añadir los problemas por no utilizar el protocolo descentralizado, el DP-3T. Los móviles de Apple fallan al tratar de mantener el Bluetooth activado en reposo, detalla El País.

Otro abanderado del modelo centralizado era Reino Unido. Fue el primer país europeo en anunciar que trabajaba en una aplicación de rastreos. El servicio nacional de salud (NHS, en inglés) hizo diferentes pruebas en la Isla de Wight. El software centralizado calculaba bien la distancia entre dos usuarios, pero sólo reconocía el 4% de los iPhones de Apple. La versión que se apoyaba en la tecnología de Google y Apple, en cambio, reconocía el 99% de móviles Android y iPhones. Pero calculaba peor la distancia entre usuarios. Según avanzó la BBC el pasado jueves, Reino Unido usará finalmente el modelo descentralizado de las dos compañías.

¿Qué pasa con España?

España no estrenará su app de rastreo hasta al menos finales de junio. Sólo se desplegará en Canarias y como experiencia piloto. El objetivo es probarla en un escenario real para valorar su puesta en marcha en todo el país. ¿Por qué España está tardando más que sus vecinos?

El Gobierno de Pedro Sánchez esperó a que el resto de los países se posicionase. En un principio siguió la estela alemana y apostó por el modelo centralizado. Pero Alemania cambió su postura y se decantó por el descentralizado. Como señala El Confidencial, a España no le quedó otra opción que adherirse al sistema de Google y Apple. Sanidad también temía que una app de rastreos colapsase de datos el sistema sanitario.

El proyecto español se probará en La Gomera. El Gobierno ha elegido a la isla por "ser uno de los territorios donde confluye la población local con turística y donde la colaboración ciudadana ha sido esencial para el control de la pandemia", informó el Ejecutivo canario en un comunicado. Según El País, Indra se encargará del desarrollo de la app, que empleará el protocolo DP-3T.