La calima que ha azotado las Islas Canarias se ha considerado uno de los peores episodios sufridos durante los últimos años. El polvo en suspensión y los fuertes vientos empeoraron la situación climatológica de las islas.

Este fenómeno meteorológico se caracteriza por la presencia de una gran cantidad de polvo, arena, ceniza o arcilla en el aire. La calima además de reducir la visibilidad provoca peligros para la salud, como explican fuentes del tiempo.es. Existe la calima “natural”, formada por efecto de polvo, arena o sales ambientales y la calima “B”, a causa de contaminación o incendios forestales.

La situación de una baja altura al oeste del archipiélago ha provocado que “vientos del este y sudeste arrastren el polvo del desierto del Sahara”, como ha afirmado mar Gómez, responsable de meteorología de eltiempo.es.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa el umbral de partículas PM10 en los 50 microgramos de concentración por metro cúbico. Durante el fin de semana se registraron en Gran Canaria casi 2.000, convirtiendo la calidad del aire en potencialmente perjudicial para la salud.

Las bajas presiones y el aire frío continúan al oeste del archipiélago y se espera que se mantengan en la zona. Este lunes las concentraciones de polvo se mantendrán con los mismos niveles, a la espera de que se rebajen durante el martes y el miércoles. 

Sin embargo, el viento irá perdiendo fuerza, la calima irá a menos en las próximas jornadas y las temperaturas comenzarán a descender a partir del miércoles.