El caso del submarino ruso incendiado, a bordo del cual murieron 14 personas este 1 de julio, sigue dejando detalles con el paso de las horas. El Kremlin maneja el caso con secretismo pero ha confirmado que se trataba de un submarino de propulsión nuclear, aunque ha subrayado que el reactor interno del aparato está "en funcionamiento" y "completamente aislado". Noruega, cerca de cuyas aguas operaba el submarino en el momento del incendio, no ha detectado por el momento niveles de radioactividad elevados.

No hay una confirmación total sobre la misión concreta del submarino, un sumergible AS-31, aunque Rusia ha defendido desde el primer momento que realizaba tareas de "investigación del fondo marino cerca del Ártico".  Sin embargo, expertos y medios de comunicación han explicitado dudas tras conocerse el alto perfil de los fallecidos: de los 14 muertos, siete son capitanes de alto rango y tres de segundo con condecoraciones. No es habitual que tantos militares de esta gradación participen juntos en una misión de "investigación del fondo marino cerca del Ártico".

Rusia no ha confirmado cuantas personas viajaban a bordo del submarino, aunque sí ha subrayado que hay supervivientes. El sumergible se encuentra actualmente en la base naval de Severomorsk, al norte del país, cerca de la frontera con Finlandia. El ministro de Defensa, Sergei Shoigu, ha informado al presidente Vladimir Putin de que el submarino será reparado "en un plazo corto" de tiempo.