Más de 46,6 millones de italianos han sido convocados a votar en el referéndum constitucional sobre el recorte del número de parlamentarios en la Cámara de Diputados y en el Senado. Cerca del 70% de los votantes han dado el a esta propuesta, según informa Il Corriere della Sera. En contra se han manifestado el 30,8%.

Para ejecutarse no se requiere quorum. Es la primera vez que los italianos son convocados a las urnas desde el estallido de la pandemia del coronavirus. La participación, a pesar de los malos augurios, ha superado el 54%.

El recorte (taglio, en italiano) afecta a las dos Cámaras que suman un número récord en Europa, casi un millar de parlamentarios. La Cámara de Diputados se reducirá de 600 a 400. El Senado tendrá 200 representantes en lugar de los 315 actuales.

Esta reforma es una iniciativa del Movimiento 5 Estrellas, una formación populista que defendía que sería un gran ahorro para los ciudadanos. En realidad, el ahorro apenas llega a los 60 millones de euros, según el Observatorio de las Cuentas Públicas de Italia, un think-tank que dirige Carlo Cottarelli, ex directivo del FMI, según cita Politico. Sería un 0,007% del gasto público de Italia.

Es un recorte populista, pero los grillini pueden presumir de que lo han sacado adelante. Hay quienes sueñan con que sea el primer paso para terminar con el bicameralismo, más imperfecto que perfecto, de la República Italiana. Las leyes se demoran mucho en aprobarse ya que las dos Cámaras tienen similar peso. La reforma no facilita, sin embargo, la gobernabilidad, el talón de Aquiles de la política italiana.

"Pedir al pueblo si quiere recortar el número de parlamentarios, en un momento histórico en el que la clase política es considerada inútil, es una victoria política fácil que sin embargo abre a problemas muy importantes: la nueva ley electoral, la reforma de la Constitución para reequilibrar los poderes...", explica Michele di Salvo, consultor político italiano.

Balance en las regiones

Este domingo y lunes se ha votado también en siete regiones, entre ellas la Toscana, bastión emblemático de la izquierda. Según los primeros sondeos, el candidato del Partido Democrático, Eugenio Giani, está en cabeza (43,5%-47.5%) pero por un estrecho margen frente a la Leona, Susanna Ceccardi, la candidata de la Liga, apadrinada por Matteo Salvini, que habría logrado entre un 40% y un 44% de los votos, según los primeros sondeos, que cita La Repubblica.

Sus perfiles son antagónicos: Giani, en la sesentena, es un viejo lobo de la izquierda florentina. Es presidente de la Toscana desde 2015, pero antes ha ocupado diversos cargos. Ha escrito varios libros sobre la historia de Florencia y preside una asociación literaria en homenaje a Dante Alighieri, el autor de la Divina Comedia.

Ceccardi, en la treintena, es alcaldesa de una localidad cercana a Pisa. La Leona, como es conocida por su melena y su fiereza, es ubicua en las redes sociales. Defiende la ley y el orden y reparte sprays con pimienta en defensa de los acosadores.

En Puglia también la lucha electoral está muy reñida, entre izquierda y derecha. En el Véneto se impone claramente Luca Zaia, de la Liga, por más del 72% de los votos, mientras en la Campania, se impondría claramente el izquierdista Vincenzo de Luca, quien presume de su gestión en la pandemia.

Zaia representa un liderazgo diferente a Salvini en la Liga: una vuelta a los orígenes regionalistas. Es mucho menos estridente. Ha gestionado bien la panademia, y por ello los venecianos le han elegido masivamente. Sería un relevo para Salvini, si su era llegase a su fin.