Lleva 22 años como corresponsal del diario ABC en el Vaticano, aunque llegó para un periodo breve, cuando se temía que la salud de Juan Pablo II daría un susto en cualquier momento. Juan Vicente Boo (A Pobra de Caramiñal, 1954) ha visto pasar ya a tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco I. Con todos ellos ha viajado por todo el mundo.

Aquel Papa polaco, de nombre Karol Wojtyla, se mantuvo al pie del púlpito unos años más. Y volvió a viajar por Europa del Este y antiguas repúblicas soviéticas. Son los desplazamientos de los que guarda mejores recuerdos.

Ahora sigue el viaje del Papa Francisco a Irak de forma virtual, pero está pendiente de todo y tiene las claves para interpretar cada palabra y cada gesto del Pontífice. Su dominio sobre los intrincados temas vaticanos queda en evidencia en su último libro, Descifrando el Vaticano. Desde dentro y desde fuera, editorial Espasa. Es una obra de referencia básica para los periodistas que aterricen por primera vez en la Santa Sede.

La obra, según explica el autor, se dirige también a quienes están interesados por el Papa y por lo que se dirime en el Vaticano. "Es un libro contra las fake news. La idea es que quienes buscan información sobre el Papa sepan distinguir los bulos de los hechos. Y también es un libro para periodistas, para quienes van a informar sobre el Papa".

Estima Boo que el vaticanista experto "solo conoce el 20 por ciento de lo que sucede puertas adentro". En otros destinos en los que ha estado, como Bruselas, calcula que el especialista puede dominar un 40 por ciento de lo que sucede en la OTAN, y hasta un 80 por ciento de lo que se fragua en la Comisión Europea o en la ONU.

La premisa fundamental es ser un buen profesional, independientemente del credo que profeses. O si no tienes ninguno. Recuerda en el libro unos consejos de Gandhi que transmitió a los periodistas Adolfo Nicolás, un jesuita que fue elegido superior general de la Compañía en enero de 2008. Antes de publicar un artículo, según Gandhi y Adolfo Nicolás, los periodistas tendríamos que preguntarnos si es verdad, si es justo contarlo y si es realmente útil.

A Juan Vicente Boo todavía le sorprende cómo en ocasiones los medios pretenden que informen sobre el Papa periodistas que no saben nada del Vaticano, algo que no harían para cubrir una competición de motociclismo o de tenis.

Pregunta.- El Papa Francisco ha emprendido este viernes un viaje histórico a Irak. Ya lo intentó Juan Pablo II, pero se opuso Sadam Hussein. Los últimos atentados y la evolución de la pandemia han hecho que se temiera una cancelación hasta el último minuto. ¿Corre peligro la vida del Papa en Irak?

Respuesta.- Sí, corre peligro, pero la vida del Papa corre peligro en cualquier encuentro masivo con fieles. El Papa Francisco ya estuvo en la República Centroafricana en 2015, un viaje muy arriesgado. Ese mismo año desafió un tifón en Tacoblan. Visitaba a los afectados de otro tifón anterior. Es tradición de los Papas realizar viajes peligrosos. El primero que cubrí fue del Juan Pablo II a Kazajstán diez días después del 11-S

P.- ¿Qué alicientes tiene la cobertura de un viaje del Pontífice? Hay cercanía en el vuelo...

R.- Francisco siempre viene a saludar uno por uno a los periodistas. Intercambia comentarios con nosotros. Y en el viaje de vuelta la rueda de prensa es un encuentro sin barreras en el que el Papa trata los temas más incómodos. Es cierto que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar lo que dice que el Papa suele estar cansado y que en el caso de Francisco es bromista.

P.- En el libro se refiere a la estrategia de comunicación de los tres Papas de los que has informado. ¿Qué destacaría?

Todos los Papas comunican a través de gestos. Y los viajes son gestos

R.- En realidad todos los Papas comunican a través de gestos. Y los viajes son gestos. Juan Pablo II viajaba incluso cuando ya estaba muy frágil. A veces lo subían en montacargas al avión. Lanzaba sus mensajes a través de las personas con las que se reunía. Besaba el suelo en cada país que visitaba. El Papa Benedicto se encontró en Estados Unidos con víctimas de abusos. Y Francisco fue a Lampedusa, a ver a inmigrantes, la primera vez que salió del Vaticano. Muchos de esos inmigrantes eran musulmanes.

Ahora en Irak solo un 1,5% de la población es cristiana. Ya en 2017 viajó a Birmania y Bangladesh, donde dejó claro su apoyo a los rohynga, la minoría musulmana hostigada por el régimen birmano. Desde el Concilio Vaticano II los Papas buscan unir a la humanidad.

P.- ¿Es un viaje oportuno? Hubo un atentado en una base donde había españoles, a 160 kilómetros de Bagdad, hace unos días. Y a eso se suman los estragos que está causando el nuevo coronavirus.

R.- El Papa Francisco va a visitar a todos: musulmanes, cristianos, yazidíes... La vía de salida es trabajar por el bien de la humanidad. Hay medidas especiales para los encuentros con el Pontífice, siempre con mascarilla. El acto más multitudinario será la misa en el estadio en Erbil. Es un sitio en el que caben 30.000 personas y habrá unas 10.000. Se controla quién ocupa cada asiento. El Papa hará todos sus desplazamientos en un vehículo cerrado.

P.- ¿Recuerda algún viaje en especial?

R.- Sí, la visita al Monte Sinaí, con Juan Pablo II, en marzo del año 2000. En ese viaje fue también el primer Papa recibido en la mezquita de Al Azhar, el centro teológico suní, en El Cairo. Supuso un paso gigantesco en el acercamiento entre musulmanes y cristianos. Francisco continuó esa vía en 2014 con su viaje a Turquía. Allí dijo Francisco que en todas las religiones hay fanáticos y violentos que quieren instrumentalizar la religión y que urgía desautorizarlos, para no hacerles el juego.

P.- ¿Qué destacaría de los últimos tres Papas?

R.- Juan Pablo II es el Papa de mi vida. Me impresionaba, sobre todo en los últimos años de su vida, por su tenacidad. Hacía viajes imposibles para una persona con un Parkinson tan avanzado. Era un místico. Benedicto XVI era un intelectual europeo. En las distancias cortas es muy sencillo y humilde. Y Francisco es igual a lo que se ve en televisión. Bromista, jovial.

P.- ¿Ha visto la película Los dos Papas?

R.- Sí, y me gustó. Se toman libertades, porque ese encuentro entre los dos nunca existió. Pero refleja muy bien el modo de ser de cada uno. Y la sorpresa del cardenal de Buenos Aires que cuando creía que terminaba su trayectoria se sorprende de que el Papa le vea como su sucesor. La veo positiva y permite entender mejor que dos personas con caracteres tan distintos se lleven tan bien.

P.- ¿Tienen mucha relación?

R.- Sí, se ven con frecuencia.

Como ha dicho varias veces, el Papa Francisco renunciará cuando vea que ya no tiene fuerzas

P.- ¿Dimitirá también el Papa Francisco?

R.- Lo dijo muchas veces en los primeros años de pontificado. Renunciará cuando vea que ya no tiene fuerzas para acometer su tarea. Dijo que no lo haría por edad. 

P.- ¿Cómo será la Iglesia post pandemia?

R.- Francisco ve cada crisis como riesgo y oportunidad. Considera la pandemia y las múltiples crisis asociadas (económica, social, climática y sanitaria) como una oportunidad de construir un mundo postpandemia sobre bases más sensatas que el anterior. La Iglesia tendrá que ser más cercana a las personas que necesitan ayuda y más ligera de equipajes. 

P.- ¿Cuál ha sido el momento de mayor crisis que has vivido en esas dos décadas?

R.- La mas dañina ha sido la motivada por los abusos sexuales de menores. Benedicto XVI ya dijo que la peor persecución proviene de dentro. Se ha avanzado pero más despacio de lo previsto. Ahora apenas hay casos nuevos. Queda mucho trabajo que hacer en la ayuda a las víctimas. Muchas tardan décadas en poder hablar por los abusos sufridos. Seguirán apareciendo nuevos casos antiguos. El obispo de cada lugar ha de encargarse de que reciban toda la ayuda necesaria. 

P.- En vísperas del 8M, hay mujeres católicas que se han manifestado para pedir igualdad en la Iglesia. ¿Por qué hay tantas reticencias?

R.- Francisco ha ido incorporando mujeres en cargos de responsabilidad a un ritmo cada vez mayor. Hay varias subsecretarias. Había propuesto el cargo de secretaria de economía a una mujer pero no pudo aceptar, según nos contó. Creo que el ritmo es insuficiente. En la renovación del Consejo de Economía hace un par de meses hay mujeres, la mitad. Ha nombrado subsecretaria del Sínodo a una mujer. Habrá más, seguro.