Quien tenga alguna duda de los delirios imperiales de Vladimir Putin ha de escuchar el discurso de este lunes a la nación. Había anunciado que sería su explicación sobre su decisión de reconocer las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Pero ha ido más allá: ha tratado de explicar al pueblo ruso por qué una invasión de Ucrania está justificada.

Sin llegar a mencionar la palabra invasión, Putin ha explicado a los rusos que no pueden seguir tolerando la tremenda injusticia de que los hermanos ucranianos estén sometidos a potencias extranjeras. Putin sostiene que Ucrania es Rusia y se ha convertido en "una colonia de marionetas de Estados Unidos".

Es un territorio donde los aliados están operando en ayuda de Ucrania y por ello Rusia ha de defenderse. Es como si Putin hubiera estado hibernando los últimos 30 años y despertara ahora dispuesto a borrar todo lo sucedido desde la caída de la URSS.

A Putin le duele el desmoronamiento de la Unión Soviética, el mayor error histórico como lleva reconociendo desde hace décadas. Pero va más allá, es como un oso herido que busca venganza.

El líder ruso ha arrancado su discurso, que casi ha durado una hora, con un alegato histórico. Ha defendido que Ucrania es Rusia. "Son nuestros colegas, camaradas, allegados, parientes, aquellos que están unidos a nosotros por lazos familiares y de sangre", ha dicho.

Ha recordado cómo la URSS aceptó la pérdida de Estados que la componían. "Dimos a estas repúblicas el derecho a abandonar la unión sin ningún tipo de condiciones... Una locura", ha añadido. De hecho, ha cuestionado el derecho a la independencia de los Estados que formaban parte de la URSS y ahora están en la UE y/o en la OTAN.

En el caso de Ucrania firmó el Memorándum de Budapest por el que renunciaba a su arsenal nuclear a cambio de seguridad. Sin embargo, lo que ahora dice Putin es que Ucrania aspira de nuevo a ser una potencia nuclear, y que su ingreso en la OTAN amenaza la seguridad de Rusia claramente.

Los ucranianos dilapidaron no solo lo que les dimos durante la URSS sino todo lo que heredaron del Imperio Ruso"

"Ucrania se ha convertido en una colonia de marionetas", ha dicho Putin. "Los ucranianos dilapidaron no solo todo lo que les dimos durante la URSS, sino incluso todo lo que heredaron del imperio ruso. Incluso la obra creada por Catalina la Grande". Y ha negado que Ucrania tenga entidad como nación. "Ucrania nunca ha tenido tradiciones de Estado propio… el Estado ucraniano se construye negando todo lo que nos invita, la memoria histórica de millones de personas". Es decir, no es un Estado soberano, según su interpretación de la Historia. Es un error que ha de corregirse.

Derecho a defenderse

La visión de Putin sobre la Ucrania soberana va más allá del surrealismo. Es un país donde se propaga la rusofobia y el neonazismo. "En Kiev intentaron usar el diálogo con Rusia para negociar con Occidente... La llamada elección prooccidental del poder oligárquico ucraniano se basa, no en la intención de crear mejores condiciones para el bienestar del pueblo, sino en el deseo de salvaguardar millones de dólares robados al pueblo y escondidos por los oligarcas en los bancos occidentales". Eso lo dice Putin.

El líder ruso ha dicho que es la embajada de EEUU en Ucrania quien controla directamente la Agencia Nacional Anticorrupción, la Fiscalía Anticorrupción y la Suprema Corte contra la Corrupción. "Toda con la benévola intención de combatir la corrupción. Está bien, pero ¿dónde está el resultado? La corrupción hoy florece más que antes", ha añadido.

Ha denunciado que Ucrania, esta nueva Ucrania manejada desde el exterior a juicio del líder ruso, ha adoptado una estrategia de confrontación con Moscú. Según Putin, es Ucrania la que está infiltrando terroristas en el Donbás y en Crimea para provocar al Kremlin.

Los dirigentes de Ucrania están preparando "una acción militar contra nuestro país", en connivencia con la OTAN, quien estaría al mando de las tropas ucranianas, según el líder ruso. Y ha advertido claramente que Rusia está dispuesta a ir a por todas por defender su seguridad.

"En el momento en que Ucrania cuente con un arma de destrucción masiva, la situación en el mundo, en Europa, especialmente para nosotros, para Rusia, cambiará de forma radical... Las naciones occidentales nos pretenden dar lecciones sobre el derecho de los países soberanos a elegir sus alianzas de defensa... Nosotros tenemos derecho a responder para defender nuestra seguridad. Y es lo que vamos a hacer", ha sentenciado.

Al finalizar su intervención, Putin ha hecho lo que dice que debería haber hecho hace tiempo: reconocer la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en lo que supone el fin de los Acuerdos de Minsk y un golpe mortal a la vía diplomática para evitar una guerra. En realidad, es la crónica de una guerra anunciada, gestada desde hace ocho años y que ya parece imparable.