En marzo de 2014 Rusia impuso su fuerza en Crimea ante la debilidad ucraniana. Nada pudo hacer Ucrania ante la adhesión de la península a la Federación Rusa tras la victoria del referéndum que votó por la independencia de Ucrania. En abril de ese año la autoproclamación de las repúblicas de Donetsk y Lugansk en el este del país significó el comienzo de una guerra civil en estas regiones que puso en evidencia la poca capacidad del ejército ucraniano para controlar la situación. El apoyo de Rusia, encubierto pero constatado, sirvió a las milicias independentistas para contener a las fuerzas ucranianas.

¿Cómo ha pasado el ejército ucraniano de no poder contener a las milicias independentistas a aguantar más de 50 días la invasión del segundo ejército más grande del mundo y hacerle retroceder? Taras Kuzio, experto en política y seguridad en Rusia, Ucrania y Eurasia del centro de investigación Henry Jackson Society, cree que la evolución del ejército ucraniano no se inicia hasta 2004 con la Revolución Naranja que acerca al país hacia el bloque de la OTAN. En ese momento el ejército que tiene el país es anticuado y corrupto, pero ese acercamiento abre la puerta a la cooperación con ejércitos como el de EEUU y el británico. Con la llegada al poder de Viktor Yanukovych en 2010 la modernización del ejército se paraliza. En esas condiciones de estancamiento las fuerzas ucranianas tienen que afrontar la adhesión de Crimea a Rusia y la autoproclamación de independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk. Esto fue determinante porque Petró Poroshenko, presidente en ese momento, incrementó el gasto militar hasta el 5% del PIB. “Nadie en toda la OTAN tiene ese gasto, sólo EEUU lo supera”, señala Kuzio.

Lubomyr Luciuk, profesor en el Royal Military College de Canadá coincide en que el conflicto de 2014 fue determinante. “El ejército ucraniano estaba mal armado, era corrupto, no estaba bien entrenado hasta ese momento. Pero ocho años de experiencia en combate de miles de soldados ucranianos han cambiado la situación y han contado con el entrenamiento de británicos, canadienses y estadounidenses que, en todos estos años, han dado formación a sus soldados. Una formación que ponían en práctica en combate en la guerra que se inició en 2014”, explica Luciuk.

“En el año 2015 era un ejército de partisanos mal uniformados y en el 2019 era un ejército de verdad”.

Taras Kuzio, investigador del Henry Jackson Society
FotO: Alex Chan Tsz Yuk /EP

“Yo estuve en 2015 en el frente en el Donbás -cuenta Taras Kuzio- y volví en 2019, fue un cambio como pasar de la noche al día. En el año 2015 era un ejército de partisanos mal uniformados y en el 2019 era un ejército de verdad. Además de la mejor formación los ucranianos tenían un equipamiento moderno occidental, como drones turcos y los Stinger [lanzamisiles] y Javelin [misil antitanque]”. 

Una de las lecciones que mejoran los ucranianos y que marca una diferencia con las fuerzas rusas es su organización de mando. “Los ucranianos tienen una estructura moderna con muchos suboficiales, como capitanes o sargentos, normalmente jóvenes y recién formados. Los rusos no los tienen. Los rusos tienen un plan, ir a A y luego B. No les funciona A, pero continúan a B”, afirma Luciuk. “Los ucranianos actúan en grupos más pequeños y al tener estos mandos intermedios, formados con los estándares occidentales, pueden ser más flexibles. Los rusos no, cuando la famosa columna de tanques rusos que avanzaba a Kiev perdió el vehículo de mando se quedaron sin saber qué hacer, les cuesta adaptarse a las circunstancias”, añade el experto de la Henry Jackson Society . 

Además de la ayuda técnica y militar previa al conflicto, los países de la OTAN están ayudando a Ucrania en materia de inteligencia. Los expertos están convencidos de que la inteligencia británica y estadounidense está apoyando en cuestiones como localización de los mandos rusos. Es una de las razones por la que los rusos pierden tantos generales, en torno a 15. Primero porque tienen que estar en el terreno para que sus fuerzas actúen, por la ausencia de esos mandos intermedios de los que sí disponen los ucranianos. Y segundo porque la colaboración de inteligencia facilita su localización para que los ucranianos los eliminen con drones o francotiradores.

“Están defendiendo su casa y a sus personas queridas de un invasor. Es la mayor motivación que hay”.

Lubomyr Luciuk, del Royal Military College de Canadá
Foto: Mykhaylo Palinchak/EP

Un país volcado en la guerra

El mayor valor de la fuerza de los ucranianos, según estos analistas, más allá de la evolución técnica de su ejército es la involucración de la sociedad y la moral alta de los ucranianos, una moral que ha ido en aumento al ver que Rusia ha tenido que cambiar sus planes, que su guerra relámpago que planeaba Putin ha sido repelida por el ejército ucraniano.

“La fuerza ucraniana está organizada en tres capas. Tienes a las fuerzas profesionales, por un lado, y a la Guardia Nacional, también muy bien equipada y entrenada. Y desde febrero tienes las Unidades de Defensa Territorial en las que están metidos todos los civiles reclutados que han ido recibiendo algo de entrenamiento militar. Estas serían las tres capas, pero luego tienes al resto de la población que les apoya”, afirma el experto canadiense. 

"El ejército ucraniano es ahora mismo el tercero más grande de Europa con 250.000 soldados entre profesionales y reclutas. Además está la Guardia Nacional, que pertenece al Ministerio de Interior, y las fuerzas de seguridad del país que son otros 30.000 miembros. Dentro del ejército destacan las fuerzas especiales, que están muy bien entrenadas por las fuerzas especiales americanas y británicas. La creación de estas unidades fue una lección de la guerra de 2014. Hay dos ramas, las fuerzas especiales que pertenecen a la inteligencia militar y otra de las fuerzas de seguridad, las dos son la vanguardia y los que operaran al otro lado de las líneas enemigas, capturando y eliminando mandos rusos”, afirma Kuzio.

Detrás de las unidades de élite hay todo un país empujando. “El ejército está combatiendo, pero todos los ucranianos están involucrados en sacar a los rusos del país, desde los que hacen cócteles molotov, a los que se llevan un tanque con su tractor o los que ayudan llevando suministros a los soldados. Todo el mundo está luchando”, mantiene el profesor del Royal Military College de Canadá. “Están defendiendo su casa y a sus personas queridas de un invasor. Esta es la principal razón de por qué están enfrentándose tan bien a los rusos. Es la mayor motivación que hay”, añade. A este hecho hay que sumar que están combatiendo en su terreno, “muchos rusos no saben ni dónde están”.

Desde la independencia del país una nueva generación de ucranianos ha crecido alejada del dominio soviético de Moscú. “Jóvenes que han madurado mirando a Europa y que saben ruso y saben que lo que ofrece la Rusia de Putin no es a lo que aspiran”, asegura Luciuk.

El ejército ucraniano es ahora mismo el tercero más grande de Europa con 250.000 soldados entre profesionales y reclutas"

Taras Kuzio, investigador del Henry Jackson Society
Foto:Alex Chan Tsz Yuk /EP

Voluntarios internacionales

Es precisamente de esa Europa a la que aspiran la mayoría de los ucranianos de donde procede la ayuda económica y militar para afrontar la guerra. Menos de la que Ucrania querría, pero igualmente determinante en el conflicto. Una de las formas de ayuda que más atracción mediática ha atraído son los voluntarios internacionales procedentes de todo el mundo que se han ido a Ucrania a combatir a los rusos. 

“Tan pronto como empezaron a llegar algunos se vio que eran muy buenos. Británicos y estadounidenses con experiencia en combate. Pero otros no son tan útiles, van con muy buena voluntad, pero no tienen habilidades militares, no manejan el idioma ni el terreno. No los puedes llevar al frente porque pones en peligro a toda la unidad”, afirma Luciuk. “Pronto quedó claro que había dos tipos de voluntarios. Unos están en primera línea y otros están en logística, suministro, llevando refugiados, etc.”.

Si estos voluntarios están inspirados en las Brigadas Internacionales que asistieron a la República en la Guerra Civil española, hay otro ejército de voluntarios que no tiene parangón en la historia de la guerra. No están en el terreno, están sentados delante del ordenador de su casa pero son tan útiles como los desplazados al país. Muchos hacen labores de documentación y de inteligencia de la información presente en las redes sociales y otros están en guerra electrónica directa con los rusos. “Hay miles de hackers [de sombrero blanco] trabajando para Anonymous, metiendo mensajes en los canales rusos de televisión y miles de voluntarios escuchando las comunicaciones rusas que muy frecuentemente usan líneas convencionales. Los rusos las han usado para hablar con sus familiares y hasta algunos mandos las han usado compartiendo planes por teléfono móvil”, asegura Kuzio. Conversaciones que tanto los voluntarios como la inteligencia ucraniana están pendientes de interceptar. 

Nueva fase del conflicto

El balance de la invasión rusa, después de 50 días, se inclina favorablemente hacia las fuerzas ucranianas por repeler la agresión de Rusia. Un resultado que pocos se hubieran aventurado a pronosticar en febrero. Pero la guerra continúa y Rusia no ha dicho su última palabra. Putin necesita dar una victoria a la opinión pública rusa que tiene secuestrada. Ahora concentra sus esfuerzos en la zona del Dombás con nuevas unidades militares y tropas frescas. Pero Ucrania tampoco parece dispuesta a parar, especialmente en un momento en el que ha ganado confianza y fortaleza militar.

Ucrania está empezando su contraofensiva y esto va a traer muchos combates".

Taras Kuzio

“Ucrania está empezando su contraofensiva y esto va a traer muchos combates. Estados Unidos y Reino Unido están facilitando equipamiento pesado, en Odessa hay ahora misiles anti barcos y Ucrania va a pelear primero en zonas como Jersón en la que los rusos carecen de apoyo local, que será clave en el éxito de ese contraataque”, asevera Taras Kuzio.