La actividad parlamentaria en Francia va a estar al rojo vivo. La alianza de izquierdas impulsada por Jean-Luc Mélenchon va a plantear una moción de censura al gobierno que encabeza Élisabeth Borne el próximo 5 de julio, según han anunciado en su cuenta de Twitter. La nueva Asamblea Nacional inicia su andadura el 28 de junio. Mélenchon, que optaba a ser primer ministro, no será diputado porque no concurría. Va a mover los hilos como líder en la sombra.

En la segunda vuelta de las legislativas, celebrada este domingo, Ensemble, la coalición centrista que apoya al presidente, Emmanuel Macron, ha sufrido un duro varapalo, al quedarse lejos de la mayoría absoluta. Ahora cuenta con 246 diputados, y tiene enfrente a una oposición fuerte de izquierdas con los 142 representantes de Nupes, y de la derecha radical, con los 89 escaños de Agrupación Nacional. Los conservadores tradicionales (Los Republicanos) cuentan con 64 asientos en la Asamblea Nacional y serían en teoría los más proclives a pactar con los centristas de Macron, pero están divididos.

La moción de censura permite a los diputados expresar su desaprobación con el gobierno. Para plantearla se necesitan al menos 58 diputados. Es complicado que salga adelante porque se precisaría una mayoría absoluta, es decir, 289 diputados, para deponer al gobierno. Nupes, que suma a los representantes socialistas, verdes, insumisos y comunistas, cuenta con 142 diputados. Es un gesto simbólico que muestra cómo la oposición a la coalición centrista del presidente Emmanuel Macron, desde la izquierda y la derecha (Agrupación Nacional), van a dar mucha guerra.

Desde el bloque de izquierdas y desde Agrupación Nacional reclaman la dimisión de Élisabeth Borne, que fue designada por Macron tras su reelección y acaba de ganar su primer escaño por Calvados. A pesar de la victoria pírrica de la coalición centrista, nada le obliga a dejar el cargo. Pero los dos principales grupos de la oposición quieren que pague por la bofetada que han dado los electores a Macron. De los 15 ministros macronistas que competían en las legislativas, tres han sido derrotados.

La diputada Mathilde Panot, de la Francia Insumisa, ha asegurado que "Borne está descalificada. Espero que consigamos que se vaya". Y Manuel Bompard, otro insumiso electo por Bouches-du-Rhône, ha sentenciado: "Borne debería irse. El primer resultado de las elecciones legislativas es que el gobierno formado por Macron no puede seguir gobernando como si nada".

El vicepresidente de Agrupación Nacional, Louis Aliot ha señalado en France Inter que Borne "es demasiado débil. Está demasiado debilitada para poder quedarse. Hay una elección crucial de primer ministro que debe permitir la continuidad política y la estabilidad política que hoy no tendrá".

Élisabeth Borne, que ha desayunado este lunes en el Elíseo con Macron, fue quien salió el domingo a dar la cara tras el batacazo sufrido en las urnas. "Esta situación es inédita y constituye un riesgo para nuestro país… Trabajaremos a partir de mañana para construir una mayoría de acción", dijo Borne. "Habrá que asociar las múltiples sensibilidades y construir los compromisos adecuados para actuar al servicio de Francia". Ha apelado a todas las fuerzas políticas a sumarse al diálogo. No parece que haya mucha disposición. El riesgo de parálisis flota en el ambiente.