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El futuro rey de Marruecos cumple 20 años en mitad de las prolongadas ausencias de su padre

El Rey Felipe VI, saluda al Príncipe Heredero, Moulay Hassan, en 2019.

El Rey Felipe VI, saluda al Príncipe Heredero, Moulay Hassan, en 2019. EP

“En un ambiente de alegría y júbilo, la familia real y el pueblo marroquí celebran el vigésimo cumpleaños del príncipe heredero Moulay Hasan, un feliz acontecimiento que refleja la verdadera dimensión del apego inquebrantable y profundo del pueblo marroquí al glorioso trono alauí, garante de la unidad, la estabilidad y la prosperidad del reino”. Es el panegírico que publicó este lunes la agencia de noticias estatal marroquí Map en honor al hijo de Mohamed VI, que está llamado a suceder a un monarca cada vez más ausente de los asuntos de Estado.

Moulay Hasan, que llegará al trono como Hasán III en homenaje a su abuelo, ha ganado protagonismo público en los últimos años. Acompañó a su padre en las visitas a Rabat que realizaron Felipe VI y Leticia y el príncipe Harry y su esposa Meghan a principios de 2019. Y el pasado abril presidió en una mezquita de Casablanca junto a su progenitor la oración del Aid al Fitr, la fiesta que marca el fin del mes sagrado de Ramadán. Mohamed VI no había aparecido en público desde finales de año, durante la recepción a la selección de fútbol marroquí tras su exitosa singladura por el Mundial de Qatar.

La sucesión de Mohamed VI -que ha pasado tres meses en Gabón a invitación de su amigo de infancia, el presidente Ali Bongo- es un tema tabú en los despachos del reino, gobernado en su ausencia por una guardia pretoriana con la que trabó estrecha amistad en sus tiempos escolares. Los rumores sobre su abdicación arreciaron hace un lustro, pero se terminaron diluyendo. Resurgieron el pasado octubre cuando el ex ministro de Derechos Humanos, Mohamed Ziane, exhortó a Mohamed VI a dejar el trono en una entrevista en El Independiente y planteó una abdicación a la española. Poco después, Ziane, de 80 años, fue arrestado y permanece desde entonces en prisión.

Al volante de coches deportivos

Hace cinco años, dada la edad del príncipe, su renuncia habría dejado la monarquía en un periodo de regencia, en manos probablemente del hermano menor del rey, Mulay Rachid. El vigésimo cumpleaños de Moulay abre un camino que aún se antoja improbable por su juventud. El vástago estudia actualmente gobernanza, economía y ciencias sociales en la Universidad Politécnica de Rabat, la institución a la que acuden los hijos de la élite local. El joven vive con su madre, la discreta princesa Lalla Salma, divorciada del monarca hace cinco años y la que se encarga de la formación del futuro rey.

Si la apuesta funciona, todo está preparado para que, dentro de unos años, el príncipe Moulay Hasan suceda a su padr

En las imágenes y vídeos que circulan por las redes -en su mayoría publicadas o compiladas por Soufiane el Bahri, un personaje que asegura ser el relaciones públicas oficioso de la casa real- el ahora veinteañero conduce coches de lujo, una de sus aficiones, por las calles del reino entre el saludo de los transeúntes y un imponente despliegue policial. En una de las ocasiones, captadas por un móvil, el joven devuelve el saludo a los presentes con la ventanilla bajada. “Se le ve por las calles de Casablanca a bordo de un Bentley. Parece que comparte la misma afición con su padre”, comenta a El Independiente un conocedor de sus gustos caros.

Con motivo de su cumpleaños, la prensa oficialista recuerda su “bendito nacimiento” en 2003 y considera la efeméride “una ocasión de recordar los momentos más destacados que marcaron las principales actividades del príncipe heredero” así como la estrecha ligazón que une a la familia real con el pueblo marroquí. Según su biografía oficial, superó el bachillerato “opción internacional” en la rama de “ciencias económicas y sociales” con la mención de “muy bien”. Moulay habla cuatro idiomas: árabe, francés, inglés y español. Es seguidor del Barcelona FC y forofo de Messi.

Moulay Hasan, príncipe heredero, en un banquete real.
Moulay Hasan, príncipe heredero, en un banquete real.

“Cada una de las apariciones públicas del príncipe heredero Moulay Hasan perpetúa así una larga tradición cuyo objetivo es iniciar y familiarizarle con el ejercicio de las responsabilidades que está llamado a asumir en el seno de una sociedad que sigue apegada a sus valores y a su identidad plural”, señala la agencia de noticias gubernamental, mostrando la ruta que le encamina hacia palacio.

“Si la apuesta funciona, todo está preparado para que, dentro de unos años, el príncipe Moulay Hasan suceda a su padre”, comenta a este diario Pierre Vermeren, experto en Marruecos y coautor de ‘Disidentes del Magreb’. Una vez se produzca la transición, el joven tendrá que enfrentarse a los problemas que jalonan la historia reciente del país, desde los abismos sociales o el desempleo hasta la emigración o las demandas de una vida mejor de sus súbditos, nunca satisfechas. También a las tensiones que desde hace algunos años laten entre la familia del rey y sus consejeros, el monarca y sus nuevas compañías, los hermanos Azaitar.

Una vez sea nombrado “amir al muminin (comendador de los creyentes), defensor de la fe y garante de los intereses supremos de la Nación y de los ciudadanos”, Moulay Hasan, que ha crecido en mitad de las cada vez más frecuentes ausencias de su padre, tendrá entonces ante sí el dilema de si heredar los errores que llevaron a su padre a renunciar a las promesas de reforma que inauguraron su reinado o explorar nuevas sendas. “En algún momento, las instituciones marroquíes tendrán que adaptarse a la demanda de participación política de las élites, lo que no ha sido posible con el legado autoritario de Hasan II y el temor a un debilitamiento brutal del sistema. Debe existir una vía intermedia entre la autocracia y una monarquía constitucional sin poder, según el modelo europeo. El futuro lo dirá”, concluye Vermeren.

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