Marruecos lo buscaba desde que en diciembre de 2020, por mediación estadounidense, el país árabe e Israel anunciaran la histórica normalización de sus relaciones. Han tenido que pasar 950 días para llevarse supuestamente el trofeo. Marruecos ha asegurado este lunes haber recibido una carta del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en el que reconoce la soberanía marroquí sobre el territorio en disputa del Sáhara Occidental, antigua colonia española y considerada por la ONU como "territorio no autónomo" pendiente de descolonización, según ha difundido en un comunicado el Gabinete del Palacio Real en Rabat. Horas después, Tel Aviv ha confirmado el movimiento.

"Su majestad el rey Mohamed VI, que Dios le asista, ha recibido una carta del primer ministro del Estado de Israel, su excelencia el Sr. Benyamin Netanyahu. Por esta carta, el primer ministro israelí señala a la muy alta atención de su majestad el rey, que Dios Le asista, la decisión del Estado de Israel de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio del Sáhara Occidental", detalla el despacho publicado por la Casa Real alauí. La oficina de Netanyahu ha confirmado el reconocimiento a última hora de este lunes. El ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, ha manifestado que "este paso reforzará las relaciones entre los países y los pueblos y la continuación de la cooperación para profundizar la paz y la estabilidad regionales".

Según Marruecos, Mohamed VI ha recibido una misiva del primer ministro Benjamín Netanyahu en la que este se compromete a que el Gobierno israelí “refleje en todos sus actos y documentos” el reconocimiento de la autoridad marroquí sobre el territorio saharaui. La comunicación lleva aparejado el anuncio de que Israel estudia la apertura de un consulado en Dajla "en el marco de la concretización de esta decisión de Estado".

Según la declaración, el primer ministro israelí subraya en su carta que la decisión será "transmitida a las Naciones Unidas, a las organizaciones regionales e internacionales de las que Israel es miembro, así como a todos los países con los que Israel mantiene relaciones diplomáticas". Como consecuencia del anuncio, Tel Aviv ha nombrado a un coronel como agregado militar en Rabat. El modus operandi recuerda al anuncio del cambio de posición de España en el contencioso, hecho público por una filtración de Rabat en marzo de 2022. Fuentes del régimen marroquí citadas por Reuters vinculan "la clara posición de Israel" a las acciones previas de "Washington y Madrid" y su apoyo al plan de autonomía marroquí.

Para Ali Lmrabet, periodista y observador de los asuntos marroquíes exiliado en España, "ahora comienza lo serio". "Al acallar a los críticos de la normalización, esto arregla momentáneamente los asuntos de un régimen desorientado por la prolongada ausencia del Rey y sumido en una carrera precipitada de ultraseguridad para ocultar su cruel falta de liderazgo". "La consecuencia inmediata es que el régimen marroquí está atando su destino aún más estrechamente a Israel ¿Para bien o para mal?", se interroga el disidente. Ambos mantienen intereses recíprocos porque comparten un hecho similar: la ocupación de un territorio en contra del derecho internacional, Palestina en el caso israelí y el Sáhara en el marroquí.

El favor de Tel Aviv a un monarca ausente

Sobre el tablero, ha pesado la situación interna del propio Marruecos, con una "estructura de seguridad" que ha reemplazado a un monarca completamente ausente. "El israelí es un gobierno de extrema derecha, próximo a las ideas de Trump. Este reconocimiento les permite amenazar a Argelia indirectamente. Y alguien debió convencer a los israelíes de que el régimen marroquí necesita una mano amiga para compensar la decrepitud de los años de Mohamed VI y la futura resolución definitiva del Tribunal General de la UE sobre el acuerdo UE-Marruecos", arguye Lmrabet. "Y nada es gratis, y menos aún con los israelíes. Adios a la causa palestina de los marroquíes", agrega.

Nada es gratis, y menos aún con los israelíes. Adios a la causa palestina de los marroquíes

El movimiento era esperado desde que en junio el asesor de seguridad nacional de Netanyahu visitara Rabat. El Gobierno israelí reconoció entonces que el reconocimiento se estaba debatiendo en el seno del Consejo de Seguridad Nacional y que con el movimiento -reclamado por el régimen desde que Rabat reconociera Israel, una medida altamente impopular y muy discutida aún hoy en la sociedad marroquí- se buscaba impulsar las relaciones económicas y un pacto de libre comercio entre ambos países.

La decisión de Trump

El reconocimiento israelí sobre la supuesta marroquinidad del Sáhara Occidental, el último territorio por descolonizar del continente africano, es un paso más en el proceso que se inició el 10 de diciembre de 2020 cuando el entonces presidente estadounidense Donald Trump reconoció vía tuit "la soberanía marroquí sobre la ex colonia española".

Desde que Joe Biden llegara a la Casa Blanca, no ha revertido la posición estadounidense en el contencioso, pero ha aportado matices. En mayo el Departamento de Estado estadounidense declaró que el plan de autonomía propuesto por Rabat es tan solo “uno de los muchos enfoques posibles”.

“Seguimos considerando que el plan de autonomía de Marruecos es serio, creíble, realista y uno de los muchos enfoques posibles para satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental”, advirtió el viceportavoz del Departamento de Estado estadounidense Vedant Patel tras la conversación telefónica entre el secretario de Estado Antony Blinken y su homólogo marroquí, el ministro de Exteriores Naser Burita.