"Como la mayoría de la gente, creo, quiero dedicar todas mis energías a hacer el mundo y mi comunidad un lugar mejor donde mi hija pueda crecer". Enérgico y sin afán de protagonismo, John Luman Smith (Nueva York, 1969) es hoy el hombre más admirado y más odiado de Estados Unidos. Acaba de presentar el martes el informe de 45 páginas en el que expone la acusación más grave jamás formulada contra un ex presidente: Donald Trump mintió a sabiendas sobre un supuesto fraude electoral, tras perder en noviembre de 2020 y esas maniobras atizaron a sus simpatizantes a asaltar el Capitolio el 6 de enero de 2021. 

Cuando lleva apenas ocho meses en el cargo de fiscal especial, ya ha cumplido con una tarea titánica: ha presentado las dos imputaciones contra el ex presidente. La primera se refiere a la ocultación de documentos clasificados en la mansión de Mar-a-Lago que podrían haber puesto en juego la seguridad nacional. Es muy grave y sin precedentes. Trump se declaró "no culpable" de los 37 cargos. 

Pero la segunda es aún más extraordinaria: por primera vez un presidente de EEUU es acusado de haber intentado revertir los pilares de la democracia. Para Trump, que comparece este jueves 3 de agosto ante la juez Tanya Chutkan, todo es una sarta de invenciones destinadas a impedir que vuelva a la Casa Blanca, pero Jack Smith anima a todos los estadounidenses a leer su informe para que juzguen por sí mismos. 

Trump puede ser candidato... y presidente

A pesar de las tres imputaciones, dos de ellas por cargos federales, Donald Trump puede ser candidato y llegar a la Casa Blanca. Hubo un precedente en 1920 cuando Eugene V. Debs, candidato del Partido Socialista, compitió desde la cárcel pero solo obtuvo un 3% de los votos. Si la condena se produjera antes de las elecciones, tendría que hacer campaña desde la cárcel.

Lo curioso es que en Florida no podría votar. En algunos estados tampoco podría ser elegido por el historial delictivo pero no es un requisito para ocupar cargos federales. De este modo podría ser presidente, aunque fuera condenado, a no ser que su gabinete pida que se aplique la 25ª enmienda que establece que se le reemplace si consideran que está "imposibilitado para ejercer sus derechos y deberes como presidente", lo que se descarta si son correligionarios de Trump.

A partir de ahí puede que se autoindulte, aunque el Supremo tendría que pronunciarse. También puede suceder que aún estuviera pendiente la decisión judicial. Todo un embrollo legal. La cuestión es que es el favorito en los sondeos entre los republicanos y estaría empatado con Biden en su nueva contienda electoral en 2024.

La "elección correcta" del fiscal general

Quien ha desenmascarado el golpe de Trump, que genera todo este galimatías jurídico, es Jack Smith. En otoño pasado pocos repararon en Washington en un hombre con barba y paso enérgico que aspiraba al cargo de fiscal especial. Antes que él, Robert S. Mueller se encargó de investigar las interferencias de Rusia en la campaña electoral de 2016.

Smith salió del anonimato al ser nombrado por el fiscal general Merrick B. Garland en noviembre de 2022. Procedía del tribunal de La Haya. "Es la elección correcta para llevar a cabo tareas que requieren precisión y urgencia", dijo entonces Garland. 

El compromiso de nuestra nación con la ley es un ejemplo para todo el mundo. Tenemos una serie de leyes y nos conciernen a todos"

jack smith, fiscal especial

Ha trabajado discretamente, fuera del foco mediático y sin dar entrevistas, hasta que presentó la primera imputación contra Trump a principios de junio. "El cumplimiento de la ley es un principio básico en el Departamento de Justicia. Y el compromiso de nuestra nación con la ley es un ejemplo para todo el mundo. Tenemos una serie de leyes y nos conciernen a todos", dijo entonces el fiscal especial. 

Al presentar la imputación relacionada con las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021, Jack Smith ha sido rotundo: "El ataque al Capitolio de nuestra nación fue un asalto sin precedentes a la sede de la democracia estadounidense. Como se describe en la acusación, fue alimentado por mentiras… mentiras del acusado dirigida a obstruir el derecho de la nación de recopilar, contar y certificar los resultados de las elecciones presidenciales".

Experimentado y resolutivo

 Nacido en Clay, Nueva York, se licenció en la Universidad de Nueva York y se doctoró en Leyes en Harvard. Sus primeros trabajos estuvieron ligados a la oficina del fiscal en Manhattan y luego en Brooklyn. En esa época se hizo cargo de múltiples casos relacionados con bandas, delitos violentos, fraude y corrupción. Desde sus inicios, llamaba la atención por su agudeza y su concreción a la hora de exponer los casos. 

Junto a Marshall Miller, realizó una profunda investigación sobre el caso de Abner Louima, un inmigrante haitiano que había sido violado por la policía con el palo de una escoba cuando estaba detenido en Brooklyn en 1997. El autor fue condenado a 30 años y Louima recibió una indemnización de 8,7 millones de dólares. Quienes han colaborado con Jack Smith destacan su independencia y su serenidad. 

Entre 2010 y 2015 estuvo al frente de la unidad de integridad del Departamento de Justicia, que sigue los casos de corrupción de políticos y figuras públicas. Tuvo entre manos acusaciones contra republicanos y demócratas. Logró que condenaran por corrupción a Rick Renzi, congresista por Arizona, al que luego Trump perdonó. A "Si me dejara intimidar, nunca habría aceptado este trabajo", dijo entonces. Seguro que ahora lo mantendría. 

Tras el paso por la oficina del fiscal de Nashville por razones familiares y una empresa privada de salud, una vez que Trump echó a los designados en la era Obama, se trasladó a La Haya, donde se encargó de crímenes cometidos en la guerra de Kosovo en los 90. En su última etapa preparaba el caso contra el ex presidente kosovar Hashim Thaci, sospechoso de estar relacionado con la muerte de un centenar de serbios, albaneses y gitanos. 

Su mayor preocupación estos meses, además de acometer esta misión en un tiempo récord y sin dejar cabos sueltos, ha sido proteger a su equipo. Algunos fanáticos trumpistas les han llegado a amenazar y por ello cuentan con un servicio especial de seguridad.

Ha sorprendido a muchos la rapidez con la que ha presentado estas dos complejas imputaciones, y la precisión con que están formuladas. El objetivo del fiscal especial es que se celebren juicios lo antes posible. El equipo legal de Trump, que defiende que el ex presidente se limitó a ejercer su derecho a la libertad de expresión, pretende demorarlo al máximo para que lleguen las elecciones sin que se hayan resuelto los casos.

En el caso de los documentos la juez Aileen Cannon, que fue designada por Trump, fijó la primera vista el 20 de mayo. La carrera electoral va a estar interferida por estas citas, que hasta ahora Trump ha aprovechado en su favor.

Desde hace 236 años, ningún presidente ha salido del cargo y luego ha sido acusado de conspirar para aferrarse al poder en un elaborado plan de engaño que desembocaría en violencia en el Capitolio"

peter barker, 'the new york times'

Hay quienes confían que el cariz de esta última imputación adquiera otra dimensión. Prácticamente se acusa a un presidente de intentar dar un golpe a la democracia estadounidense. Como dice Peter Barker, corresponsal de The New York Times en la Casa Blanca, el caso de Trump es un gran reto para la democracia de Estados Unidos. "Desde que hace 236 años, los padres fundadores salieron del Salón de la Independencia ese día claro y fresco, ningún presidente ha salido del cargo y luego ha sido acusado de conspirar para aferrarse al poder en un elaborado plan de engaño e intimidación que desembocaría en actos de violencia en los pasillos del Congreso". Donald Trump hace así historia, y Jack Smith también.

El fiscal Smith es un apasionado del triatlon, aunque hasta pasados los 30 confiesa que no aguantaba un largo nadando en una piscina. Sí tenía experiencia como ciclista y corredor. Desde 2002 ha participado en un centenar de competiciones, entre ellas nueve Ironman, desde Alemania hasta Brasil. Superó un accidente con la bici que le afecta a la pelvis y justo antes de regresar a Washington sufrió otro que le dañó una pierna. Está casado con la premiada documentalista Katy Chevigny (entre sus filmes, Becoming, sobre Michelle Obama) y tienen una hija, Josie. 

Trump le llama "trastornado" y le acusa de "interferencia electoral" y de estar al servicio de la "caza de brujas" al estilo del régimen nazi o soviético, orquestada por la Administración Biden, pero hasta alguno de sus antiguos abogados como James Trusty ha confesado que respeta su labor. Jack Smith es perseverante, resolutivo y con una determinación que solo poseen quienes saben que su quehacer tiene un sentido que nada tiene que ver con su ego. Hacer un mundo mejor exige sacrificios. Y es seguro que no a todos les gusta lo que supone, sobre todo cuando los hechos dejan de ser sagrados y la democracia se tambalea.