Ha sido el invitado especial de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su último discurso anual en Estrasburgo. La presidenta de la Comisión Europea quería rendir un homenaje a la escritora ucraniana Victoria Amelina, asesinada en un bombardeo en Kramatorsk a finales de junio, cuando estaba comiendo junto a Héctor Abad, Sergio Jaramillo y la periodista Catalina Gómez. Desde entonces da voz a Victoria Amelina y traslada especialmente a los latinoamericanos que la guerra contra Ucrania es una guerra de agresión librada por Rusia. "Es trágico que América Latina sea neutral ante el pueblo ucraniano cuando se está defendiendo de la agresión rusa", ha dicho en un encuentro con periodistas en Estrasburgo.

En su discurso, Von der Leyen se ha referido a Victoria Amelina y el pleno ha aplaudido a Héctor Abad, quien ha mostrado una foto de la escritora, que estaba documentando los crímenes de guerra en Ucrania cuando falleció tras unos días entre la vida y la muerte. En breve se publicará su obra póstuma War and Justice Diary: Looking at Women Looking at War.

"Mi papel en este discurso ha sido simbólico. El papel de alguien de Colombia que por casualidad estaba al lado de una víctima asesinada. Como también fue una víctima asesinada Emma Igual, la cooperante española que llevaba más de un año socorriendo a niños y ancianos. Lo hacía porque era nieta de una víctima del Holocausto", ha dicho Héctor Abad, autor de El olvido que seremos.

El recuerdo de Victoria Amelina

Héctor Abad asegura que quien debería estar en Estrasburgo ahora es Victoria Amelina, que "merece ser recordada, como Emma Igual". Recuerda el escritor aquel fatídico día de junio cuando compartieron mesa y mantel en una conocida pizzeria de Kramatorsk. Abad cambió el lugar en la mesa a Victoria Amelina porque él tiene problemas de audición en el oído derecho.

"Iba a sentarme allí donde murió. Victoria Amelina era tan joven. Treinta y siete años, la edad de mi hija. Ha dejado un hijo de 12 años. Estaba terminando su libro. Siento que he de hacer que su voz se escuche, ahora que ella no está", ha dicho Héctor Abad.

"A veces me resulta muy difícil convencer a los intelectuales de que esta no es una guerra entre Rusia y la OTAN"

héctor abad

Reconoce que antes de que su obra fuera publicada en Ucrania desconocía el país tanto como muchos fuera de Latinoamérica ignoran de la idiosincrasia de cada país de la región."Para muchos latinoamericanos Ucrania es un sitio lejano. Ven que tienen muchos problemas de violencia, desigualdad y pasa como en la Segunda Guerra Mundial. Adoptan una posición neutral frente a lo que pasa. Me parece trágico que al cabo de tanto tiempo podamos ser neutrales frente a un pueblo que se defiende".

Héctor Abad se unió a la campaña que promueve Sergio Jaramillo, ex comisionado de la paz en Colombia, que persigue concienciar a gobiernos y ciudadanos en América Latina sobre la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania. "A veces me resulta muy difícil convencer a los intelectuales de que no es una guerra entre Rusia y la OTAN, pero también es cierto que el propio Kissinger decía que Ucrania pertenecía al entorno de Rusia hace un par de años, y que la propia Europa no reaccionó la anexión de Crimea en 2014".

Pese a los errores de 2014, el escritor colombiano cree que Europa aprendió la lección de las guerras del siglo XX. "Para mí es importante que la presidenta plantee cuestiones como el calentamiento global, la transición verde, el empleo, la justicia social, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres", señaló Abad, antes de insistir en que es también fundamental "que se localice en la invasión rusa de Ucrania. Esta no es una guerra más. La palabra que mejor la define es invasión". Abad ha puesto en evidencia que si los pueblos eligen democráticamente, prefieren parecerse a la Unión Europea antes que a "la autocracia teológica mesiánica de Putin. ¿Qué elegirían ustedes?".

La importancia de las palabras

Héctor Abad está escribiendo, aunque no sabe hacia dónde va su actual proyecto. "Volví de Kramatorsk muerto de miedo. He leído todo lo que escribió Victoria Amelina. Tengo muchas notas de mi viaje, de lo que viví. He reflexionado sobre el azar de seguir vivo, sobre la muerte, sobre cómo envejecemos, sobre cómo queremos morir. He llegado a la conclusión de que prefiero morir anciano en la cama como mi madre. No quiero ser asesinado con 66 años en plena calle".

También las guerras nos hacen reflexionar sobre la importancia de la palabra y de por qué regímenes como el ruso ponen en el objetivo a personas como Victoria Amelina. "Como escritor, uno a veces piensa que lo importante son las personas de acción, que tienen adiestramiento militar, pero probablemente los que atizan la guerra saben que las palabras sí son importantes. Pueden hacer que las personas piensen dos veces, que entiendan las complejidades de toda guerra. Los que tienen voz, memoria, y los que pueden contraponer versiones de la historia y ponen en duda el relato oficial de lo que ocurre son personas peligrosas. Los escritores son peligrosos".