El Pacto sobre Migración y Asilo, uno de los asuntos pendientes de cerrarse en la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, sigue siendo motivo de discordia entre los Veintisiete. Y, como sucede cada vez que aumentan las llegadas, los defensores de la Europa fortaleza buscan chivos expiatorios. La primera ministra italiana, la ultraconservadora Giorgia Meloni, gran defensora del acuerdo de la Comisión Europea con Túnez para frenar la migración, ha arremetido contra la izquierda europea y contra el Alto Representante de Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, por plantear dudas sobre ese pacto con el país norteafricano.

"Por desgracia, he visto que parte de las fuerzas políticas italianas europeas, por razones ideológicas o aún peor, por cálculo político, hacen todo lo posible por echar por tierra lo que hemos avanzado. Me refiero a la carta del Alto Representante para la Política Exterior, al llamamiento de los socialistas europeos y a la toma de posición de diversos referentes de la izquierda", ha dicho Meloni en el Consejo de Ministros celebrado este lunes. A Borrell le recrimina haber dirigido una carga al comisario de Ampliación en el que expresaba sus dudas sobre los procedimientos que se habían seguido.

"Todas las acciones están encaminadas a mostrar que ningún país del norte de África es un Estado seguro con el que podamos llegar a acuerdos para frenar las partidas de migrantes ilegales. En suma, la voluntad de la izquierda europea es hacer inevitable la inmigración ilegal en masa", ha añadido.

La deriva autocrática del presidente Kais Saied preocupa en varios países europeos, entre ellos Alemania o Bélgica. Más aún si se tiene en cuenta que el pacto se quiere tomar como ejemplo para otros acuerdos con terceros países. Además de Borrell, la Defensora del Pueblo Europeo, Emily O'Reilly, hizo pública una carta el viernes en la que pedía información sobre el respeto a los derechos humanos en el país africano. "Estas preocupaciones tienen que ver con la gestión de la migración", señala O'Reilly, quien planteaba si se preveía suspender el acuerdo si se observaban violaciones de derechos humanos. El gobierno tunecino vetó a una delegación de cinco eurodiputados que pretendían analizar el acuerdo con la UE y el estado de la democracia en Túnez.

El acuerdo con Túnez se focaliza en economía, transición ecológica y gestión de la migración. Para la gestión de las fronteras se dedican 105 millones de euros, 300 millones en energía renovable y otros 150 millones de liquidez inmediata. La Defensora del Pueblo Europeo apunta que no puede darse "un cheque en blanco" al gobierno tunecino. Para Meloni, que contó con el apoyo de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, del Partido Popular Europeo, el pacto con Túnez es la guía que hay que seguir.

A pesar de las medidas ya emprendidas por Meloni, como el decreto de emergencia migratoria durante seis meses en abril pasado, en lo que va de año han desembarcado 127.000 migrantes en las costas italianas, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior. La semana pasada, en apenas tres días llegaron 10.000 a Lampedusa, una isla donde viven unas 6.000 personas.

En los movimientos migratorios influye más el cambio climático o la inseguridad en el Sahel que los últimos desastres en Marruecos o Libia"

carmen gonzález enríquez, r.i. elcano

Muchos de estos migrantes, según la investigadora Carmen González Enríquez, investigadora principal del Real Instituto Elcano, llegan desde Túnez, muy próximo a las costas italianas."En Túnez se está dando una deriva autoritaria y xenófoba, de modo que los migrantes que se habían congregado allí, que están siendo maltratados, buscan salidas". Para esta investigadora, "en los movimientos migratorios influye más el cambio climático, la sequía, o la inseguridad en el Sahel, que los últimos desastres como el terremoto en Marruecos o las inundaciones en Libia. Los proyectos migratorios de las personas se establecen a más largo plazo. Se dan más en el continente africano, donde las fronteras son más porosas".

El socio de coalición de Meloni, el líder de la Liga, Matteo Salvini, reclama "medidas más rígidas". Matteo Salvini, actual ministro de Transportes e Infraestructuras, impulsó como titular del Interior en 2018 y 2019 acciones antimigratorias por las que aún ha de responder en los tribunales. Bloqueó el desembarco en puertos a barcos humanitarios cuando el rescate es una obligación legal.

El plan Von der Leyen, más de lo mismo

El aluvión de llegadas llevó a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a trasladarse el domingo a Lampedusa junto a Meloni. Von der Leyen anunció un plan de diez puntos que incluye que se aceleren las deportaciones de los migrantes que no tengan derecho de asilo. "La inmigración ilegal es un problema europeo que requiere una respuesta europea", dijo Von der Leyen. "Seremos nosotros quienes decidamos quién llega a Europa y no los traficantes". Pero los traficantes no son la causa, sino el medio.

Muchas propuestas de Von der Leyen ya se intentan aplicar desde hace tiempo pero tienen un efecto muy limitado"

blanca garcés mascareñas, cidob

En realidad, el plan que ha planteado Von Der Leyen es más de lo mismo. "Muchas de las propuestas que plantea se intentan aplicar desde hace tiempo pero tienen un efecto muy limitado. No hay acuerdo sobre el traslado a otros Estados miembros. La solidaridad entre Estados miembros tiene que ver con la responsabilidad en el espacio Schengen pero no hay acuerdo", señala Blanca Garcés Mascareñas, investigadora sénior especializada en migraciones en el Cidob. El último ejemplo ha sido Alemania que ha suspendido "hasta nuevo aviso" el mecanismo voluntario de solicitantes de asilo procedentes de Italia. El protocolo de Dublín establece que las solicitudes de asilo han de ser procesadas por el primer país donde se registre el recién llegado. Alemania aceptó 3.500 llegadas desde el sur pero Italia no está aceptando a los que devuelve Alemania.

"Misión naval" y retornos

Meloni, crítica con la redistribución de migrantes que propone el Pacto de Migración y Asilo, insiste en los retornos y en parar las migraciones en origen, y para ello propone crear una "misión naval" que actúe en las costas de los países de los que salen los migrantes.

Vox ha pedido al gobierno de Pedro Sánchez que se sume a esta iniciativa de la primera ministra italiana, con la que comparte ideario. Un total de 24.463 migrantes han llegado a España en pateras en lo que va de año, lo que supone un 25% más que las que lo hicieron en el mismo periodo de 2022, según el Ministerio español del Interior. Más de 3.400 personas han sido rescatadas en el mar.

En la UE solo el 30% de los que reciben una orden de expulsión retornan: los Estados de origen y tránsito no colaboran"

blanca garcés mascareñas

Esa política de retorno que defiende Meloni se ha demostrado que no funciona. "Los números lo dicen: en la UE solo el 30% de los que reciben una orden de expulsión retornan. Y en algunos países africanos como Guinea-Conakry o Costa de Marfil es del 3%. Estos Estados no colaboran en estas repatriaciones, que dependen de la voluntad de estos países de origen y tránsito. Suelen ser reticentes porque supone renunciar a las remesas, aceptar la vuelta de disidentes y puede que haya rechazo en países vecinos", dice la investigadora. También indica que los que no consiguen el asilo suelen acabar en la marginalidad y la exclusión.

La UE, y el plan de Von der Leyen lo recoge, insiste en la necesidad de acuerdos con terceros países, como el de Túnez, tan apreciado por Meloni. "Son efectivos a corto plazo pero a un coste elevado. En el caso de Marruecos con España o Turquía con Grecia se han reducido las entradas pero estos países aceptan el control de la frontera europea a cambio de condiciones extra, como pasó con Marruecos con el reconocimiento del Sáhara como marroquí. Es una vigilancia temporal y condicionada además", señala Garcés, quien recuerda como en estos dos últimos años han aumentado las llegadas desde Libia a Italia porque se ha reducido el control por parte de la guardia costera libia.

El número de llegadas aumentará en los próximos años de forma sostenida, según varios estudios que cita Garcés. "Con la globalización las condiciones de las personas a un lado y otro de la frontera son muy distintas pero las expectativas son muy similares, así que mayor es la sensación de privación y las ganas de buscar una vida mejor".

Según la investigadora, el plan europeo de Von der Leyen falla, sobre todo, porque "no tiene en cuenta ni las necesidades de los países vecinos ni los condicionantes que empujan a esas personas a migrar".

Europa necesita migrantes

Lo paradójico en el caso de Italia es que el país necesita la inmigración, aunque a sus gobernantes les cueste admitirlo. Europa, en general, los precisa por el envejecimiento de la población. En 2022 el número de nacimientos fue el más bajo de los registrados: 393.000. Este mes quedaron vacantes la mitad de los puestos de trabajo disponibles, más de medio millón, según The Economist. A esto responde el gobierno Meloni con la diferencia con la migración legal y la irregular, pero, como otros gobiernos europeos no ofrece vías legales a los que llegan al país para mejorar sus condiciones de vida o huyen de la persecución política, o la sequía o el hambre.

"La migración ordenada solo existe en magnitudes muy pequeñas porque la UE ha puesto muy poco empeño en garantizarla. Estamos obsesionados con lo que pasa en la frontera sur, porque es importante, pero el 90% de la gente que viene a nuestros países para quedarse entra por los aeropuertos. Es posible reducir el caos en la frontera pero hay que garantizar vías legales y seguras para que la gente entre y hacer un sistema más flexible del que ahora tenemos", señala Gonzalo Fanjul, experto en pobreza y desarrollo, autor en Fundación PorCausa, y director de análisis en ISGlobal.

La migración es la única solución para la UE que afronta un monumental desafío económico y demográfico"

Para Fanjul, "la migración no es un problema para la UE, aunque parezca una paradoja viendo la frontera sur, sino la única solución que tiene la UE para el monumental desafío económico y demográfico que tienen la mayoría de sus países, sobre todo para España, con una población envejecida, elevadas tasas de dependencia crecientes y desabastecimiento de mano de obra en sectores fundamentales de la economía. Todos los partidos de gobierno, excluida la ultraderecha, entienden que es un desafío fundamental. La migración es la solución y lo que se necesita es racionalizar el sistema, y vincularlo a la defensa de los derechos humanos, el gran problema de la frontera sur".