¿Quién no temía a Giorgia Meloni hace un año? La líder de Fratelli d’Italia, el partido que aún conserva en su logo la fiamma del posfascismo, llevó a esta formación conservadora que invoca la patria, Dios y la familia como lema, a la victoria, con el 26% de los votos, en las elecciones del 25 de septiembre de 2022. Giorgia Meloni (Roma, 1977) se imponía en el bloque de derechas al liberal Silvio Berlusconi, líder de Fuerza Italia y al populista Matteo Salvini de la Liga. El bloque conservador formó gobierno el 22 de octubre en la tercera economía de la Unión Europea bajo la batuta de una mujer que se define de derechas pero proviene de las cenizas del posfascismo por primera vez en la historia de Italia. "Me adapto a una realidad cambiante", suele repetir para explicar su pragmatismo, encarnado en el eurorrealismo. Sin renunciar un ápice a sus principios (sono una madre, sono italiana, sino cristiana).  

¿Debería temer Europa a Giorgia Meloni?, era la pregunta que se planteaba The Economist en su portada en septiembre pasado. La revista se hacía eco de una preocupación evidente en las instituciones europeas y en la mayoría de los gobiernos. En la campaña electoral, Meloni había dibujado una Unión Europea que escudriñaba en la vida de los ciudadanos: "En estos últimos años se ha metido en todo, incluso en cómo se cocinan los insectos", decía Meloni en la primavera de 2022 en un mitin. La Meloni primera ministra, sin embargo, demanda a la UE que asuma la migración como un problema europeo y no deje sola a Italia. Y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, acude a su llamada a Lampedusa, la isla cercana a la costa africana desbordada de migrantes. 

En el fondo subyace la realidad de que el dinero está en Europa. Italia logró 209.000 millones del Pacto de Reconstrucción de europeo"

pablo martín de santa olalla, universidad camilo josé cela

"Matteo Renzi [líder de Italia Viva y ex primer ministro con el Partido Democrático] ya dijo que en cuanto llegara al gobierno Meloni, a quien califica de derechas, no posfascista, se convertiría en la más europeísta. Ha adoptado un perfil europeísta y prueba de ello es que no cerró los puertos, pero demanda ayuda de la UE porque hay una emergencia con 130.000 llegadas, más que todo el año pasado. En el fondo subyace la realidad de que el dinero está en Europa. Italia logró 209.000 millones del Pacto de Reconstrucción europeo de julio de 2020", afirma Pablo Martín de Santa Olalla, profesor de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) y autor de Historia de la Italia republicana (1946-2021). “El problema de Meloni es que no tiene fuerza en Europa”. 

Según Andrea Betti, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia Comillas, Meloni, a pesar de lo que pudiera decir en campaña, sabe que el sitio de Italia está en la Unión Europea. "El europeísmo para un país como Italia es obligado por sus debilidades estructurales y económicas. La UE es la única manera de resolver ciertos problemas. Es eurorrealista, como se definen los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), el grupo que encabeza en el Parlamento Europeo". Ahí están Vox y el polaco Ley y Justicia.

Es la economía, Giorgia

Meloni heredó la hoja de ruta económica de Mario Draghi, el anterior jefe del Consejo de Ministros. Fratelli d'Italia fue el único partido en la oposición y de eso se benefició cuando cayó el gobierno. Draghi, que fue presidente del Banco Central Europeo, dejó trazadas las líneas maestras pero el crecimiento fue de récord en 2021, un 6,3%, y en 2022 de un 3,7%. En el segundo trimestre de este año descendió al -0,3% y si vuelve a ser negativo el país estaría en recesión técnica. Este patrón está relacionado con la carestía de las materias primas, lo que afecta sobre todo a países con una industria desarrollada. 

Los nuevos presupuestos, que han de presentarse ante la Comisión, habrán de ser más austeros, y el pago de la deuda, que se sitúa en el 145,5% del PIB, va a llevarse mucho más dinero debido a los elevados tipos de interés. A ello se suma si se reactiva el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija un 60% de deuda y 3% de déficit, las condiciones serán aún más difíciles para el gobierno italiano. 

En política económica, tuvo que reformar al máximo la tasación que pretendía imponer a los beneficios de los bancos  y su limitación de los precios de las tarifas aéreas también se enfrentó a las compañías. Ese intervencionismo estatal que diferencia sus postulados de los liberales choca con la realidad. A partir de ahora, como decía recientemente el Financial Times, se termina su luna de miel, favorecida por la buena gestión de Draghi. 

Para Meloni es fundamental que en las instituciones consideren a Italia un socio fiable. Draghi era venerado y logró una excelente relación con el presidente francés, Emmanuel Macron, que no tiene Meloni. Tampoco es cercana al canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz. 

El objetivo de Meloni es ganar aliados como Von der Leyen, a quien le viene bien tener apoyos para optar a la reelección, aunque son Manfred Weber, líder del grupo, o el comisario Margaritis Schinas del Partido Popular Europeo, quienes muestran más sintonía con ese acercamiento al ECR. De cara a las europeas busca conseguir que el ECR y el PPE puedan contar con una mayoría.

Sabe que ganar perfil político en Europa es fundamental para su proyecto a largo plazo. Cuenta con el visto bueno del húngaro Viktor Orban y el polaco Mateusz Morawiecki que el 15 de octubre se enfrenta a elecciones. Pero al salir de la UE el Reino Unido, Meloni ha perdido a quien habría sido su gran baza, el británico Rishi Sunak, con quien congenia bien. Sus políticas no difieren en cuestiones sustanciales como migración, por ejemplo. 

Atlantista ejemplar

Para Steven Forti, profesor asociado de la Universidad de Barcelona y autor de Extrema derecha 2.0. Qué es y cómo combatirla, "Meloni no se ha moderado. Es un gobierno claramente de ultraderecha. Mantiene su mismo programa y sus mismas banderas ideológicas, pero Meloni es inteligente y pragmática. En atlantismo está en línea con gobiernos anteriores y a la vez intenta mantener una buena relación con Bruselas aunque hay fricciones porque si se complican las cosas culpa a Bruselas". 

Es precisamente su defensa de Ucrania en la guerra de agresión de Rusia uno de los hechos que ha llevado a Meloni a ganarse el respeto de líderes internacionales como el presidente de EEUU, Joe Biden, con quien se vio en la Casa Blanca en julio pasado. "Somos amigos", dijeron entonces. 

Fue Draghi quien defendió las sanciones contra la Rusia de Putin y Meloni le secundó desde el primer momento. Sus socios, tanto Salvini como el fallecido Berlusconi, se dejaron querer por Putin. Pero Meloni es una firme defensora del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, lo que le ha permitido ganar aceptación entre los aliados.

También aprovechó las buenas relaciones de Draghi con Argelia para mantener esa alianza que le facilita el acceso al gas. Por motivos sentimentales confiesa su admiración por el pueblo saharaui, y aún así no está en el objetivo de Marruecos. Italia es el primer país en abrir un consulado en Tinduf. A diferencia de España, Italia sabe jugar sus cartas en el Magreb. 

Una 're-involución' tranquila

Según Andrea Betti, "Meloni tiene una doble cara. Es muy pragmática y adapta su discurso al tipo de público. En la Casa Blanca parece una normalísima aliada de la OTAN. Nada que ver con un Trump. En Europa, busca ser la líder del conservadurismo pragmático. Cree que colaborar con la izquierda es someterse a su discurso ideológico. Ese conservadurismo quiere derrotar a la izquierda para difundir su propio discurso identitario. Tienen esperanza de avanzar en las próximas elecciones europeas".

En las próximas legislativas en Eslovaquia (30 de septiembre), Polonia (15 de octubre) y Países Bajos (22 de noviembre) se verá cómo es la tendencia. 

Hay retrocesos en derechos y valores, y un intento por imponer la hegemonía cultural

steven forti, 'extrema derecha2.0´

En este año en el gobierno, a juicio de Steven Forti, "no han conseguido hacer nada en política migratoria salvo el pacto con Túnez, que está resultando ser un fracaso, y más mano dura, pero hay más migrantes. Hay retrocesos en derechos y valores, sobre todo en lo referido al colectivo LGTBI, y un intento por tener la hegemonía cultural".

Es una revolución (o involución, según se vea) tranquila. Y Meloni demuestra su habilidad porque ni va con prisa, ni figura ella como portavoz de las consignas más radicales. Su cuñado, Francesco Lollobrigida, ministro de Agricultura y Sanidad Alimentaria, denunció en agosto que los italianos estaban siendo "reemplazados por otras personas".

La tasa de nacimientos ha sido la más baja de las registradas: menos de 300.000 nacimientos. Lollobrigida defendió: "Sí a apoyar más nacimientos, no al reemplazo étnico". Es una respuesta al discurso de la izquierda que pide que se creen vías legales a la migración, ya que Italia es un país en progresivo envejecimiento que necesita a los migrantes. Pero Meloni, como Lollobrigida, prefiere que se apoyen las políticas de natalidad, que se refuerce a la familia. La alusión al reemplazo recuerda al húngaro Viktor Orban, e incluso al fascista Mussolini. Pero no es Meloni quien lo expresa así. 

También de este verano fue la polémica sobre Il mondo al contrario, el libro autopublicado por Roberto Vannacci, general italiano y  ex comandante de los paracaidistas, en el que se rebelaba contra la "dictadura de las minorías", aludiendo a feministas, ecologistas y animalistas. Lamenta que ya no puedan usarse términos como "maricón" y considera poco italiana una estrella del deporte nacida en el país por ser de raza negra. El Ejército marcó distancias y el ministro de Defensa, Guido Crosetto, que a diferencia de otros Fratelli no procede del MSI, anunció una investigación. Crosetto recibió críticas de los Fratelli pero Meloni calló. 

Quien sí salió a defender al general homófobo fue Matteo Salvini, líder de la Liga, que dijo que tenía derecho a expresar libremente su opinión y evocó a Giordano Bruno a quien quemaron por decir que la tierra giraba alrededor del sol. Salvini está buscando su sitio de nuevo a la derecha de Meloni. Hay quienes, como Pablo Martín de Santa Olalla, no descartan que sea Salvini quien acabe la legislatura. 

Promesas cumplidas

Entre las promesas electorales que Meloni sí ha cumplido está la eliminación de la renta mínima universal, que impulsó el Movimiento 5 Estrellas en 2019. También ha bloqueado la inscripción de hijos de parejas homosexuales en el registro cicvil, el primer decreto ley contra los organizadores de raves, la penalización del uso de anglicismos y cada vez es mayor el ataque a las ONG que asisten a los migrantes. 

En su campaña por controlar la agenda mediática y cultural, ha remodelado la RAI, la televisión pública, al anunciar que relevará a Carlo Fuortes como consejero delegado por Giampaolo Rossi, uno de los organizadores del congreso cultural de los Fratelli, el llamado Atreju. Rossi es de momento director general y allanará su camino como consejero delegado Roberto Sergio, que nada más empezar envió una carta a los empleados a los que confesaba claramente que había que crear "un nuevo relato de la nación". De esta manera, los hombres de Meloni van tomando posiciones con un fin: la defensa de principios que ven amenazados por esas minorías, de las que hablaba el general. La batalla cultural sigue adelante. 

Desconfiada por naturaleza, cada vez deja más espacio a miembros de su familia: ha promovido en el partido a su hermana Arianna, su cuñado es ministro de Agricultura.. Es una debilidad de Meloni creer que rodearse de los suyos le hace más poderosa e invulnerable. 

Sobre derechos civiles y sociales está cercana a Viktor Orban. Pero no veo una deriva autoritaria por los vínculos constitucionales y la tradición democrática del país"

andrea betti, univ. pontificia comillas

"Sobre derechos civiles y sociales está cercana a Orban [Acaba de participar en la Cumbre de la Demografía en Budapest]. Pero, aunque está a favor de reforzar la figura del primer ministro, un proceso que será complejo y llevaría su tiempo, no veo una deriva autoritaria por los vínculos constitucionales y por la tradición democrática que tenemos en Italia. Hay más barreras. Además, recordemos que gobierna en coalición", señala Andrea Betti. Coincide Pablo Martín de Santa Olalla, que recuerda que el bicameralismo perfecto es la respuesta al fascismo mussoliniano. "No es compatible la inestabilidad de los gobiernos con las derivas autoritarias". 

Y dentro de la coalición puede tener problemas. De hecho, se mantiene porque su popularidad sigue fuerte, en el segundo puesto después del presidente Sergio Mattarella, según una encuesta reciente de YouGov, y los datos de Fratelli se mantienen como hace un año, mientras la Liga y Fuerza Italia no llegan al 10%. Hace un año a los italianos les daba más apuro reconocer su simpatía hacia Meloni. Ahora ya no es así. Es una romana de la Garbatella a quien ven cercana. También le favorece esa admiración por el poder tan mediterránea. Y, por supuesto, que es una recién llegada al Palacio Chigi, aunque lleve más de dos décadas en política.

La muerte de Berlusconi ha dejado huérfana a la formación de centro derecha, a pesar de que su relevo, Antonio Tajani, actual ministro de Exteriores, goza de prestigio en Europa. Sin Berlusconi, Meloni gana peso en la coalición, aunque Salvini siempre está al acecho. "Con la muerte de Berlusconi, el futuro de la coalición de derechas está en sus manos. La Liga está a su derecha. Meloni quiere ganar los votos de Fuerza Italia", apunta Matteo Re, profesor en la Universidad Rey Juan Carlos. 

A Meloni también le favorece que la oposición está muy dividida. Son muchos partidos y con diferentes estrategias y objetivos: desde el Partido Democrático con su nueva líder Elly Schlein, la antítesis de Meloni, al Movimiento Cinco Estrellas o la Italia Viva, de Matteo Renzi, quien aspira a impulsar el centro izquierda en busca de su enésima resurrección. 

Los más alarmistas se pueden quedar tranquilos. Fratelli es un partido conservador pero no gobierna en solitario. Si tuviera mayoría absoluta, quizá sería diferente"

matteo re, univ. rey juan carlos

"Los más alarmistas se pueden quedar tranquilos. No estaban justificados los temores sobre un gobierno ultraderechista. Fratelli es un partido conservador pero no gobierna en solitario, sino con un partido liberal moderado como Fuerza Italia. Si tuviera mayoría absoluta, quizá sería diferente”, añade Re, quien cree que Meloni ha tenido que moderarse en el poder. “El gran reto de Meloni es la migración. Prometió medidas para solucionar el problema pero no hay avances. Eso puede costarle votos y favorecer a la Liga”, añade. 

Sin embargo, Steven Forti ve la Italia de Meloni como "un país menos plural, con tendencias más autoritarias y recortes de derechos, y una difusión de discursos favorable a una visión ultraconservadora de la sociedad. Su electorado aún confía en ella y en la oposición hay mucha fragmentación". 

Cada vez que un partido afín en Europa consigue avances, como cuando Vox tuvo buenos resultados en las autonomías y municipales, Meloni repite: "El tiempo de los patriotas ha llegado". Georgia se ve así como una patriota italiana, eurorrealista y madre cristiana con una misión en marcha.