"Mi esperanza es que mi escritura pueda contribuir a abrir un camino hacia mi casa en Palestina, para facilitar mi regreso, aunque esta contribución no sea más que la distancia de un metro en un largo camino", confiesa Ibrahim Nasrallah (Amán, Jordania, 1954). El escritor, uno de los principales referentes de la literatura palestina, es hijo de la diáspora: nació en un campo de refugiados cerca de la capital jordana al que habían ido a parar sus padres tras la Nakba (catástrofe, en árabe), el éxodo que provocó la creación de Israel en 1948.

"Todos los escritores del mundo luchan contra la deshumanización y la desmemoria de los pueblos. Queremos preservar la memoria para que sea nuestra fuerza en el futuro", reconoce Nasrallah en una entrevista con El Independiente durante su paso por Madrid, donde acaba de presentar El tiempo de los caballos blancos (Universo de letras), una suerte de Ilíada palestina que, basada en los testimonios orales que reunió durante dos décadas, reconstruye la vida de Al Hadiya, en las cercanías de Jerusalén, una aldea que es cualquier aldea palestina.

Pregunta.- ¿Cómo observa lo que está sucediendo en Gaza?
Respuesta.-
Es un claro ejemplo de lo que ha pasado siempre en Palestina, con la única diferencia de que ahora lo podemos ver todo en directo y antes no. La cuestión palestina siempre es tratada de una manera unidireccional y termina prevaleciendo el relato israelí. Pero esta vez las imágenes han amenazado ese relato y la sarta de mentiras que Israel ha soltado desde octubre.

P.- ¿El resultado va  a ser diferente a ofensivas anteriores?
R.-
Creo que sí. Todas estas mentiras precisan de una revisión de todo lo que ha dicho y hecho Israel en los últimos años.

P.- ¿La comunidad internacional está dispuesta a hacer esa revisión que dice?
R.-
Es pronto porque a pesar de tanta sangre derramada y tantas víctimas, incluidas tantas niños, no parece que resulte para que el mundo se despierte. Esto nos invita a ser pesimistas. Es lamentable que los palestinos tengamos que perder a tantos hijos y mujeres para que el mundo reaccione y se de cuenta de la barbarie que se está cometiendo. Resulta chocante porque cada minuto que nos callamos hay más víctimas y más casas destruidas.

Israel es una idea ficticia. Es resucitar una idea que tiene más de 2.000 años

P.- ¿Qué es Israel para usted?
R.-
Es un proyecto sionista que fue construido en base a una idea ficticia, que es la tierra prometida. Querían resucitar una idea que tiene más de 2.000 años y hacerlo todo de esta manera sangrienta. Pero es un intento de llevar a cabo una idea ficticia.

P.- ¿Confía en alguien en la sociedad israelí? ¿Cree en la coexistencia?
R.-
Hay algunos israelíes que han aportado mucho para refutar este proyecto sionista. Son los que han puesto en evidencia el relato israelí y han dicho aquello que ni siquiera nosotros podemos decir. O quizás han dicho lo que nosotros llevamos tiempo diciendo pero nadie nos escucha. Pero a nivel político fuimos optimistas con la izquierda israelí, pero ya ha desaparecido porque incluso esta izquierda ha comprado la idea de la tierra prometida. Y el auge y subida al poder de la ultra derecha extremista israelí que la ONU describe como racista ha seducido a la sociedad. Hoy todos los partidos israelíes son rehenes de esta ultraderecha.

P.- ¿Alberga alguna esperanza en Israel?
R.-
No. No anticipamos el futuro. No quiero predecirlo pero estamos viendo la actualidad, como leemos cualquier fenómeno social. La actualidad israelí no señala que haya cambios positivos en el futuro.

P.- ¿Tiene amigos israelíes?
R.-
No. [¿Por qué?] ¿Sabe cuál es la diferencia entre un poeta israelí y uno palestino? El israelí escribe su poesía sobre la casa que me robó a mí, la casa de mis padres y mis abuelos. Yo escribo sobre la casa robada. Mientras él viva en mi casa, es difícil creer que puede ser mi amigo.

P.- ¿El estado de Israel tiene derecho a existir?
R.-
Los seres humanos tenemos derecho a existir en el lugar al que pertenece, no en el lugar en el que roba y mata para quedarse con una propiedad. Si ese es el caso, no se puede impedir a los asesinados y robados gritar. En una novela que he escrito recientemente, que se titula Las sombras de las llaves, hay una frase que dice: “Puedes matar a una persona pero no enterrar su sombra con él”.

El peor enemigo de Israel es Israel y ese racismo que es su modo de vida

P.- Le preguntaba por un estado, el de Israel…
R.-
Le he contestado sobre la esencia, no del último resultado. [Entiendo que es una existencia ilegítima] Claro que lo es, como cualquier colonialismo en cualquier parte del mundo: Francia en Argelia; Italia en Libia, Reino Unido en la India…

P.- ¿Qué hacer ahora con Israel tras 75 años?
R.-
Me pregunto qué puede hacer Israel consigo mismo. El peor enemigo de Israel es Israel. Este racismo que practica y condena la ONU es una forma de vida y de ver las cosas. Son racistas y no es aceptable para el resto del mundo. Los palestinos en Oslo reconocieron el Estado de Israel y su derecho a existir, pero los crímenes que ha cometido Israel desde los Acuerdos de Oslo hasta hoy son más bárbaros que los que cometió desde 1967 hasta 1993. Han cometido más actos violentos en tiempos de paz que de guerra y cualquier ser humano digno los condena.

P.- La diplomacia europea y estadounidense vuelven a hablar de la solución de los dos estados…
R.-
Europa todavía tiene miedo a Estados Unidos. Es raro y vergonzoso para este gran continente que sea un segundón de EEUU y que esté en su órbita. Por su parte, EEUU le tiene miedo a Israel. Es un gran problema. Es como si todo el mundo fuera rehén de Israel. Es como si estuvieran colonizados y no es aceptable para los estados y sus habitantes. ¿Dónde queda su soberanía? Cuando escuchamos al presidente del Gobierno español y lo que dijo junto a Bélgica, estos países son la esperanza.

P.- España defiende que Israel tiene derecho a defenderse…
R.-
Todos tenemos derecho a defendernos salvo si somos los agresores. La ocupación no tiene derecho a defenderse. Lo único que puede hacer es marcharse. Si se va no tendrá que defenderse más, pero al seguir ocupando un territorio que no le pertenece, eso le da derecho al pueblo ocupado a resistir y luchar. Es un derecho que garantizan las leyes internacionales.

P.- ¿Hamás está defendiéndose cuando hizo lo que hizo el 7 de octubre?
R.-
Lo de Hamás fue un grito. Asediar y encarcelar a un pueblo durante 16 años sin luz, alimentos, combustible, agua o medicamentos sólo puede llevar a la reacción. Hemos llegado hasta aquí por eso. No se puede arrinconar a un gato y someterle a mucha violencia sin que este gato se defienda y reaccione. Imagínate si eso lo hace un gato de lo que es capaz un pueblo. Si atizas a un gato y te termina arañando, no le puedes echar la culpa al gato.

Todo ataque contra la ocupación es legítimo, también el de Hamás

P.- Entiendo que considera que fue un ataque legítimo…
R.-
Todo ataque contra la ocupación es legítimo. No lo digo yo. Esto viene después de esperar durante 30 años. Es una larga espera para tener un estado propio. Es una generación entera que nació y que ha sido asediada y asesinada sin que hubiera esperanza o resultado alguno. Es mucho tiempo.

P.- Zonas del mundo como Europa han calificado de terroristas los ataques…
R.-
Europa en su día calificó a Ghandi o Mandela de terroristas. Pero luego le abrieron todas las puertas y los recibieron con los brazos abiertos. La UE fue a Palestina en 2006 y supervisó las elecciones que ganó Hamás. En mi opinión, todavía estamos hablando lejos de los motivos reales de lo que sucede, que es la ocupación.

P.- Hay países en la UE que, como Alemania, son incapaces de criticar a Israel…
R.-
Si tú pides un crédito en el banco y pagas los intereses, el crédito acaba. Si Alemania quisiera indemnizar a Francia por los daños de la ocupación o Italia a Libia, hay que pagarle y acabar con la factura. Alemania sigue expiando sus pecados, entona el mea culpa. Tenemos que preguntarles a los alemanes hasta cuándo están dispuestos a seguir pagando y expiando.

P.- ¿Qué comparte con Hamás?
R.-
Nada. No tengo en común con ningún partido. Comparto con todo el pueblo palestino la aspiración de un estado.

P.- Israel dice que va a destruir a Hamás…
R.-
Es imposible acabar con Hamás. Israel inauguró su proyecto queriendo acabar con el pueblo palestino y no lo ha conseguido. Hamás desapareció en 1987. En Cisjordania no existe pero cada día hay destrucción y ataques israelíes. Está conectando estos territorios con sus puestos de control. Cierran la llave sobre la ciudad para luego atacarlas. Esto no pasa en ningún lugar del mundo excepto en Palestina. Me extraña que muchos gobiernos de muchos países digan que ya es suficiente. Viendo este gran número de víctimas civiles palestinas. Me sorprende que este mundo no vea que Israel está mintiendo. La comunidad internacional está acosando al pueblo palestino. Entiendo que los políticos lo hagan pero no que lo hagan periodistas. Los palestinos son las víctimas, no los culpables.

P.- Vive en Jordania, uno de los primeros países en reconocer a Israel. ¿No considera que los líderes árabes son en parte responsables en tratar de enterrar la causa palestina?
R.-
Tienen una parte de la culpa desde 1948. Los países árabes enviaron a sus ejércitos contra Israel solo para dejar satisfechos a sus pueblos, pero fue una obra de teatro con armas defectuosas. Fue un escándalo ya entonces. Estos países estaban bajo el mandato británico y Reino Unido era la fuerza colonial en Palestina. No iban a luchar. Hasta hoy hablan con el mismo tono. Ahora EEUU es el guardián de Israel y los países árabes son cautivos en manos estadounidenses. Es parte de humor negro.

P.- Y a pesar de todo, ¿le quedan fuerzas?
R.-
Nunca he dudado. Tengo fuerzas para seguir. Lo que está ocurriendo ahora es una continuación de lo que hemos vivido. Ahora hay más brutalidad contra los palestinos. Como dije en un poema: es una matanza en riguroso directo, pero el espectador está muerto.