Israel y España han mantenido en líneas generales buena sintonía, con ciertos altibajos, desde que establecieron relaciones diplomáticas hace casi 38 años. Sin embargo, Israel nunca antes había llamado a consultas a su embajador, una medida que supone de facto una retirada temporal. El motivo de la indignación israelí han sido las declaraciones del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que por tercera vez en menos de una semana ha cuestionado que Israel respete el derecho internacional humanitario con sus ataques en Gaza. 

La crisis diplomática entre Israel y España ha ido escalando progresivamente desde que Pedro Sánchez, después de entrevistarse el 23 de noviembre con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, se desplazó al día siguiente al paso fronterizo de Rafah, junto con el primer ministro belga, Alexander de Croo. Ante Netanyahu Sánchez dijo que el número de muertos palestinos era "insoportable". 

A continuación, en el enclave egipcio, poco antes de que entrara en vigor la primera tregua entre Israel y Hamás, Sánchez dijo que vivía "con un sentimiento de frustración e injusticia" los ataques indiscriminados de Israel en Gaza. Y remarcó: "No se está respetando en este momento el derecho internacional humanitario". Además, culpó a Tel Aviv de llevar a cabo "una respuesta desproporcionada", una respuesta que "no es justa".  De Croo suscribió estas palabras. En la UE, Bélgica, Irlanda y España son los países más críticos con Israel. A su vez, aludió Sánchez a que instaría a la UE a reconocer el Estado palestino y que no descartaba que lo hiciera España de forma unilateral.

El gobierno israelí dio el primer toque serio a España, y también a Bélgica, y acusó a Sánchez y De Croo de "dar apoyo al terrorismo". Convocaron al embajador belga y a la embajadora española, Ana Salomón, a quienes transmitieron una reprimenda, en línea con el comunicado oficial. "Israel está actuando de acuerdo con el derecho internacional y luchando contra una organización asesina peor que ISIS que comete crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad", decía el texto. España respondió convocando a la embajadora israelí. A Israel no le agradó ni lo que habían dicho ni dónde lo habían dicho. 

Sánchez y De Croo habían tenido ocasión de ver por sí mismos cómo había quedado el kibutz Be’eri, donde Hamás asesinó a 80 personas el 7 de octubre, cuando unos 2.000 terroristas de esta organización que gobierna en Gaza invadieron Israel y ocasionaron un total de 1.200 muertos. Unos 240 israelíes y extranjeros fueron secuestrados por Hamás. En los siete días que ha durado la tregua entre Israel y Hamás han liberado a un centenar, la mayoría mujeres y niños. 

Para el ex embajador de Israel en España Víctor Harel (2003-2007), "el comportamiento de Sánchez es inaceptable e incomprensible". Sostiene que "esas afirmaciones en nuestra frontera, tras haber visitado uno de los kibutz, no tienen razón de ser, ni como presidente del gobierno de España ni como presidente del Consejo de la UE, ya que esa no es la posición de Alemania o de Francia, por ejemplo".

Esas declaraciones en nuestra frontera, tras visitar uno de los kibutz, no tienen razón de ser ni como presidente del gobierno de España ni como presidente del Consejo de la UE"

víctor harel, ex embajador israelí en españa

Sánchez marca la política exterior

Hasta entonces habían sido las ministras de Unidas Podemos, sobre todo Ione Belarra, quienes habían pedido que España rompiera relaciones diplomáticas con Israel, e incluso acusara a sus líderes de crímenes de guerra. Desde la embajada israelí en Madrid, se emitió un comunicado en protesta por estas afirmaciones. Pero la embajadora se reunió con Sánchez y había quedado satisfecha con sus explicaciones. En declaraciones a El Independiente, la embajadora Rodica Radian-Gordon decía, hace apenas un mes, que estaba contenta "porque el presidente reconoce que Israel ha sido atacado por un grupo terrorista y tiene el deber y el derecho de protegerse". 

Y quitaba importancia a las afirmaciones de la entonces ministra Belarra, debido a que, como subrayan Moncloa y Exteriores, "las directrices en política exterior las marca el presidente del Gobierno". 

Pero desde hace una semana es Pedro Sánchez quien lleva la voz cantante en las críticas contra Israel. Es lo que la opinión pública española demanda, dicen en Moncloa. Tras la primera llamada de atención del gobierno de Israel, insistió en el mitin del PSOE el pasado domingo. Allí condenó los "viles atentados terroristas de Hamás", como suele hacer, pero también dijo esta posición no le impide condenar "la matanza indiscriminada de civiles" en Gaza provocada por Israel. "No es cuestión de ideología sino de humanidad". Y añadió que el gobierno de España está con los derechos humanos. 

Aquello podía entenderse en el contexto de un acto de partido y no tuvo respuesta. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, coincidió el jueves 30 con el jefe de la diplomacia israelí en una reunión de la OSCE, donde intentó clamar los ánimos. "Hemos expresado nuestra solidaridad con las víctimas y cómo Israel tiene derecho a defenderse de un ataque terrorista, pero dentro del derecho internacional humanitario y de la protección de los civiles". 

Poco después, Sánchez echaba a perder este intento de Albares. En su primera entrevista tras su investidura como presidente del gobierno en RTVE, Sánchez volvió a hurgar en la herida al declarar que tenía "serias dudas de que Israel esté cumpliendo con el derecho internacional humanitario". En un tuit, el ministro israelí de Exteriores se refería a "las indignantes palabras del presidente del gobierno de España, que repite acusaciones infundadas". Subrayamos "repite". Esa insistencia es lo que ha crispado al gobierno israelí. Hay una palabra en yiddish que describe lo que ha hecho Sánchez, según Israel: es chutzpah. Sería osadía, desfachatez, pero también grosería. 

El precedente de Zapatero

El diplomático Victor Harel, que en su época tuvo sus más y sus menos con el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, subraya que el hecho de que Sánchez reitere que Israel no cumple con el derecho internacional deja claro que no es un desliz.

Quién es él para darnos lecciones de moralidad y acusarnos de no cumplir con el derecho internacional? ¿En qué se basa? ¿En Hamás?"

víctor harel, ex embajador israelí en españa

"¿Quién es él para darnos lecciones de moralidad y para acusarnos de no cumplir con el derecho internacional? ¿En qué se basa? ¿En rumores? ¿En informes periodísticos? ¿En las mentiras de Hamás? Puede criticarnos. Nosotros somos muy autocríticas y se vio con las manifestaciones multitudinarias contra el gobierno. Pero no puede venir a darnos lecciones de las leyes que rigen en una guerra con esa masacre atroz. Nos merecemos más comprensión", explica Harel en conversación telefónica desde Israel. Hamás elogió la postura "clara y audaz" de Sánchez al dudar del respeto al derecho internacional de Israel y agradeció sus palabras.

En el verano de 2006, en plena guerra del Líbano, Víctor Harel era embajador en España y el entonces jefe del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó a Israel de “llevar una contraofensiva de ataque generalizado” cuando el diplomático israelí defendía que su país estaba luchando contra el terrorismo. "Hay falta de comprensión porque nuestra lógica es de autodefensa, no es una lógica de guerra". Aquellos encontronazos nunca derivaron en una llamada a consultas, pero confiesa Harel que esta crisis le recuerda aquellos tiempos. 

"La mejor forma de discutir los problemas con Israel no es de forma pública, con micrófonos. Hay vías diplomáticas. Estuve cinco años en Washington y EEUU es nuestro mejor aliado. En segundo lugar, está Alemania. No están de acuerdo en todo con nosotros pero lo hablamos a puerta cerrada. En el momento que comienza una política de crítica pública la situación se complica porque obliga a responder y nunca se sabe dónde se puede terminar", apunta Victor Harel. 

Adiós a un Madrid II

Lo llamativo es que España aspiraba a ser sede de una nueva conferencia de paz, emulando la celebrada en 1991 en Madrid, que se considera antesala de los Acuerdos de Oslo. Cualquier posibilidad que hubiera se ha esfumado, ya que Israel nunca aceptaría a España como anfitriona, tras las declaraciones de Sánchez. 

España tiene buena relación con el mundo árabe y podríamos haber hecho Madrid II pero hemos perdido la oportunidad"

cosme ojeda, profesor de RRII en la universidad ceu san pablo

"Lo que ha hecho Sánchez es inoportuno y nos cierra puertas. Nos limita capacidades de colaborar. EEUU, Alemania y la India han dicho a Israel que haga lo que tenga que hacer en público, y en privado, le sugieren que tenga cuidado, que acabe la guerra lo antes posible y que evite las víctimas civiles en Gaza. Eso hay que hacerlo pero con diplomacia. Lo que ha hecho Sánchez es la antidiplomacia”, señala Cosme Ojeda, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad CEU San Pablo. "España tiene buena relación con el mundo árabe y eso podríamos haberlo aprovechado. No hace falta que te guste Netanyahu. A los saudíes no les gusta. Podríamos haber hecho Madrid II pero hemos perdido la oportunidad", añade Cosme Ojeda.  

El diplomático Victor Harel coincide en que "cuando un país se posiciona sobre Israel como lo ha hecho Sánchez pierde la confianza de una de las partes importantes". Sin embargo, Harel espera que no se rompan las relaciones, y tras un tiempo la embajadora pueda volver a España. En el caso de la crisis con Marruecos, la embajadora no regresó hasta pasados nueve meses y con Argelia tuvo que pasar año y medio.

Tras la guerra contra Hamás, Israel ha roto relaciones con Turquía después de que el presidente Erdogan dijera que Israel es "un Estado terrorista". Erdogan ha felicitado a Sánchez "por su postura íntegra y astuta".

Para evitar una escalada aún peor España no debería insistir con la cuestión del Estado palestino. Sería otro elemento que enfurecería a Israel, y además, no serviría para allanar el camino hacia la paz. "Muchos israelíes defendemos la solución de los dos Estados, viviendo en paz uno al lado del otro. Pero en estos momentos hay que reforzar la Autoridad Nacional Palestina para que pueda tomar las riendas de la Franja de Gaza, y los países árabes han de ayudar en esta misión. Hamás ha de quedar fuera de juego por completo. En este contexto, ¿de qué sirve que la UE o España apoyen una Palestina independiente? ¿Será independiente Palestina por esa declaración? Palestina depende al cien por cien de nosotros. Esta cuestión hay que abordarla pero cuando pare la guerra".  

Mientras tanto, España e Israel han de volver al camino de la diplomacia. Sánchez ha seguido insistiendo ante el ministro del gobierno de la guerra, Benny Gantz, en que el número de bajas es "insoportable". Que lo es. Y que "debe cumplir con el derecho internacional humanitario". Cierto. Pero, ¿sirve ese mensaje así formulado para que Israel decida dejar las armas? ¿Hará que ese país amigo acepte una tregua? ¿Entenderá Israel que es un mensaje de un país amigo?

En diplomacia para lograr los objetivos es fundamental cuidar las formas, porque hay quienes han expresado críticas o dudas sobre Israel pero con exquisitez. El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, sorteó hábilmente a Al Yazira que le preguntó si creía que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra. "No soy abogado", dijo. Pero en su visita a Israel añadió, con empatía: "Entiendo vuestros medios y vuestro dolor. Entiendo vuestra rabia. Pero dejadme pediros que no os consuma la ira. Creo que es lo que os puede decir los mejores amigos de Israel, porque lo que diferencia a una sociedad civilizada de un grupo terrorista es el respeto por la vida humana. Todas las vidas valen lo mismo". 

Entre amigos esa empatía es la vía para que nos escuchen. 

Sánchez contra Milei, Meloni y Wilders

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, se presentó en la entrevista con RTVE como un garante frente a los avances de la ultraderecha que van desde la Argentina de Milei a la Italia de Meloni. "Tuve claro que el 23 de julio en España habíamos salvado una bola de partido muy importante. Lo que está pasando en Argentina es que un ultraderechista se ha hecho con la presidencia argentina y lo ha hecho no solamente por el apoyo de su electorado, sino también por el apoyo de la derecha tradicional de Macri en Argentina. En Holanda ha ganado la ultraderecha. Ya veremos si gobierna. En Italia está gobernando la ultraderecha. En definitiva, estamos siendo testigos de un avance de gobiernos reaccionarios que cuestionan elementos tan importantes como la participación de la mujer en la sociedad y en la vida política, económica y social de nuestro, de nuestro país o que banalizan la emergencia climática, que es uno de los principales problemas que tiene la humanidad, no solamente España. Por tanto, nosotros frenamos esa ola y lo hicimos en las urnas con los votos de los españoles y españolas". Sánchez habla así de Javier Milei, a cuya toma de posesión asistirá el Rey el próximo 10 de diciembre. Desde el gobierno italiano, el ministro de Exteriores, Antoni Tajani, le contestó con un tuit: "En España gobierna la extrema izquierda. En Italia la hemos derrotado. Nosotros respetamos el estado de Derecho. ¿Sucede lo mismo en España? En Italia gobierna el PPE. En España, los secesionistas".