Es un adiós anunciado. Tras 20 meses como primera ministra de Francia, Elizabeth Borne ha presentado este lunes su dimisión al presidente, Emmanuel Macron. En realidad, Macron ha forzado su marcha con el fin de reflotar su mandato presidencial, muy tocado por una serie de fracasos sucesivos, entre ellos con la ley migratoria.

Macron busca un nuevo impulso en un año decisivo por la celebración de las elecciones europeas, entre el 6 y el 9 de junio próximos. En un momento decisivo en la Unión Europea, se prevé que Agrupación Nacional, el partido que lidera Marine Le Pen, sea el vencedor. Macron está por los suelos en los sondeos: el apoyo al presidente es de apenas un 27%, según una encuesta de Elabe para Les Échos. La aprobación de Borne era del 23%.

Quien suena más en los medios franceses para sustituir a Borne, la segunda mujer que ha sido jefa de gobierno en Francia, es Gabriel Attal, hasta ahora ministro de Educación Nacional. Gabriel Attal, de 34 años, es hijo del productor de cine Yves Attal. Sería el primer ministro más joven de la V República, fundado en 1958. Con un 40% de aprobación, es el político más popular en la actualidad.

También será el primero declaradamente homosexual. Su pareja es Stéphane Séjourné, que probablemente encabezará la lista del partido de Macron en las europeas.

Cuando el presidente y el primer ministro son de la misma formación política, en Francia el jefe del gobierno es quien ejecuta la política del jefe del Estado. Es quien le designa. Y quien fuerza su dimisión, como es el caso. El primer ministro actúa como un parapeto del presidente. Borne no se va porque haya fracasado en su misión, sino que Macron busca con su sustitución un balón de oxígeno.

En un tuit en X, Macron ha agradecido a Borne por su trabajo, que ha sido "ejemplar cada día". Y ha añadido: "Habéis puesto en marcha nuestro proyecto con el coraje, el compromiso y la determinación de las mujeres de Estado. De todo corazón, gracias".

En realidad, el presidente es quien ejerce de primer ministro. Así lo comentaba en la mañana del lunes el eurodiputado Raphael Glucksmann: "Os voy a revelar el nombre del nuevo primer ministro: Emmanuel Macron". La política de Borne y la que aplique su sucesor, probablemente Gabriel Attal, será la misma. Y se encontrará con el mismo obstáculo: su fragilidad en la Asamblea Nacional.

Borne, la cuarta primera ministra de Macron desde que ganó las presidenciales en 2017, comenzó su calvario con la controvertida reforma de las pensiones. Durante meses la calle estuvo al rojo vivo por la resistencia de los franceses a que se aumentara la edad de jubilación.

Borne tuvo que recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para evitar el voto parlamentario. En total, ha tenido que recurrir a esta vía en 23 ocasiones, ya que no tiene mayoría en la Asamblea Nacional. Es decir, se está gobernando por decreto.

Más recientemente, el gobierno ha tropezado en la Asamblea Nacional con la ley de inmigración, que acabó provocando la salida del gobierno de Aurélien Rousseau, ministro de Sanidad, debido a sus concesiones a la derecha.

Con esta crisis de gobierno, Macron pretende salvarse a sí mismo. Está por ver si lo conseguirá.