"Es una joya en el océano, rodeada de playas que figuran entre las mejores del mundo. Aquí se puede nadar, bucear o simplemente pasar las horas tumbado, mientras bancos de peces luminosos pastan en los arrecifes de coral cercanos y manadas de delfines retozan mar adentro". Es la descripción con la que la Lonely Planet vende Zanzíbar, la paradisíaca isla de Tanzania.

A sus encantos ha sucumbido Mohamed VI, el rey de Marruecos que pasa gran parte del año lejos del país vecino y que ha optado por construirse una residencia privada en la isla. A sus 60 años recién cumplidos, el monarca alauí disfrutaba hasta ahora de largas estancias en el exterior repartidas entre su palacete en París y su residencia en Gabón, un paraíso del que se alejado tras los acontecimientos políticos del último medio año.

En agosto el hasta entonces presidente de Gabón, Ali Bongo, -amigo de la infancia de Mohamed VI- fue depuesto en un golpe militar tras unas elecciones presidenciales marcadas por las denuncias de fraude. La familia Bongo llevaba 56 años en el poder de este país limítrofe con Guinea Ecuatorial, Camerún y República del Congo. Unos hechos que, según el diario marroquí leDesk, explicarían ahora la elección de Zanzíbar, entre Kenia y Mozambique.

Imagen de una playa de Zanzíbar.

Un antiguo palacio árabe

Situado en el Océano Índico, Zanzíbar se habría convertido en una alternativa a las turbulencias políticas de Gabón. Mohamed VI ya visitó la isla en 2016, cuando habría adquirido la residencia actual. La propiedad es un antiguo palacio árabe, vestigio del pasado del archipiélago bajo los designios de Omán.

El Sultanato de Zanzíbar fue establecido en 1856 tras el óbito de Said bin Sultán, quien había gobernado Omán y Zanzíbar. El archipiélago había estado bajo dominio omaní desde 1698, tras la derrota de los portugueses. Durante décadas, la de Zanzíbar fue una rama de la familia real omaní con profundos lazos con el país de la península arábiga.

La rehabilitación de la nueva residencia corre a cargo de la constructora marroquí BTP y la Société Générale des Travaux du Maroc (SGTM), según las informaciones del rotativo marroquí. El palacete de estilo omaní está ubicado en la isla principal de Zanzíbar y fue adquirido por Mohamed VI a un extranjero durante su visita en 2016.

Las obras de rehabilitación se interrumpieron en 202o durante la crisis sanitaria del coronavirus y están ya en su fase final, a la espera además de la contratación del personal que se hará cargo del mantenimiento y la gestión del recinto. La prensa local especula con la posibilidad de que Mohamed VI, una de las mayores fortunas de África, se encuentre estos días en Zanzíbar tras su visita oficial a Emiratos Árabes Unidos.