Quedan seis años para el Mundial de fútbol que organizarán España, Portugal y Marruecos pero el camino se antoja complicado. A las afrentas iniciales -la declaración unilateral de Marruecos de que se sumaba a la candidatura ibérica o el adelanto de Rabat a la adjudicación definitiva- se han ido acumulando otros episodios. El último, la filtración al otro lado del Estrecho del logotipo de la candidatura y el eslogan “Yalla Vamos 2030”, un lema en el que el árabe se posiciona en primer lugar por delante del “Vamos” compartido por castellano y portugués.

España, Portugal y Marruecos estamos trabajando en armonía

Una sucesión de agravios que, para algunos, muestran los intentos de Marruecos de acaparar y liderar un Mundial de fútbol que lanzaron Madrid y Lisboa y al que Rabat se sumó en el tiempo de descuento con la excusa de que los escándalos de corrupción descartaban la adhesión de la federación del tercer país inicialmente en liza, Ucrania. Unas ansias de protagonismo que en la federación de fútbol español no consideran tales. “No hay ningún malestar. España, Portugal y Marruecos estamos trabajando en armonía”, señalan a El Independiente fuentes de la institución.

Problemas con la "naturaleza" del régimen marroquí

Admiten, no obstante, que se ha producido alguna incomodidad que achacan a la propia naturaleza de Marruecos, una dictadura en la que nada se mueve sin la orden y el plácet del rey Mohamed VI y el majzén, la corte palaciega que rige el país en mitad de las prolongadas ausencias del monarca. A esas diferencias se achaca, por ejemplo, los comunicados publicados desde Marruecos en los que se atribuye al liderazgo y la clarividencia de Mohamed VI el logro del Mundial en un lenguaje y una puesta en escena que sorprende y molesta en suelo europeo.

El enésimo rifirrafe ha tenido como protagonista al logotipo de la candidatura, el que guiará los primeros años desde la designación definitiva en diciembre de 2024 hasta el definitivo que escogerá la FIFA. La prensa marroquí ha filtrado un emblema que usa los colores de los tres países y que lleva como lema “Yalla Vamos 2030”. Desde la federación se resta importancia al hecho. Lo atribuyen al procedimiento a la autoridad de marcas marroquí, que hizo público su registro, luego difundido por los medios locales.

Ni la federación española ni la lusa han presentado en sociedad el logotipo aunque fue la española la encargada de registrarlo ante las autoridades competentes de la Unión Europea. Tampoco tienen previsto hacerlo. No desvelan la nacionalidad de la empresa a cargo del diseño del logotipo pero apuntan a que pertenecen a uno de los tres países participantes. Las citadas fuentes aclaran que el comité establecido por las tres federaciones validó un lema en el que el “Vamos” en árabe precede a la palabra común en portugués y español porque funcionaba mejor fonéticamente. En español, agregan, se podía entender como un “Y allá vamos”.

También explican en el cumplimiento del orden alfabético en inglés la denominación oficial de la candidatura en la que Marruecos ocupa el primer lugar seguido por Portugal y España. La Federación asegura que la comunicación entre los tres países es fluida y que se celebran reuniones semanales en las que se pacta la publicación de las notas de prensa, con fechas que la federación magrebí no está vulnerando.

El asunto espinoso del mapa

La candidatura tripartita tiene una historia breve pero accidentada. En octubre el presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF), Faouzi Lakjaa, expresó su deseo de que la final de la Copa del Mundo de Fútbol se celebrara en el nuevo estadio de Casablanca. Unas declaraciones que fuentes consultadas por este diario consideran “sacadas de contexto”. Ni siquiera se conocen los estadios que aportará cada país. Tampoco si Marruecos, en un intento de buscar reconocimiento internacional, optará por incluir instalaciones en los territorios ocupados del Sáhara Occidental aunque los exigentes criterios de la organización -el número de hoteles o la existencia de un aeropuerto internacional cercano- podrían impedir la aspiración marroquí.

Otro de los temas tabú de momento es el mapa que acompañará al dosier que la candidatura tiene que presentar a la FIFA el próximo junio. Marruecos tratará de que se incluya una cartografía que respalde la ocupación del Sáhara Occidental, la ex colonia española que desde 1975 ocupa Rabat y que se trata, conforme al derecho internacional, en el último territorio africano por descolonizar.

Agravios previos

No es la primera vez que el régimen marroquí trata de monopolizar la candidatura del Mundial, arrojando dudas sobre sus intenciones reales. El pasado octubre Mohamed VI se adelantó a la comunicación de la propia FIFA y a las reacciones de España y Portugal, los países que lideraron desde el inicio la candidatura. Su Majestad el Rey Mohamed VI, que Dios Le asista, tiene el gran placer de anunciar al pueblo marroquí que el Consejo de la FIFA acaba de seleccionar por unanimidad el expediente de Marruecos-España-Portugal como candidatura única para organizar la Copa del Mundo de Fútbol de 2030", señaló el despacho de la Casa Real marroquí, publicada a primera hora de la tarde, minutos antes de la comunicación oficial de la FIFA.

En marzo, cuando Marruecos se adhirió a la candidatura, el monarca alauí también lo anunció en primicia, durante la entrega de un premio a la Excelencia de la Confederación Africana de Fútbol en una reunión en Kigali (Ruanda). Contactadas por El Independiente, las federaciones española y lusa declinaron entonces explicar las razones por las que Marruecos tuvo la primicia, seguida de 24 horas de mutismo en Lisboa y Madrid. El comunicado conjunto de las federaciones hispano-lusa no fue publicado hasta las 18.00 del día posterior al anuncio marroquí, con más de 24 horas de dilación y horas después de que Antonia Costa y Pedro Sánchez valoraran el movimiento desde la cumbre hispano-lusa celebrada en Lanzarote.

Durante los últimos meses la prensa oficialista marroquí ha especulado con la posibilidad de que, a raíz del Caso Rubiales y ante los vaivenes al frente de la federación española, Marruecos ganara peso en la organización de un Mundial que Rabat trata de vender como una apuesta internacional por un reino que ha recrudecido la represión contra activistas y defensores de derechos humanos y mantiene desde 1975 la ocupación del Sáhara Occidental, el último territorio por descolonizar en África.