En el aniversario del cambio de posición español en el Sáhara Occidental, Marruecos le encajó otro gol a España, con una táctica muy similar a la empleada hace un año. Es la sensación que recorre los despachos del estamento político y deportivo de España y Portugal después de que el martes una carta del rey Mohamed VI anunciara en solitario y “en exclusiva”, como han subrayado los medios al otro lado del Estrecho, la incorporación de Marruecos a la previamente establecida candidatura ibérica para albergar el Mundial de fútbol de 2030.
Desde entonces ha reinado el más absoluto mutismo. Las dos federaciones que inicialmente habían integrado la apuesta mundialista han declinado la solicitud de información cursada por El Independiente. Remiten a un comunicado conjunto publicado 25 horas después de que Mohamed VI lanzara el "scoop" -primicia, en la jerga periodística- durante la entrega de un premio a la Excelencia de la Confederación Africana de Fútbol en una reunión en Kigali (Ruanda). “De momento remitimos a los comunicados e información publicados en nuestra web sobre el tema al que refieres”, señalaron este jueves escuetamente desde el departamento de comunicación de la federación española. “No habrá declaraciones públicas sobre la candidatura”, aseguraron desde su homóloga lusa a pregunta de este rotativo.
Ante la ausencia del monarca alauí, el mensaje real fue leído a última hora del martes por el ministro de Educación Nacional y Deportes marroquí, Chakib Benmouss. “Porque la ambición que tengo por mi país es consustancial a la ambición que tengo por el continente africano”, declaró el monarca antes de, a renglón seguido, desvelar el órdago a las federaciones hispano-lusa.
“Excelencias, señoras y señores, con este ánimo, quiero anunciar ante vuestra asamblea que el Reino de Marruecos ha decidido, junto con España y Portugal, presentar una candidatura conjunta para albergar la Copa del Mundo de 2030”, avanzó en las últimas líneas de su discurso. “Sin precedentes en la historia del fútbol, esta candidatura común será la de la conjunción: entre África y Europa, el norte y el sur del Mediterráneo, y entre los mundos africano, árabe y euromediterráneo”, agregó.
Campaña mediática
La luz verde del monarca inauguró una activa y calculada campaña mediática en Rabat, con publicaciones en redes sociales exhibiendo los mapas de los tres países, incluido el que Marruecos sostiene contra la legalidad internacional y en el que se incluye el Sáhara Occidental, que ostenta ante la ONU la categoría de territorio no autónomo pendiente de descolonización. En un efecto cascada, la prensa oficialista, órganos de propaganda del régimen, ha ido recogiendo las reacciones de conocidos rostros pro marroquíes, en el caso español, de Miguel Ángel Moratinos y María Antonia Trujillo, ex ministros de José Luis Rodríguez Zapatero.
La incógnita es si Rabat tratará de forzar la inclusión de instalaciones deportivas radicadas en los territorios ocupados del Sáhara Occidental en el dossier que la candidatura debe remitir en junio. La elección final se producirá en septiembre de 2024. “Tenemos ya seis estadios con homologación de la FIFA y infraestructuras turísticas muy sólidas”, arguyen desde la federación marroquí de fútbol. Las principales instalaciones se hallan en las ciudades de Casablanca, Rabat, Tánger, Agadir y Marrakech. En el Sáhara Occidental, los estadios de El Aaiún tienen capacidad muy reducida y el que se levanta actualmente en Dajla, cuya inauguración está prevista en dos años, solo puede albergar 25.000 espectadores. Marruecos insiste en que las conversaciones se hallan en fase embrionaria.
Las negociaciones se han llevado “al máximo nivel político y de federaciones”, dicen en Rabat
El silencio y la sorpresa con la que ha sido recibida la noticia en la península ibérica contrasta con el furor desatado en Marruecos. Fuentes de la federación de fútbol marroquí han reconocido a El Independiente que las negociaciones se han llevado “al máximo nivel político y de federaciones”. Rehúsan proporcionar detalles sobre la génesis de una adhesión que el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, calificó este jueves como “la consagración de la nueva página de cooperación y partenariado” con España, tras la crisis diplomática desatada por la asistencia humanitaria a Brahim Ghali en 2021 y la airada respuesta de Marruecos, con la llegada masiva y a nado de miles de marroquíes a Ceuta.
Los pormenores del anuncio de Marruecos recuerdan a la estrategia empleada hace doce meses por el majzén -el círculo que rodea a Mohamed VI-, filtrando a través de un despacho de la Casa Real la carta remitida por Pedro Sánchez al monarca respaldando la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara. En la misiva leída por el ministro en Ruanda, Marruecos es el sujeto de la noticia y España y Portugal los países que lo acompañan a pesar de ser ambos los que iniciaron la candidatura en octubre de 2020, en un partido amistoso entre ambas selecciones. La apuesta fue oficializada meses después, en junio de 2021. El pasado octubre Ucrania se sumó a la candidatura ibérica en un movimiento anunciado por las federaciones que habían constituido la entente inicial.
Con un caso de corrupción salpicando al presidente de la federación ucraniana, la homóloga española que lidera Luis Rubiales -protagonista también de sucesivos escándalos- trata de poner tierra de por medio y la posible participación de Kiev está, de momento, descartada. En el caso del anuncio del sustituto marroquí, los tiempos se manejaron en todo momento desde Rabat. A Mohamed VI le fue concedida la gracia de a través del género epistolar anunciar la primicia. Eran alrededor de las 17.30 del martes hora española cuando el ministro se dirigió al estrado y leyó la carta.
Sánchez y Costa también se adelantaron a las federaciones
El comunicado conjunto de las federaciones hispano-lusa no fue publicado hasta las 18.00 del miércoles, con más de 24 horas de dilación y horas después de que Antonia Costa y Pedro Sánchez valoraran el movimiento desde la cumbre hispano-lusa celebrada en Lanzarote.
Durante toda la jornada, el departamento de comunicación de la institución que preside Rubiales evitó responder a las preguntas de este diario. “España y Portugal acuerdan con Marruecos presentar una candidatura conjunta para el Mundial de la FIFA de 2030”, reza el titular de un comunicado consensuado por Madrid y Lisboa, que la federación portuguesa difundió en su web poco antes de las 18.00 de la tarde pero ni siquiera lo divulgó por su cuenta de Twitter.
Fuentes de la federación magrebí no ocultan que el éxito marroquí, que lleva años anhelando acoger un acontecimiento deportivo de este nivel, parte de “la fortaleza de las relaciones” actuales. “Las relaciones entre estos tres países son muy fuertes, tanto política como diplomática y económicamente. Tanto nosotros como ellos hemos invertido mucho en infraestructuras futbolísticas, en el desarrollo de la formación y en el fútbol para los jóvenes. Así que creemos que tenemos todas las posibilidades de lograrlo juntos y confiamos en ello”, deslizan.
Rabat, que también aspira a acoger la Copa de África de 2025, sigue así el modelo de lavado de imagen que ya han empleado otras autocracias árabe
Rabat lidera la apuesta mundialista
Desde Lisboa advierten de que la incorporación de Marruecos podría no ser testimonial y que podrían liderar incluso la candidatura, al menos en términos de dinero invertido y de tareas de lobby. La agresiva diplomacia marroquí tiene acreditada experiencia en tales lides. Altos funcionarios de Rabat se hallan implicados en el caso bautizado como Qatargate por el que europarlamentarios fueron corrompidos a base de dinero en efectivo y regalos. La causa, que investiga un tribunal belga, forzó en diciembre la renuncia de la entonces vicepresidenta del Parlamento europeo.
“Marruecos busca desde hace décadas albergar un Mundial y siempre ha fracasado”, reconoce un opositor marroquí. “No por el supuesto beneficio que eso traería sino por la imagen del país. Los marroquíes que se han lanzado a defender públicamente un Mundial para el país reconocen en privado que no estamos preparados para este evento”, agrega.
Rabat, que también aspira a acoger la Copa de África de 2025, sigue así el modelo de lavado de imagen que ya han empleado otras autocracias de la región. El culmen fue el controvertido Mundial de Qatar celebrado a finales del año pasado entre críticas por el historial de derechos humanos y la muerte de trabajadores migrantes en la construcción de los estadios.
A imagen de los monarcas del golfo Pérsico
Las monarquías del golfo Pérsico la han empleado sin disimulo y hasta la extenuación en la última década. Bahréin, donde la familia real suní ha ahogado brutalmente el levantamiento popular de la mayoría chií en 2011, ha hecho de la Fórmula 1 y el ciclismo su santo y seña para blanquear su represión. Arabia Saudí, que también aspira al Mundial de 2030 en una candidatura compartida con Grecia y Egipto, alberga el Rally Dakar, las Supercopas de España e Italia y acaba de fichar a Cristiano Ronaldo como imagen del capitalino Al Nasr.
“Los estados autocráticos ven cada vez más los beneficios para su reputación asociados a la organización de acontecimientos futbolísticos, y el reciente torneo de Qatar sólo habrá animado a más Estados a querer participar en esta estrategia”, comenta a este diario Nicholas McGeehan, director de Fair/Square, una de las ONGs que ha estudiado más intensamente el bautizado como «Sportswashing» (lavado deportivo, en español), el uso de los acontecimientos deportivos para blanquear a un régimen dictatorial.
A su juicio, “la expansión del torneo por parte de la FIFA hace inevitable la organización de eventos multinacionales, y los autócratas y los violadores de los derechos humanos estarán en primera fila”. Un temor que también comparte Amnistía Internacional, que sigue recordando la deuda pendiente con las familias de los cientos de trabajadores fallecidos en la construcción de los estadios en Doha. La organización, recuerdan desde su sucursal española, ha denunciado en numerosas ocasiones el oscuro historial de derechos humanos del país vecino.
Los estados autocráticos ven cada vez más los beneficios para su reputación asociados a la organización de acontecimientos futbolísticos
“Es un hecho que determinados países con violaciones de derechos humanos graves utilizan el deporte para taparlas y presentar ante el exterior una imagen de modernidad y apertura”, alegan.
“Organizar un Mundial garantiza cobertura internacional, grandes ingresos publicitarios y llegada masiva de visitantes, entre otras cosas, pero también supone una oportunidad para que se hable de lo que ocurre en ese país”, detalla. Amnistía, que no llama al boicot, avanza que, en caso de ser elegida la candidatura ibérica, aprovecharía la cita para abordar “las violaciones de derechos humanos relacionadas con la situación de la mujer, el sistema de justicia, la tortura, la persecución de activistas del Rif o el Sáhara Occidental y la libertad de expresión”.
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