En las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla 2024 comienza como acabó el año pasado, sin novedades de las aduanas que debían haber desbloqueado el giro copernicano en el conflicto del Sáhara Occidental que el Gobierno de Pedro Sánchez acometió en marzo de 2022. En el ministerio de Asuntos Exteriores español ya ni siquiera responden cuando se les interroga por las expectativas de la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una en Ceuta. No existen fechas ni se esperan novedades después de que en diciembre el régimen marroquí, en plena visita a Rabat de José Manuel Albares, alegara "problemas técnicos" para mantener cerrado el grifo. Una bofetada a Albares en rueda de prensa con el jefe de la diplomacia marroquí Naser Burita.

El departamento de prensa del ministerio que dirige el socialista Albares se ha negado a responder a las preguntas remitidas por El Independiente. Por interés para los lectores de este diario, reproducimos las cuestiones planteadas: "¿Cuáles son los asuntos técnicos que menciona Marruecos para no abrir las aduanas de Ceuta y Melilla? Ante la falta de voluntad marroquí, ¿qué medidas va a tomar el Gobierno español para lograr la apertura de las aduanas? El ministro dijo que del lado español "está todo listo" para la apertura. ¿Hay opción de elevar el asunto a la UE? ¿Cuándo podrían estar abiertas las aduanas? ¿Se ha hablado ya con Marruecos de un fecha estimada?".

En la línea habitual adoptada por el equipo de comunicación de Exteriores, y en clara vulneración de su deber de proporcionar a los medios la información requerida, las cuestiones no han sido respondidas. Entretanto, la paciencia comienza a agotarse en las ciudades autónomas. Han transcurrido ya 21 meses desde el apoyo a las tesis marroquíes en el contencioso de la ex colonia española y Albares solo ha logrado coleccionar desplantes como el que recibió en diciembre durante la primera visita bilateral de la recién estrenada legislatura. Ante Albares, su homólogo marroquí, Naser Burita, deslizó en rueda de prensa conjunta que la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla "no es un problema de compromisos o político, es un problema de implementación técnica" después de que Albares dijera justamente lo contrario: que por parte de España "todo esta listo".

Frontera de Ceuta con Marruecos
Frontera de Ceuta con Marruecos

Exigencias en Ceuta; resignación en Melilla

En Ceuta, fuentes del equipo de Juan Jesús Vivas (PP) aseguran este diario que su posición se mantiene. Recuerdan que se trata de "un compromiso que al Gobierno de la ciudad le traslada el Gobierno de la Nación, y desde la lealtad institucional más absoluta, insistir en que hace ya más de un año y medio que se anunció, sin que a fecha de hoy se haya materializado". Hace unas semanas el PP ceutí de Vivas, que gobierna en minoría, rechazó el ofrecimiento del PSOE para integrarse en el equipo de gobierno aunque hasta ahora la sintonía de Vivas con Moncloa ha sido la tónica. Lealtad institucional, subrayan en Ceuta. El retraso en "el compromiso dado" por Sánchez podría erosionar ahora esa confianza y obligar a elevar el tono.

Con Marruecos se recoge lo sembrado: llevamos muchos años cediendo

JUAN JOSÉ IMBRODA

En Melilla, el también popular Juan José Imbroda desarrolla una línea más beligerante con el Gobierno central. "Desde hace cinco años están toreando o mareando la perdiz de una forma ya obscena", replica Imbroda al preguntarle por el asunto de la aduana. "Es que llevamos muchos años cediendo y cediendo. Lo que sucede cuando se entabla cualquier conversación sin tener la contundencia necesaria para poner los intereses y los derechos que le asisten a España ante Marruecos es que se recoge lo que se ha sembrado: que no nos hacen ni caso; que no van a abrir la aduana comercial y que aquellos ensayos fueron una pantomima de una obra de teatro chusca y que van a seguir las cosas igual", agrega.

"No nos queda otra que mirar al norte para la Melilla que queremos, esto es, vincularnos a los valores de desarrollo de España-Europa y no estar sometidos a los vaivenes que quiere Marruecos en su política exterior con España. Estamos trabajando. Se han perdido cuatro años sin hacer nada pero lo hemos cogido con ganas", declara Imbroda, resignado al trato siempre difícil con la dictadura marroquí.

Tres ensayos y parón total

La nueva relación con Marruecos preveía la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una en Ceuta. Se han efectuado tres operaciones de prueba entre los meses de febrero y mayo del pasado año, sin más avances.E

El Gobierno de Sánchez prometió que sería una realidad a principios de 2023

La nueva hoja de ruta de las relaciones hispano-marroquíes tenía como principal objetivo garantizar la seguridad y evitar la asfixia económica que sufren las ciudades autónomas, especialmente alarmante desde la crisis sanitaria del Covid-19. En la declaración conjunta que selló la reunión de Sánchez con Mohamed VI en Rabat el 7 de abril de 2022, ambos países se comprometían a trabajar por “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías” así como el restablecimiento “de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”.

El fin de la crisis diplomática se debía traducir, según Moncloa, en la reapertura de la aduana de Melilla y la creación de una nueva en Ceuta. A pesar de las repetidas expectativas del Ejecutivo de Sánchez de que fuera una realidad a principios de 2023, el hecho no se ha consumado entre declaraciones de un alto cargo alauí cuestionando la viabilidad geográfica de la aduana. 2024 arranca con pocas esperanzas.

A punto de cumplirse dos años del cambio de posición, Marruecos no ha torcido el brazo para la recuperación de la normalidad aduanera en Melilla y la creación de una aduana en Ceuta. El comercio de ambas ciudades autónomas siguen siendo asfixiado por Rabat a pesar de haberse cobrado el trofeo de la ruptura de 47 años de neutralidad activa del Gobierno español en el contencioso del Sáhara. Tampoco han cesado desde el lado marroquí las reivindicaciones por parte de altos funcionarios de su soberanía sobre Ceuta y Melilla, que consideran “presidios” dignos de ser liberados.