En los medios afines, sin ápice de rubor, se ha vendido que el nuevo organigrama del ministerio de Exteriores es una "revolución feminista". "Un salto de gigante en la política exterior feminista y una ruptura del techo de cristal de la diplomacia" urdida por su máximo líder, un hombre llamado José Manuel Albares. En la casa, acostumbrada ya a las formas del socialista, el nuevo equipo ha sido recibido con estupefacción. Más allá de la paridad en los secretarios de Estado, lo que realmente subyace es la OPA del PSOE: tres de los cuatro elegidos tienen, como el propio Albares, carné socialista.

Tras perder su confianza, Albares ha prescindido de su anterior equipo. A Ángeles Moreno Bau, secretaria de Estado para Asuntos Exteriores y Globales y hasta ahora número dos del ministerio, la ha enviado a la embajada de España en Washington como señal de esa supuesta apuesta por las diplomáticas y "una política feminista" de la que realmente hizo bandera su predecesora, Arancha González Laya y contra la que Albares complotó desde la legación diplomática de París hasta lograr su cabeza.

Un segundo con escasa experiencia internacional

Como segundo de abordo sustituye a Moreno el hasta ahora el jefe de Gabinete de Albares, el diplomático Diego Martínez Belío. Fuentes diplomáticas consultadas por El Independiente aseguran que su trayectoria a las órdenes del ministro ha sido discreta, a pesar de la relevancia del cargo. Martínez Belío no ha sido embajador y su experiencia exterior es extremadamente limitada. Ha estado destinado en la embajada española en Guinea Ecuatorial y en el consulado en Casablanca (Marruecos). Puestos muy menores en el entramado de la diplomacia patria. El ahora agraciado ha cumplido a pies juntilla la labor encomendada: las negativas de Exteriores a proporcionar la carta remitida por Sánchez a Mohamed VI a través del portal de transparencia llevan la firma de Martínez Belío.

"Tradicionalmente el jefe de Gabinete era alguien que mantenía engrasada la máquina, alguien muy sénior. En el caso de Diego, ha sido un señor que ha acompañado al ministro, una suerte de secretaria de lujo que no ha sido puente de comunicación con el resto del ministerio. No ha ejercido ningún liderazgo, como se esperaba de él", comentan en los mentideros de Exteriores.

Otro veterano diplomático vincula a Martínez Belío con "un perfil de trabajo en la sombra". "Ponerle en un sitio con foco mediático y público es bastante disparatado, que solo se explica por la lealtad absoluta a Albares", arguye. En la carrera diplomática se asocia su meteórico ascenso a la propia personalidad de Albares, "incapaz de delegar porque quiere acaparar el poder". "Albares acabó perdiendo la confianza en su equipo anterior hasta el punto de no comunicarse con ellos", apuntan.

Martínez Belío -que, en circunstancias normales, debería tener capacidad para "llegar a donde no alcanza el ministro en una diplomacia multilateral y bilateral muy intensa"- es la única aportación interna en el nuevo aparato de secretarios de Estado. Los otros tres proceden de Ferraz. Su sucesor como jefe de Gabinete es Sergio Cuesta, hasta ahora embajador en Haití. Estuvo vinculado a la Presidencia española de la Unión Europea de 2010 y a los ministerios de Vivienda y Presidencia.

Los cuatro secretarios de Estado

1Diego Martínez Belío

El secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales es diplomático de carrera y ha estado destinado en la embajada española en Guinea Ecuatorial y en el consulado en Casablanca (Marruecos). Desde febrero de 2020 era director de Gabinete del secretario de Estado para la UE y, anteriormente, consejero técnico y vocal asesor de la Dirección de Asuntos Europeos y G20 en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, en el equipo de Albares.

2Fernando Sampedro

El nuevo secretario de Estado para la Unión Europea procede del PSOE en Bruselas. Durante tres lustros ha pasado por diversos cargos en la Comisión Europea y el Parlamento. Es licenciado en Administración de Empresas y Márketing por la Universidad de Valladolid y ha cursado el máster en Administración de Empresas del ICEX.

En los últimos 4 años ha sido miembro del equipo de Von der Leyen.

3 Susana Sumelzo

La nueva secretaria de Estado para Iberoamérica, Susana Sumelzo, pertenece del PSOE de Aragón. Licenciada en Derecho, es diputada en el Congreso por Zaragoza desde 2011 y anteriormente fue senadora desde 2008. Ha sido secretaria de Administraciones Públicas y Política Municipal en la Ejecutiva socialista, así como presidenta de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE y miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

4 Eva Granados

La secretaria de Estado de Cooperación fue portavoz del Grupo Socialista en el Senado de 2021 a 2023, y anteriormente diputada en el Parlament de Cataluña y miembro del Secretariado Nacional de la UGT. Ha ocupado diferentes puestos en el PSC, donde ha sido vicesecretaria primera. Fue además vicepresidenta del Parlamento de Cataluña entre marzo y septiembre de 2021 y, más tarde, senadora por designación autonómica.

Mujeres con carné socialista

La nueva secretaria de Estado para Iberoamérica es la diputada aragonesa Susana Sumelzo, licenciada en Derecho. Ha ejercido como presidenta de la comisión mixta Congreso-Senado para la UE. Es un ejemplo de vida a expensas del partido: lleva tres lustros desfilando por cargos en el Senado y el Congreso. Uno de sus mayores méritos fue figurar entre los quince diputados del PSOE que votaron 'no' en la segunda sesión de investidura de Mariano Rajoy en octubre de 2016, en pleno cisma interno entre los socialistas.

Tanto Sumelzo como Granados proceden de los sectores del PSOE que han exhibido lealtad absoluta a Pedro Sánchez

Como secretaria de Estado de Cooperación, Albares nombró el 5 de diciembre a Eva Granados, portavoz del Grupo Socialista en el Senado de 2021 a 2023, y anteriormente diputada en el Parlament de Cataluña y miembro del Secretariado Nacional de la UGT. Milita en el PSC desde 1999 y ha ostentado cargos políticos desde 2010. Tanto Sumelzo como Granados proceden de los sectores del PSOE que han exhibido lealtad absoluta a Sánchez.

Más sangrante resulta para los diplomáticos el tercer socialista en liza. El nuevo secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, viene directamente de la agrupación del PSOE de Bruselas. Los de Albares insisten que ha formado parte del equipo de la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen y es secretario de Asuntos Europeos y Acción Electoral de la federación europea socialista. "Es un completo desconocido. Este señor no se le conoce un cargo de liderazgo en la UE. Tampoco que se haya ocupado de dosieres importantes. No lo conoce nadie", zanja un diplomático que duda de sus credenciales para el puesto.

"Imposiciones de Moncloa"

Albares, con fama de peleón incluso entre los suyos, cede ante Sánchez para mantener su buena estrella. Una fuente en Exteriores barrunta que "tanto Susana como Eva son imposiciones de Moncloa". "A Albares por una parte no le habrá gustado, ya que tienen otras agarraderas en el partido y con el presidente, pero por otro lado no tienen experiencia en las dos áreas encomendadas, con los que podrá dirigirlas con más facilidad que si fueran verdaderas expertas", explica.

Albares tiene atemorizados a los embajadores

La decepción en Exteriores con el nuevo organigrama está mitigada desde que Sánchez mantuviera al frente de la diplomacia a Albares, uno de los ministros más desgastados junto a Fernando Grande-Marlaska, que -como buen discípulo de un presidente resistente- repite también en Interior. Todos conocen ya los modos de Albares, que ha impuesto una estructura totalmente vertical en la que todas las decisiones deben esperar su plácet. El ministro ha defenestrado a aquellos que conocía y podían desafiarle por experiencia y habilidades; ha ignorado y menospreciado cualquier asesoramiento de expertos en asuntos en los que carece de conocimiento; y ha impuesto un clima de silencio, prohibiendo incluso a los embajadores repartidos por el mundo conceder entrevistas con medios locales. "Tiene atemorizados a los embajadores. Los ministerios de Exteriores de los principales países del mundo cuentan con la figura del portavoz. Aquí solo sale Albares", dice gráficamente un embajador.

"Albares no delega"

Esa obsesión por controlarlo todo le ha llevado a reducir al mínimo las notas de prensa y la comunicación con los periodistas, castigando él y su equipo a los reporteros que considera hostiles. "El hecho de que ni siquiera para la secretaría de Estado de la UE haya respetado algo del cursus honorum da la clave de sus nombramientos: no quiere que nadie le haga sombra. Bajo esa aureola de autosuficiencia se esconde una persona de enormes inseguridades y recelos", esboza un buen conocedor de Albares.

Bajo esa aureola de autosuficiencia se esconde una persona de enormes inseguridades y recelos

La desolación en Exteriores parte precisamente por el hecho de que Albares -en un momento de enormes desafíos globales, desde la invasión rusa en Ucrania, la guerra en Gaza o las relaciones cíclicas y siempre tormentosas con Marruecos- desprecie el capital interno. "Hay un montón de gente valiosa en el ministerio que está postergada y que no cuentan para nada. Y no están necesariamente alineados con un partido u otro. En el caso de Albares está haciendo sectarismo politizando la direccion del ministerio", se quejan amargamente.

Un "bluf" de política exterior

En el palacio de Marqués de Salamanca, la sede de Exteriores desde 2021, venden el cambio como "una revolución feminista". Un avance formidable en una carrera diplomática formada por un 70% de varones y con solo una de cada cuatro (24%) mujeres al frente de embajadas. "Importa más el continente que el contenido. Así se olvida que en vez de política exterior hay gestión exterior", alega uno de los consultados. En Exteriores se cuestiona esa visión mesiánica de Albares como precursor del acceso de las mujeres a los altos cargos del ministerio. Fue uno de los objetivos de González Laya y está motivado por una realidad ajena a las decisiones de Albares, latente antes de su llegada: el acceso hoy de mujeres hoy a la carrera supera al de los hombres. Las mujeres representan el 60% de los nuevos diplomáticos.

Importa más el continente que el contenido. Así se olvida que en vez de política exterior hay gestión exterior

Las fuentes internas consultadas por este diario atribuyen este "relato", comprado por algunos medios de comunicación amigos, a la falta de visión clara sobre la política exterior. "Está bien que la política exterior sea feminista y de derechos humanos pero tiene que haber política exterior. ¿Quién se ocupa de ella ahora? Se han abandonado las relaciones con Iberoamérica. Es un brutal error no establecer lazos con el Gobierno de Milei. Estamos fuera de plano en Venezuela, capitalizada por Macron y la mediación noruega", argumentan.

Un "bluf" que también alcanza a la política para el Magreb y Oriente Próximo, otras de las fortalezas pasadas de la diplomacia española y hoy arruinada por el alineamiento sin condiciones con Marruecos en el litigio del Sáhara Occidental, una ex colonia española pendiente de descolonización. "Éramos una referencia porque manteníamos un equilibrio muy sutil entre Marruecos y Argelia. Se ha entrado como un elefante en una cacharrería y Albares lo ha destrozado todo. Lo de Marruecos es una humillación permanente. Y lo peor es que Albares nos toma a todos por idiotas", concluye.