Jean-Luc Mélenchon, un icono de la política francesa, encarna la victoria y la resiliencia de la izquierda contemporánea. Nacido el 19 de agosto de 1951 en Tánger, Marruecos, pasó sus primeros años entre las calles de esta ciudad antes de mudarse a Francia tras el divorcio de sus padres. Su madre, una dedicada profesora de instituto, y su padre, fundador de la radio nacional de Tánger, le transmitieron su pasión por la comunicación desde pequeño.

Tras instalarse en Francia, Mélenchon residió primero en Normandía y luego en Jura, donde destacó académicamente, obteniendo su licencia en filosofía y en literatura moderna, por la Universidad de Franco Condado. Tuvo a su única hija muy joven, a los 22 años. La necesidad de trabajo y su pasión por la enseñanza lo llevaron a convertirse en profesor de francés 1976, mientras que su vocación periodística le hizo colaborar con varios periódicos regionales, hasta fundar el suyo propio, “À gauche”.

“La izquierda soy yo”

JEAN-LUC MÉLENCHON, PRESIDENTE DE LA FRANCIA INSUMISA

Desde joven, Mélenchon no ocultó su atracción por la política. Participó activamente en los movimientos estudiantiles de mayo de 1968 y se unió a la Organización Comunista Internacionalista (OCI). En 1977, dio un paso significativo cuando se afilió al Partido Socialista (PS), donde rápidamente ascendió gracias a su energía y su compromiso con el partido. En 1981, fue designado primer secretario de la oficina de François Mitterrand en Essonne, convirtiendo este departamento en su génesis político.

La carrera de Mélenchon despegó en aquel entonces; fue concejal, consejero general y, en 1986, elegido senador por Essonne. Su influencia no paró de crecer, alcanzando un punto culminante en el año 2000 cuando fue nombrado Ministro Delegado de Enseñanza Profesional bajo el gobierno de Lionel Jospin. Sin embargo, las crecientes discrepancias con la dirección del PS (Partido Socialista) lo llevaron a tomar una decisión radical en 2008, abandonar el partido y fundar “El Partido de Izquierda”.

En 2009, Jean-Luc Mélenchon se convirtió en eurodiputado, consolidando su presencia en el escenario europeo con su nuevo partido. En 2016, dio un paso más allá, y lanzó La Francia Insumisa (LFI), un movimiento de izquierda radical que rompió con las convenciones del panorama político en ese momento.

Sus medidas más controvertidas

A lo largo de su carrera, el destacado político ha sido objeto de critica por una serie de propuestas, en ocasiones algo controvertidas. Su plan de gobierno actual, incluye un aumento masivo del gasto público, proponiendo incrementar las inversiones en 173.000 millones de euros, ademas de una reforma fiscal radical, introduciendo 33.000 millones de nuevos impuestos.

Sin duda la medida más polémica es la imposición de un 90% de impuestos a los ingresos superiores a 400.000 euros anuales, con el objetivo de reducir la desigualdad. Presenta 14 tramos impositivos a las rentas, empezando desde los 10.000 euros anuales.

Otra parte de las propuestas clave de Mélenchon es la salida del nuclear. Esta propuesta tambien sigue generando mucho debate en la esfera pública. Francia es un país que depende significativamente de la energía nuclear para su suministro eléctrico, y la transición presenta grandes desafíos en muchos aspectos.

La perseverancia de la izquierda

Sus campañas presidenciales en 2012, 2017 y 2022 lo confirmaron como una figura central en la política francesa. En 2017 y 2022, logró un impresionante tercer lugar en la primera vuelta, con un apoyo del 19.6% y 22% respectivamente. En las elecciones de 2022, quedó a un paso de la segunda vuelta, obteniendo el 21.95% de los votos, solo por detrás de Emmanuel Macron y Marine Le Pen. Aunque no avanzó, su impacto en la política francesa fue innegable.

Ahora Jean-Luc Mélenchon, se disputa la contienda por elegir al primer ministro tras haber salido victorioso de las elecciones legislativas este 7 de Julio. Junto con la nueva coalición de izquierdas, el Nuevo Frente Popular, el diputado deberá aprender a manejar la unión de varias fuerzas, para hacer de ella su a única voz en la Asamblea Nacional, tras haber frenado a la extrema derecha de Le Pen.