Emmanuel Macron cada vez es más impopular en Francia. El presidente tuvo que salir al paso la semana pasada de las demandas de dimisión procedentes de la Francia Insumisa, y más soterradamente de los nacionalpopulistas que comanda Marine Le Pen. Aseguró en su alocución en televisión que terminaría su segundo mandato. Como si no estuviera muy claro. Mientras en Francia trata de que el próximo primer ministro aguante más que Michel Barnier, que ha caído en menos de 90 días, inagotable al desaliento, Macron juega su carta internacional. Lo vimos en la reinauguración de Notre-Dame, con Donald Trump como invitado estrella, y este jueves en Varsovia, donde hablará con el primer ministro polaco sobre el futuro de Ucrania.
Este miércoles el gobierno de Michel Barnier ha celebrado su última reunión con Macron, que podría anunciar el jueves el nombre del nuevo primer ministro. Barnier ha subrayado que sea cual sea su sucesor se enfrentará al reto de la deuda pública y a la fractura social.
El conservador Michel Barnier, ex jefe negociador de la UE para el Brexit, dimitió el pasado jueves después de que la víspera le tumbara una moción de censura promovida por la Francia Insumisa que apoyó la Agrupación Nacional de Marine Le Pen. Con Le Pen había tratado de negociar hasta el final pero finalmente al querer posponer la subida de las pensiones según la inflación seis meses la líder ultranacionalista decidió dejarle caer.
En esta reunión con Macron, Barnier se ha referido a las "divisiones sociales, territoriales y rurales" que fracturan Francia y del "sentimiento de abandono" que sienten muchas personas en materia de justicia, educación, delincuencia, sanidad y agricultura. Ha recordado, como hizo en su discurso ante la Asamblea Nacional, que la deuda financiera de Francia es "una realidad" que no puede esconderse y que cualquier gobierno ha de afrontar. Para evitar un apagón financiero, el gobierno ha adoptado este miércoles un proyecto de ley especial que prolonga los presupuestos de 2024 para el año próximo, en principio con carácter temporal.
Con el fin de elegir un primer ministro que no sea sometido a una moción de censura en breve, Macron se ha reunido esta semana con dirigentes políticos de todos los partidos salvo la Francia Insumisa y Agrupación Nacional. Según fuentes del gobierno saliente, se manejan dos opciones o bien ampliar la alianza de centristas y conservadores a socialistas, que también estarían en el gobierno. O al menos lograr que las fuerzas de la izquierda, salvo los insumisos, acepten un pacto de "no censura" para que el próximo gobierno tenga margen de maniobra y al menos dure hasta el otoño. Entonces ya se podrán convocar de nuevo elecciones.
Quinielas de favoritos a suceder a Barnier
Son varios los nombres más manejados en las quinielas sobre la sucesión de Barnier. Quien es evocado desde el principio es el centrista François Bayrou, el presidente del Modem, que ha tendido la mano a la izquierda para no volver a recurrir al artículo 49.3, por el que se aprobó la reforma de las pensiones, por ejemplo. Sin embargo, el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, no cree que sea la mejor opción. Bernard Cazeneuve, próximo al ex presidente François Hollande, sería más del gusto de los socialistas.
El macronista Sébatian Lecornu, ministro de Defensa, próximo a Nicolas Sarozy, sigue sonando. Quizá fuera el menos rechazado por Agrupación Nacional, pero se daría una señal de "más de lo mismo" a la izquierda. También los medios franceses citan a Catherine Vautrin, ministra de Descentralización, con buenas relaciones con la derecha y la izquierda moderada, y el ex ministro de Exteriores Jean-Yves Le Drien. Pero las sorpresas son la especialidad de Macron.
Misión de mantenimiento de la paz
La agenda del presidente francés este jueves permite especular con que el nombre no se conocerá hasta que regrese de Varsovia, avanzada la tarde. El sábado en París tuvo ocasión de conversar con el presidente electo de EEUU, Donald Trump, y propició que se viera con el ucraniano, Volodimir Zelenski. La conversación se focalizó en cómo llegar a la mesa de negociaciones y cómo garantizar la seguridad de Ucrania.
Dado su potencial militar y su situación geográfica, la participación de Polonia en la misión de mantenimiento de la paz en Ucrania es crucial. Lo sabe Macron y lo confirma el impulso dado desde Varsovia a las reuniones de los Cinco Grandes de la UE más Reino Unido, que justo se ven en Berlín este jueves. Acuden los ministros de Exteriores de Polonia, Italia, España, Francia, Reino Unido, y ejerce de anfitriona la alemana Annalena Baerbock.
Pero el encuentro de Macron y Trump era crucial para saber realmente qué plan tiene el americano para Ucrania. "Por lo que tengo entendido, Emmanuel Macron ha transmitido a Donald Trump que Europa no solo no puede quedar al margen de las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia, ya que tiene aquí sus propios y serios intereses de seguridad, sino que también está dispuesta a implicarse financieramente y, sobre todo, a asumir el riesgo de defender la soberanía ucraniana", ha explicado Camille Grand, secretario general adjunto de la OTAN hasta 2022, al diario polaco Rzeczpospolita.
París apuesta por establecer una misión de mantenimiento de la paz que garantizaría que el Kremlin no rompiera el alto el fuego ni violara la línea de demarcación que fijen las partes. Macron planteó en febrero el envío de tropas de la OTAN a Ucrania. El 11 de noviembre, durante una reunión en París con el primer ministro británico, Sir Keir Starmer, aludió de forma más precisa a esta idea. El 27 de noviembre hizo un llamamiento similar a los dirigentes de los países escandinavos y bálticos (NB8) y de Polonia reunidos en Harpsund.
Elie Tenenbaum, experto del IFRI, con sede en París, que trabaja en el diseño de una misión de este tipo, ha especificado que podría constar de cinco brigadas (unos 40.000 soldados). El mando de una de ellas podría ser asumido por Polonia. Sería el modelo coreano, dado que el ingreso en la OTAN de Ucrania, una vez que termine la guerra, parece que no es lo que realmente desea EEUU. De lo que se trata es de que Ucrania cuente con garantías de seguridad y la presencia de tropas francesas, polacas y británicas se las daría.
En una reunión celebrada el lunes en Kiev con el líder de la CDU/CSU, Friedrich Merz, que probablemente será el futuro canciller alemán, Zelenski afirmó por primera vez que, a la espera de las garantías de la OTAN, una misión de mantenimiento de la paz de este tipo podría garantizar la seguridad de su país.
Las conversaciones están en curso y aún queda mucho camino por recorrer, pero Europa necesita moverse ante la llegada de Donald Trump, que no sería reticente si son los aliados europeos los que asumen el coste.
Habrá más movimiento en los próximos días. Donald Tusk tiene previsto viajar a Kiev y a su vez Zelenski visitará Varsovia. La presidencia polaca del Consejo de la UE mirará a Ucrania.
La cuestión, sin embargo, es que Putin no ha dado muestras de estar dispuesto a negociar. Quizá está tratando de avanzar al máximo para cuando llegue el momento. Los acontecimientos en Siria permiten pensar que Rusia quiere concentrarse en Ucrania.
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hace 1 mes
Deuda pública, divisiones territoriales y sentimiento de abandono multiplicados durante los 7 años de gobierno de Macron, el enano masón globalista que según este panfleto y otros medios iba a reformar Francia y ser la salvación de Europa. Ahora es un pobre fracasado odiado en su país y que sólo busca atrincherarse en el poder esperando no tener una salida humillante. Los macronistas se pueden aliar con los perdedores socialistas y republicanos, los mismos que hicieron el ridículo en las últimas elecciones presidenciales cuando sus candidatas Anne Hidalgo y Valérie Pécresse no superaron el 5% de los votos en la primera vuelta. Eso sí que fue un auténtico cordón sanitario por parte de los votantes.
La gacetillera golpista no nos habla de la creciente inseguridad y criminalidad en Francia, ni de la situación de quasi guerra civil que ha habido en Nueva Caledonia. Ella sólo está para repetir clichés progres y estupideces varias.