"Encontré muchos regalos; los monarcas, príncipes y magnates se habían intercambiado presentes valiosos desde la antigüedad, pero ¿un regalo del pueblo de una nación al pueblo de otra nación? ¡Esto no tiene precedentes!" Así daba cuenta Trybuna Ludu del obsequio de Iósif Stalin a Polonia en diciembre de 1952. El Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia, que se inauguró hace 70 años, se concibió como un acto de propaganda soviética, un testimonio monumental de la dominación de Moscú. Sin embargo, en la actualidad es el icono de la única ciudad europa que alberga rascacielos en su núcleo central, una Nueva York en Europa Central. 

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Durante años el Palacio de la Cultura y la Ciencia fue el edificio más alto de Europa con sus 230,68 metros. Es un hecho que ha determinado que Varsovia sea una ciudad de rascacielos. La vista desde el piso 30 (Trzydziestka), a la que se puede acceder con una entrada de 28 eslotis, unos 6,5 euros,recuerda a Manhattan con las obras de arquitectos de talla internacional como Złota 44 Tower, de Daniel Libeskind, o la Torre Varso, de Norman Foster. La Torre Varso, con 310 metros, es el edificio más alto de la Unión Europa gracias a su aguja de 80 metros. 

Durante años el Palacio de la Cultura y la Ciencia fue el edificio más alto de Europa con sus 230,68 metros. Ahora es la Varso Tower con 310

Los soviéticos decidieron casi todo lo que concernía a la construcción y diseño, obra del arquitecto Lev Rúdnev, salvo la ubicación y la altura. Una vez decidido que se alzaría en el centro de una Varsovia que había sido devastada por la guerra, en la avenida Marszalkowska, una comisión determinó la altura. 

Desde la otra orilla del Vístula un biplano con un globo volaba para que la comisión de arquitectos polacos y soviéticos determinaran cuánto habría de alzarse el edificio. Cuando el piloto sobrevolaba a los 120 metros Rúdnev dijo que le parecía suficiente. Sin embargo, Józef Sigalin, el arquitecto jefe de Varsovia, dijo que siguiera: "Nos volvimos locos, empezamos a decir que siguiera subiendo. Somos nosotros los que nos llevamos el mérito por esta altura".

La Plac Defilad: 12 hectáreas

Ocupa una superficie de 123.000 metros cuadrados, el equivalente a 12 hectáreas. Como siete campos de fútbol. Aunque esa parte de la ciudad había quedado destrozada en un 60%, sí que se mantenían unas decenas de viviendas que fueron expropiadas. En virtud de la ley polaca, algunos antiguos propietarios han mantenido litigios una vez caído el comunismo. 

Fue Sigalin quien decidió las dimensiones de la llamada Plac Defilad, destinada a grandes demostraciones públicas de apoyo al régimen comunista. Allí se dirigió a cientos de miles de polacos el primer secretario del Partido de los Trabajadores Unidos de Polonia, Władysław Gomulka, tras ser elegido en octubre de 1956. Treinta y un años más tarde será Juan Pablo II, el primer Papa polaco, quien dio una misa multitudinaria. 

El espacio acaba de transformarse en un enorme parque donde se conserva la antigua tribuna, prevista para conciertos y actos lúdicos. De momento se llama Plaza Central. Al lado de la tribuna siempre hay flores en recuerdo de Piotr Szczęsny un ciudadano polaco que se prendió fuego en octubre de 2017 en protesta contra el Gobierno nacionalpopulista. Lo hizo después de escuchar la canción Kocham wolność (quiero libertad). 

Obras en tiempo récord

Stalin no llegó a ver construido el Palacio de la Cultura y la Ciencia, ya que murió en marzo de 1953. Las obras, a cargo de una mayoría de obreros soviéticos, se terminaron a toda velocidad, pero empezaron en abril de 1952 y concluyeron justo para el verano de 1955. Murieron 16 obreros soviéticos en accidentes laborales. 

El día elegido para la inauguración, el 22 de julio, era fiesta nacional en el comunismo, cuando se conmemoraba la firma del Manifiesto del Comité polaco de Liberación Nacional, respaldado por el Kremlin, en 1944. No acudió el líder soviético, Nikita Jrushchov. Miles de polacos visitaron la monumental obra aquellos días. Las primeras instituciones con permiso para instalarse allí fueron el Teatro de Marionetas Laika y el Museo de Técnica. También alberga la Academia de las Ciencias.

La mole evoca otros edificios de Rúdnev, que se formó en la Academia de Artes Decorativas de San Petersburgo. Rúdnev es también el creador de la Universidad Lomonosov de Moscú, uno de los siete edificios que emulan las torres del Kremlin. Curiosamente se relacionan con los rascacielos de Chicago o Nueva York, sobre todo con el Empire State. La idea era demostrar que la Unión Soviética podía crear obras más poderosas que las emblemáticas del capitalismo. 

En los 42 pisos del Palacio hay 3.288 habitaciones. Hay un cine, dos universidades privadas, cuatro teatros, dos museos, bibliotecas, clubs, y hasta una enorme piscina cubierta

Nacionalista en la forma, socialista en la esencia

En el caso del Palacio de la Cultura y la Ciencia los soviéticos siguieron la tradición rusa de dejar su impronta en aquellos territorios donde ejercían el control. Así hicieron la catedral ortodoxa en la Plaza Piłsudski el siglo XIX. Después de la I Guerra Mundial la destruyó la Polonia independiente. 

En el diseño de Rúdnev se aprecia tanto su vínculo con la Rusia imperial como esa aspiración a mostrar el realismo socialista al mundo. Para imponer un sello nacional al edificio, Rúdnev viajó por Polonia y así incluyó detalles renacentistas inspirados en Cracovia o las estatuas del astrónomo Nicolás Copérnico o el poeta Adam Mickiewicz. Se decía que era nacionalista en la forma y socialista en la esencia. 

En los 42 pisos del Palacio hay 3.288 habitaciones. Dentro hay un cine, dos universidades privadas, cuatro teatros, dos museos, bibliotecas, clubs, y hasta una enorme piscina cubierta. Allí tiene lugar cada año en primavera la Feria del Libro. En el piso 30 puede disfrutarse de una de las mejores panorámicas de la ciudad.

Los mayores recuerdan sobre todo el concierto de los Rolling Stones, el 13 de abril de 1967. Enfrente de la sala hubo altercados

Los Rolling Stones en la sala de Congresos

La sala de Congresos, con 2.880 asientos en tres niveles, es el mayor espacio dentro del edificio. Es donde se celebraron los congresos del Partido de los Trabajadores de Polonia desde 1959 a 1989, cuando el comunismo fue derribado, y fue precisamente en Polonia donde empezó su caída con la lucha del sindicato Solidarność, liderado por Lech Wałęsa.

Por la Sala de Congresos pasaron artistas internacionales como Marlene Dietrich o Juliette Gréco. Los mayores recuerdan sobre todo el concierto de los Rolling Stones, el 13 de abril de 1967. Enfrente de la sala hubo altercados. Muchos jóvenes de Checoslovaquia y Hungría se desplazaron a Varsovia para ver a sus irreverentes ídolos. 

Un lugar cool en una ciudad en transformación

La relación de los varsovianos con el Palacio de la Cultura y la Ciencia es ambivalente. Durante el comunismo simbolizó para muchos el dominio de Moscú, que detestaban. Decían que la mejor vista del Palacio de la Cultura era desde la terraza porque desde ahí no se ve el edificio. También lo llamaban Pekín por su abreviatura en polaco (Palac Kultury i Nauk, PKiN). A muchos les resulta curioso que los turistas no quieran irse de Varsovia sin un selfi junto al Palac. 

Los más jóvenes incluso lo consideran cool. Las inmediaciones son frecuentadas por chavales bielorrusos o ucranianos, muy integrados en el día a día de la ciudad. Ahora la Plaza Central realmente conforma uno de los espacios más atractivos de la ciudad, donde puede disfrutarse del Museo de Arte Contemporáneo, inaugurado en febrero, o del parque con muchos espacios para descansar o charlas con los amigos. A un lado del palacio está el Bar Studio donde muchas veces se improvisan conciertos y siempre hay buen ambiente. Como en el restaurante Kulturania.

El Palacio de la Cultura y la Ciencia es ahora una demostración de cómo Polonia logró vencer a la potencia dominante y ha logrado integrar incluso su pasado con dignidad y elegancia. Ese regalo de Stalin ahora es una pieza más de una ciudad dinámica y envolvente. 

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