El desmarque español en el compromiso de los estados miembro de la OTAN de dedicar un 5% del PIB al gasto en defensa y el contrato del ministerio del Interior con Huawei han profundizado la brecha entre la administración Trump y el Gobierno de Pedro Sánchez. A la polémica por las implicaciones del acuerdo con la tecnológica china, se ha sumado esta semana la decisión del Gobierno español de renunciar a la compra de cazas F-35. Unos movimientos que siguen de cerca en Washington DC.

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Uno de los termómetros de esa relación hoy gripada es The Heritage Foundation, el principal think tank conservador de Estados Unidos. El alineamiento de la organización y sus análisis con las políticas del republicano ronda el 70%. A juicio del presidente de la Fundación, Kevin Roberts, el papel de The Heritage es contribuir a la “institucionalización del trumpismo”.

Wilson Beaver

Un faro desde el que se observa el estado presente de las relaciones hispano-estadounidenses y su futuro. “Ahora mismo la percepción general es que el presidente Sánchez es especialmente hostil hacia el presidente Trump”, señala en una entrevista con El Independiente Wilson Beaver, analista sénior de política de defensa en The Heritage Foundation. Con experiencia en estrategia militar y relaciones internacionales, Beaver se ha especializado en temas de la OTAN, defensa nacional y cooperación entre aliados. Ha trabajado en la formulación de políticas para fortalecer la seguridad nacional estadounidense y ha sido un referente en el análisis del papel de Europa en la arquitectura de defensa occidental. “Estamos muy contentos de tener un presidente conservador tan eficaz que ha establecido una buena política conservadora en todo el Gobierno, asegurando nuestras fronteras, revitalizando el ejército y, recientemente, con sus medidas arancelarias haciendo que regresen a Estados Unidos las fábricas y los puestos de trabajo”, alega.

Pregunta.- ¿Cómo se percibe hoy España desde los pasillos de Washington?
Respuesta.- El Gobierno del presidente Sánchez ha marcado una línea divisoria entre sí mismo y el resto de la OTAN. Si retrocedemos a hacer un par de años y le preguntamos a un conservador estadounidense cuáles son los miembros menos responsables de la OTAN, nos nombraría un par de países diferentes. Diría Alemania o Italia. Sin duda, había múltiples opciones. Pero como Sánchez decidió rechazar el nuevo objetivo del 5 %, la opinión general ahora sería España. Hay mucha gente  bastante molesta por el rechazo de Sánchez al objetivo del 5 %. Para mí, ese es el tema número uno que surge porque trabajo en la política de la OTAN. También existe consternación por el acceso que  ha brindado España a Huawei a sus redes clasificadas. [Se trata de la adjudicación de un contrato por parte del Ministerio del Interior, valorado en aproximadamente 12,3 millones de euros, para el almacenamiento de interceptaciones telefónicas judiciales —es decir, escuchas policiales y judiciales— en sistemas de la empresa china Huawei].

La relación con España es hoy bastante mala. Se percibe a Sánchez como alguien que se desvive por ser antitrumpista

P.- ¿Qué inquieta hoy en Washington?
R.- Es un acuerdo que implica utilizarlo para redes militares y ese es el principal problema. Obviamente hay preocupación por el acceso de Huawei en todos los ámbitos. Es algo que planteamos constantemente a nuestros aliados y socios, incluidos aquellos con los que mantenemos buenas relaciones. Hemos planteado una preocupación similar a Polonia. Pero en el caso de España, la decisión de utilizarlos para fines gubernamentales se consideró especialmente negativa.

P.- ¿Cómo describiría la situación actual de las relaciones EEUU-España?
R.- Bastante mala. Por desgracia, se trata realmente de una cuestión principalmente política y de seguridad nacional, porque, obviamente, la inmensa mayoría de los estadounidenses tiene una opinión muy positiva de España y de los españoles. Los conservadores estadounidenses, en particular, tienen una opinión muy positiva de España, de la cultura española y de los españoles. Pero la opinión sobre el presidente Sánchez es bastante negativa. Se le ve como alguien que se desvive por ser antitrumpista, que no responde a las necesidades del pueblo español tal y como las ven los conservadores estadounidenses y que ahora destaca en la OTAN por su gasto. Creo que no tiene nada que ver con eso. Sigue habiendo mucha buena voluntad entre los conservadores estadounidenses y España y el pueblo español, pero hay bastante descontento en torno al actual Gobierno.

P.- ¿Es exclusivamente responsable del Gobierno español del estado de estos lazos?
R.- El presidente Trump se lleva bastante bien con personas de todo el espectro político, siempre y cuando no considere que actúan en contra de los intereses estadounidenses o que no haya un problema personal. Por ejemplo, a pesar de que pertenece al Partido Laborista, el presidente Trump se lleva bastante bien con Keir Starmer. El primer ministro de Canadá, que es de izquierdas, también se lleva bastante bien con Trump. En este caso, el presidente Sánchez ha tomado la decisión de oponerse al presidente Trump en una serie de cuestiones, lo que ha hecho que la relación sea bastante diferente de otras.

Es más bien una sensación de exasperación por el hecho de que toda Europa, Estados Unidos y Canadá están de acuerdo en algo y solo España no lo está

P.- Hablemos del futuro de esta relaciones. ¿Hacia dónde se dirigen?
R.- No estoy seguro. Es decir, obviamente, España es miembro de la OTAN. Es un aliado formal de Estados Unidos y todos queremos que la relación sea buena. No hay ningún deseo entre los estadounidenses de que la relación empeore. Me encantaría que se calmaran los ánimos. Es cierto que no es un tema de conversación cotidiana en Washington, por ejemplo. La gente no lo menciona en las conversaciones políticas habituales entre conservadores. No hay un enfado generalizado hacia España. Es más bien una sensación de exasperación por el hecho de que toda Europa, Estados Unidos y Canadá están de acuerdo en algo y solo España no lo está. No es irreversible. Todavía hay muchas cosas en el día a día que funcionan perfectamente. Pero hay una sensación de exasperación.

P.- El Gobierno español sigue defendiendo el contrato con Huawei, ¿qué represalias podría tomar la administración Trump contra España?
R.- Podría ser algo tan simple como restringir ciertos tipos de intercambio de información. Existe una preocupación absoluta por compartir información sensible a través de las redes de Huawei. Trabajamos mucho con muchos países que utilizan Huawei para sus redes civiles, aunque no nos guste mucho. Pero utilizarlo con fines de seguridad nacional es otra cosa totalmente distinta.

P.- ¿Podrían estar en peligro las dos bases militares de EEUU en España?
R.-  Es posible. Muy pronto se llevará a cabo una revisión de la política militar. También se espera que en uno o dos meses se publique la Estrategia de Defensa Nacional. Y Rota definitivamente ha surgido como un lugar que podría necesitar una reducción. Ahora bien, no sé si la base cerrará o no. Pero los destructores que están estacionados allí, he oído en conversaciones en Washington que se mencionan como algo que podría reducirse si se revisa nuestra presencia en Europa. Por lo tanto, es muy posible que esos destructores sean enviados a otro lugar.

P.- ¿Quién puede beneficiarse de esa crisis de las relaciones entre España y Estados Unidos? ¿Marruecos?
R.- Es una pregunta interesante, y no es algo en lo que haya pensado mucho personalmente. Obviamente, Estados Unidos tiene buenas relaciones con Marruecos y España, aunque solo tenemos un tratado de defensa mutua con España. Es una pregunta interesante. Pero si yo fuera español, sin duda estaría pensando en la próxima generación de capacidades españolas.

P.- Esta semana el Gobierno español ha renunciado a adquirir los F-35…
R.- No creo que esa decisión tenga mucho efecto en los cálculos estadounidenses, pero desde el punto de vista militar es desconcertante. Soy analista militar. Entiendo que haya enfado político en Madrid hacia Estados Unidos, pero desde el punto de vista militar, cancelar el F-35 no tiene ningún sentido. Obviamente, es el único caza de quinta generación con capacidad de despegue vertical. Así que, si España decide no comprarlos, ya no podrá operar aviones de combate desde su portaaviones, que ahora se convertirá exclusivamente en un portahelicópteros. Y no hay ninguna alternativa occidental al F-35 para la quinta generación. Así que la única opción de España ahora es seguir volando con aviones de combate de cuarta generación durante 20 años y esperar que el FCAS funcione. Pero es mucho tiempo sin un avión de combate moderno.

P.- ¿Hay aún margen para intentar mejorar las relaciones?
R.- En mi opinión personal, el presidente Trump y su administración están abiertos a trabajar con casi todo el mundo. Son muy pragmáticos y les gusta que los aliados acudan a ellos con soluciones e ideas para hacer avanzar las relaciones. Ya hemos visto muchos ejemplos de ello. Y el presidente Trump suele ser muy receptivo e incluso con personas con las que ha discutido en el pasado. Creo que, por decirlo de alguna manera, la pelota está en el tejado de España, y que si el Gobierno español quiere mejorar la relación con la administración Trump, sin duda puede hacerlo. Es solo cuestión de acercamiento y voluntad.

Romper el contrato con Huawei sería una medida muy positiva para Washington

P.- ¿Tendría que romper el contrato con Huawei?
R.- Esa sería una medida muy positiva para Washington. Estamos tomando la decisión de restringir el uso en redes sensibles en particular, aunque parte de ellas sigan existiendo en otras partes del país. O declarar que realmente entienden el objetivo del 5 % de alineamiento con el resto de la OTAN. Pero las críticas contra España han venido del secretario general de OTAN Mark Rutte. Ha habido críticas a la decisión sobre el 5 % por parte del resto de Europa, no solo de Estados Unidos. De hecho, creo que los comentarios del presidente Trump al respecto fueron bastante moderados y restrictivos. Creo que solo ha comentado una vez, por lo que recuerdo, mientras que he oído críticas repetidas a la decisión de no llegar al 5 % por parte de otros gobiernos europeos.

Todo depende ahora de la voluntad de Sánchez Si quisiera volver a acercarse a la administración Trump, estoy bastante seguro de que estarían dispuestos a mantener conversaciones para mejorar la relación.

La pelota está ahora en el tejado de Sánchez

P.- ¿Cómo serían las relaciones entre Estados Unidos y España si los conservadores gobernaran en España?
R.- Es cierto que eso suele ayudar. Es evidente que los partidos políticos de distintos países que comparten una ideología tienden a llevarse mejor. Así que estoy bastante seguro de que ayudaría. Además, imagino que los conservadores no tendrían algunos de los mismos problemas en materia de política de seguridad. Pero lo cierto es que la administración del presidente Trump suele llevarse muy bien con los gobiernos laboristas y socialistas desde un punto de vista práctico.

P.- España mantiene una posición muy clara en Gaza y se ha sumado al caso de genocidio liderado por Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia…
R.- Tanto la actual administración como mi organización, The Heritage Foundation, han adoptado en los últimos meses una postura muy crítica hacia Sudáfrica. Mi opinión personal es que el Gobierno sudafricano está alineado con todos los adversarios de Estados Unidos y ha maltratado horriblemente a su minoría afrikáner. Hemos visto a miembros de la administración, desde el secretario Rubio hasta los republicanos del Congreso, criticar muy duramente a Sudáfrica en los últimos seis meses. Así que sí, en resumen, una estrecha asociación con los objetivos de política exterior de Sudáfrica es absolutamente susceptible de generar críticas.

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