La irrupción de nuevas siglas en el escenario político catalán viene siendo habitual en cada elección. Ciutadans, Solidaritat Catalana per la Independencia, Reagrupament, CUP o Junts pel Sí fueron marcas nuevas que obtuvieron representación en Cataluña. Sin embargo, la aparición de la nueva marca electoral Junts per Catalunya no responde a los parámetros tradicionales de creación de una nueva oferta, sino que representa a la antigua Convergencia Democrática de Catalunya, actual PartitDemòcrata Catalá y quién sabe si futura escisión de este partido.

PDeCAT es el fruto de la metamorfosis política hacía el independentismo iniciado por los convergentes en manos de Artur Mas. La marca CDC, tan vinculada a los casos de corrupción de los gobiernos de Pujol y al nacionalismo clásico de peix al cove, lastraba las posibilidades de renacer como un partido netamente independentista. En un ejercicio de borrón y cuenta nueva, crearon una nueva marca que todavía no se ha expuesto a una competición electoral en Cataluña. En el 2015 se presentaron con ERC bajo el nombre de Junts pel Sí y en estas elecciones decidieron esconder las siglas bajo una denominación que recuerda a la anterior, Junts per Catalunya.

PDeCAT es el fruto de la metamorfosis hacía el independentismo iniciado por los convergentes en manos de Mas

JxCat es la opción del PDeCAT, pero no es su lista. Es la candidatura de Puigdemont, la estrategia de Puigdemont y el futuro de Puigdemont. El partido así lo decidió finalmente, cuando en lugar de retomar su tradición catalanista con un nuevo candidato, optó por no desafiar el capital de un ex president descontrolado y aceptaron el órdago de Puigdemont o la irrelevancia.

Según los datos pre electorales, el ex president era la única baza del partido para no quedar relegado a puestos intermedios de la tabla. El último CIS aseguraba que un 58,9% de los votantes de Junts pel Si prefería a Puigdemont como President frente al 29,3% que optaba por Junqueras. Este revelador dato deshacía los empates en el resto de indicadores, como la matriz de trasvase de votos en la que se repartían los votantes casi a partes iguales; o la valoración de líderes que se fijaba en un notable para cada uno.

JxCat es la opción del PDeCAT; es la candidatura, la estrategia y el futuro de Puigdemont

La estrategia de la lista de Puigdemont es precisamente ésa: hacer de la candidatura la lista personal e intransferible del que reclaman como único presidente legítimo. La distancia de 1.300 Km desde Barcelona a Bruselas parece no haber afectado una vídeo-campaña que gracias a las nuevas tecnologías y a los corresponsales en Bélgica ha hecho presente a Puigdemont en cada espacio electoral. Así mismo, su condición épica de huido de la justicia ha evitado las críticas hacia una campaña enlatada en la que se han reducido al mínimo mínimo las exposiciones no controladas, como las entrevistas o los debates.

Si la presencia vía plasma de Puigdemont ha sido intensiva, el gran ausente de su campaña ha sido Junqueras, con quien ha evitado rivalizar para mantenerlo silente, la gran debilidad de su adversario. Sin embargo, la aparición radiofónica en RAC1 del ex vicepresident a 48 horas de la votación ha provocado el único cruce de acusaciones entre ambos a cuenta de quien había estado dispuesto a asumir las consecuencias del procés y quien había huido de ellas.

Este golpe de efecto puede influenciar el voto independentista en el último momento, porque de lo que se trata para los ex socios de gobierno es quien liderará el independentismo en el Parlament: el encarcelado o el huido.


Verónica Fumanal es asesora el comunicación política.