Susana Díaz aspiró a convertirse en líder nacional del PSOE, pero tuvo que conformarse con gobernar Andalucía. Hace tan sólo un año y medio de las primarias en las que partía como clara favorita frente al que ella misma defenestró de la secretaría general, el hoy presidente Pedro Sánchez. Díaz no tuvo empacho en pedirle ayuda al ex presidente de Telefónica (César Alierta) para que le echara una mano con los medios (El País, El Mundo, etc.) en los que pudiera tener cierta influencia para que la apoyaran frente a su oponente,  que no contaba con las simpatías de los presidente del Ibex, y a los que ella frecuentaba tanto en Madrid como en el Palacio de San Telmo.

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