Pedro Sánchez se va a quedar con toda la mujer, con todo el gay, con todo el españolito de tuppery con toda la política que ya es un macarenismo de él (me sirven la Virgen y la canción, la sacralidad popular de una diosa madre y la de una moda bailona y papagaya). Ahora, Carmen Calvo se ha apropiado del feminismo entero para su partido, el feminismo sin adjetivos, dice, puro como una teta desnuda, como una tribu de tetas desnudas. El PSOE está de cumpleaños y se lleva puesta toda la tienda. 140 años de muchos socialismos diferentes, pero que se pliegan pronto para caber en el bolsillo culero de Sánchez como la gorra de Bruce Springsteen.

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