Rosa Díez, con su pelo de mecha, con su nerviosidad y su figurilla como de escoba encantada, estaba en un lugar de resistencia. La nueva política nació en dos lugares de resistencia, lugares en los que la vieja política había creado aberraciones o las había dejado crear: una democracia contrahecha, con una gente con gafas de culo de porrón de la raza, incluso con sangre dentro, relativizando y pervirtiendo los derechos ciudadanos mientras exaltaban los derechos naturales de los tocones mágicos de sus abuelos cavernícolas. Todo, ante la vista gorda de los señoritos de Madrid, de los grandes partidos turnistas. Esos lugares de resistencia eran, claro, Cataluña y Euskadi. De ahí salieron Ciudadanos y UPyD. Aunque Cs era hasta hace poco sólo una cosa local, zumbona y algo cervantina, como el tapicero de la furgoneta.
Para seguir leyendo Regístrate GRATIS
Identifícate o Regístrate con:
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Gobierno aprueba la nueva ayuda de 200 euros para la crianza
- 2 Pardo de Vera escoge a la exabogada del Estado del 'procés' y su mano derecha en Adif para defenderse en el 'caso Koldo'
- 3 ¿Cuántos funcionarios serían cómplices y carceleros?
- 4 Ascenso y caída de Alvise: sus eurodiputados le acusan de lanzar "una mentira tras otra"
- 5 La Promesa: avance del episodio del lunes 28 de abril
- 6 Estos son los posibles sucesores del Papa Francisco
- 7 Ultimátum de Maíllo frente a la presión interna y la de Podemos
- 8 Eugenia vuelve a La Promesa: RTVE adelanta los acontecimientos
- 9 RTVE 'desclasifica' los 20 contenidos más vistos de su plataforma