Ayuso ya es una mezcla de María Antonieta en chándal y bruja Avería del virus, dicen que desprecia a los pobres de las colas del hambre y que ha dejado morir a la gente como si sólo fundiera tostadoras, riéndose con mella y con trueno. Ya no hay nada más que echarle encima, supone uno. Una vez que le han tirado a viejitos muertos como leña quemada y a la gente que guarda cola por un paquete de arroz como verdaderos pobres de arrozal, ya sólo queda levantar el puño y esperar que triunfe la revolución, que el soviet de Vallecas se imponga sobre los maniquíes de Serrano, maniquíes siempre con el cuello girado por el pádel, el descapotable, las perlas o el galgo.

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