No se preocupen, que el Gobierno de coalición no peligrará hasta que le convenga a Sánchez, hasta que le vayan cuadrando las fechas en su calendario de bombero. Está ahora el personal muy pendiente de la salud de la coalición de gobierno, que nunca tuvo salud, ni se puede llamar coalición, ni creo que se propusiera en realidad gobernar, sino ir haciendo un paripé mezcla de pressing catch y radionovela estilo Víctor Hugo. Si se divorciaran, sería como si se divorciaran los Roper. Podemos pide que dimita Batet por obedecer al Supremo (ellos sólo obedecen a murales del pueblo pintados en naves de cosechadoras) y, sí, Calviño y Yolanda Díaz nunca van a llegar a un arreglo entre el mercado laboral y el koljós de rábanos. Pero no es nada nuevo. Iglesias hablaba de presos políticos y tampoco hubo más que risas enlatadas.

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