El Gobierno acaba de reconocer que ha destruido más de 6 millones trescientas mil vacunas contra el Covid porque le ha caducado, algunas son las que tienen un precio más bajo como AstraZeneca, otras (más de 2 millones) son las más caras como Pfizer. Se calcula que el coste de la pérdida supera los 100 millones de euros. Ningún organismo público vigiló su fecha de caducidad ni propuso enviarlas a países con tasas de vacunación más bajas, como los 20 millones de dosis que donamos a África o los 22 millones a América latina. Simplemente caducaron por desidia y porque menos del 60% de los españoles se pusieron la cuarta dosis de refuerzo.

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